No es una pregunta retórica. En las últimas elecciones generales, los españoles que acudieron a las urnas fueron 24,3 millones (de un censo de 35). El número de funcionarios y pensionistas, dos de los colectivos con menor vocación abstencionista, supera con creces los 12,5 millones de almas. El 36% del censo y más de la mitad de los que el 10 de noviembre de 2019 fueron a votar. Jubilados y empleados públicos, sin lugar a dudas, son los dos grupos de presión más potentes del país.
El problema es que la suma de salarios púbicos y gasto en pensiones ya alcanza el 25% del PIB, y subiendo, según las previsiones del Gobierno, que en el cuadro macro de 2023 contempla el incremento de ambas partidas conforme a la inflación. El problema es que, en España, el número de personas que viven del sector público (unos 16 millones) es casi idéntico al de las que cuelgan del privado. El problema es que el actual sistema de pensiones, se mire por donde se mire, está quebrado (el último superávit de la Seguridad Social data de 2010) y, si no se modifica, con perspectivas irrebatibles de empeorar.
Según el Banco de España, con el modelo actual, y teniendo en cuenta la esperanza de vida, aquellos que se jubilaron en 2017, y de ahí en adelante, van a percibir de promedio un 74% más de lo que aportaron a la Seguridad Social; la pensión media ya sobrepasa en cien euros el salario más habitual (1.080 euros netos); las nuevas jubilaciones son un 23,3% más elevadas que el sueldo más frecuente; y mientras las pensiones se han revalorizado en los últimos diez años un 30,29%, los salarios solo lo han hecho en un 4,85%.
Mientras las pensiones se han revalorizado en los últimos diez años un 30,29 por ciento, los salarios solo lo han hecho en un 4,85
Podríamos añadir más datos para ilustrar la anomalía, el desajuste generacional; para certificar el hundimiento de un sistema concebido para hacer frente a una remota realidad que nada se parece a la actual, ni en lo económico ni en lo demográfico. Podríamos, y deberíamos, pero ¿hay alguien que en el arranque de un nuevo ciclo electoral se atreva a decirles a la cara a jubilados y funcionarios que esto no puede seguir así?; ¿hay en la constelación de la política española algún valiente que reconozca abiertamente que no es ni posible ni solidario seguir actualizando sueldos y pensiones con la inflación?
Fondos Next Generation en el aire
Con esa sutileza diplomática, no siempre oportuna, con la que elige su lenguaje, la Comisión Europea denunciaba en su último Informe País sobre España la ausencia de planes de “consolidación creíbles” para corregir los grandes déficits estructurales de nuestra economía, empezando por el déficit y la deuda. El Gobierno sigue mirando para otro lado. Actúa como si las exhortaciones de Bruselas no fueran con él. El comisario de Economía, Gentiloni, se lo ha advertido a Calviño y a Escrivá: si no se desanclan del IPC los sueldos de los funcionarios y las pensiones, los futuros desembolsos de las ayudas covid serán cuestionados por varios socios europeos.
No parece probable que los países del norte y centro de Europa, que tendrán que pedir a sus ciudadanos nuevos sacrificios derivados de la crisis energética provocada por Putin, estén dispuestos a transigir con una nueva excepción ibérica, en este caso solo española. La Unión Europea le ha pedido a Pedro Sánchez que introduzca reformas que hagan sostenible el sistema de pensiones, entre las que incluye eliminar la indexación de estas al IPC y la ampliación del período de cálculo desde los 25 años a toda la vida laboral. Tampoco parece probable que Sánchez atienda tales peticiones, ni que Núñez Feijóo se arme de valor y asuma su cuota de responsabilidad reconociendo que si algún día gobierna tendrá que coger el toro por los cuernos.
No parece probable que los países del norte de Europa, afectados por la crisis provocada por Putin, vayan a transigir con una nueva excepción ibérica
No hay nadie a la vista (¿o sí?: ver postdata) con el coraje necesario para defender que los funcionarios, con la mochila repleta de trienios, asuman la mengua de sus futuras pensiones provocada por el incremento del período de cálculo. Nadie les va a decir a los jubilados, tampoco a los de pensiones más altas, o que gracias a prerrogativas extraordinarias -caso del Concierto Vasco- cuentan con mejores servicios que el resto (las pensiones medias en el País Vasco son casi un 25% superiores a las del conjunto de España), que el país no está en disposición de incrementar su paga al ritmo de la inflación. Esta interminable campaña electoral que empieza en Andalucía, y que si no hay sorpresas se alargará hasta finales de 2023, amenaza con el aplazamiento de reformas tan inevitables como necesarias, nos condena a subsistir por mucho más tiempo que el estrictamente necesario en una economía dopada y a reincidir en los errores que debilitan los cimientos sobre los que se asienta el Estado de bienestar y ensanchan el desencuentro generacional. A resignarnos a aceptar lo que una clase política oportunista y anodina nos empuja a ser: un país de segunda división.
La postdata: Arrimadas y su ¿último? servicio al país
El único partido que está en condiciones de desnudar esta estrategia falsaria de ocultar la realidad a los españoles, porque nada tiene que perder y sí mucho que ganar, es Ciudadanos. Lo más probable es que no lo haga, porque se acabará imponiendo la estrategia de no molestar demasiado para recibir a cambio una pequeña porción del pastel mediático. Y, quizá, la raquítica recompensa de uno o dos escaños. Se equivocará. Porque su última carta es nadar contra corriente, volver a los orígenes, renunciar a la pelea menor y salir a campo abierto, de frente, cuerpo a cuerpo; dibujar un retrato tan descarnado como cierto del país; poner a funcionarios y jubilados frente al espejo de su responsabilidad. También a los demás. A las administraciones públicas. A sindicatos y empresarios. Les puede salir mal. O no. En todo caso, Inés Arrimadas tiene ante sí una ocasión imprevista de hacerle un último servicio al país.
Berenguer
¿Por qué, en lugar de subir impuestos, nadie propone reducir estructuras y gastos inútiles de la administración central, autonómica, provincial y municipal? ... La “industria política” engulle mucho dinero público. Sobran políticos con sus sueldos, dietas y coches oficiales, sobran ministerios, sobra el Senado, asesores a dedo, agencias y “observatorios” para colocar amigos, empresas públicas de dudosa utilidad, sobran la mayoría de las subvenciones: a partidos, patronales, sindicatos, a oenegés, prensa, etc, etc., etc. ... Si alguien elaborara un estudio serio sobre esta “industria política” iunútil pata la ciudadanía, sobre este despilfarro y malversación constante de dinero público nos quedaríamos asombrados de las enormes cantidades que nos podríamos ahorrar cada año..
JaviBrasil
Que el sistema de pensiones español tenía que haberse reformado completamente, mediante un período de transición, hacia un modelo mixto público/privado obligatorio, separando completamente las pensiones asistenciales de los presupuestos de la Seguridad Social. Estudios demuestran que las pensiones resultantes (suma de 50% público más 50% privada) son superiores a las recibidas si fuesen 100% públicas.
agapito el viejo
para todas las eleciones Sanchez tiene un AS guardado en la manga, y quedara demostrado en esta autonomicas; Sanchez sabe bien que Vox le hara el trabajo en Andalucia para impedir que Moreno gane las eleciones con mayoria suficiente para hacer que el gobierno central se tambalee, lo que le ha ofrecido Sanachez a Abascal no se sabe muy bien lo que es, pero si ya logro que Vox se aliara con el PSOE y con la extrema izquierda para logra que Moreno no sacara adelante sus presupuestos y tubiera que adelantar las elecciones, que a nadie lo solprenda que vox haga todo lo que pueda y aun mas para evitar que el PP no pueda gobernar en Andalucia eso seria un gran logro tanto para vox como para el PSOE lo que demuestra que a estos dos facinerosos Andalucia, y España les importa un pimiento, su mayor logro seria ver añ PP hundido que es sel unico que les puedde impedir ser los reyes del"Mambo",.esperemos que no lo logren por el bien de todos.
Darksith1977
Por supuesto que no. Y esa es nuestra tragedia. Un ajuste como el que hace falta sólo puede venir impuesto desde fuera. Tenían que habernos intervenido en 2012.
Sin_Perdon
Se pueden ganar si una mayoría de esos funcionario y pensionistas toman conciencia de que este sistema de despilfarro público y gasto descontrolado es insostenible y que, cuando lleguen los recortes, que llegarán porque no se puede aumentar infinitamente la Deuda Pública ni las subidas de impuestos, más duros serán.
Talleyrand
Nadie lo va a denunciar porque le va salir elegido. Por cierto, las pensiones son fruto de unas cotizaciones. No son desde luego un impuesto mas para que luego el Estado decida como gastarlas. Es un DERECHO ADQUIRIDO por los trabajadores en su contrato con el mismo Estado. Evidentemente me refiero a las pensiones contributivas, las otras son una forma de beneficencia que los gobiernos anteriores metieron en el saco de las demas porque habia superhabit. Imposible mantener tanto politico en tanta institucion (que se suben el sueldo sin pudor) tanto politico "jubilado" con sueldo completo, tanto coche oficial, tanto chiringuito (basicamente ya autonomico), tanta television publica con un coste total superior a los 2.000 mill €, tanta institucion repetida y clonada por ccaa..... Se acerca el momento de la gran decision: o pensiones o modelo de estado. Uds diran...
Apeiron
Es que los jubilados, además de ser muchos, tienen todo el tiempo para manifestarse y montar follones. Es muy difícil poder llegar a viejo con hijos, sin ser funcionario, tal y como está el país. Nadie se puede permitir prescindir de un sueldo para poder llegar a fin de mes, principalmente por la barbaridad de impuestos que nos aplican. Y es difícil trabajar 9h/día y cuidar hijos: como? Y si no hay hijos, ni ahorros y la pensión de jubilación se recorta, como van a pagar las residencias esos futuros jubilados que no tendrán quien les cuide o ayude? Hoy en día no hay suficientes asilos públicos y una pensión apenas alcanza para pagar los precios de las residencias privadas, que aún así ya escasean.
Annett
La pensión máxima en España para 2022 se alza en un máximo de 2.818,19 € mensuales más dos pagas. Cualquier medida que pretenda alcanzar un coeficiente de sostenibilidad pasaría por establecer una rebaja PROPORCIONAL PROGRESIVA entre las pensiones altas y las bajas. Es decir, que las pensiones máximas quedarían establecidas y limitadas a 2.200 € (por ejemplo) y hasta alcanzar la mínima que quedaría estable. La relación entre trabajadores funcionarios y trabajadores privados en España es desequilibrada y concluye en déficit estructural permanente. O bien se despide a 1 millón de funcionarios o bien se crean 5 millones de trabajadores privados de calidad no temporales, (8 horas diarias, 220 días anuales). La crisis desde 2008 solo ha afectado al sector privado que ha visto disminuido su salario e incluso perdido su empleo. Ni un despido, ni una rebaja directa en el sector público. Tal que la política la dirigen funcionarios al servicio de las élites y poderes fácticos, tal que las pensiones altas corresponden en mayor medida a exjefes de multinacionales, ejercito, políticos, altos funcionarios, doctores etc…, la crisis económica y el estado balance de cuentas oficial de la Administración Pública seguirá continuado hasta que la situación de descomposición contable se vuelva insostenible, es decir, que ya no se pueda encubrir más con prestidigitaciones y charlatanerías políticas.
Hanio
No piense usted que los periodistas pueden hacer las preguntas que les da la gana.Cuando un político concede una entrevista,su jefe de prensa pacta lo que se va a preguntar.Además,Sánchez hasta hace bien poco,sólo había concedido entrevistas a la SER.No es tampoco amigo de permitir preguntas en sus ruedas de prensa.Sin olvidarnos de que tiene en nómina a gran parte de los medios de este país.Luego,parece bastante improbable que alguien pueda ponerlo en un aprieto con preguntas incómodas.
KVLT
Saturno devorando a sus nietos.