Opinión

Cómo proteger a la infancia de la ira de Sira

Cuando conocí el nombramiento y “trayectoria” de la

  • La nueva ministra de Infancia y Juventud, Sira Rego

Cuando conocí el nombramiento y “trayectoria” de la nueva ministra de Infancia y Juventud no pude evitar tuitear desde la impotencia lo siguiente: “Un Ministerio para corromperlos a todos. Un Ministerio para adoctrinarlos, un Ministerio para pervertirlos a todos y atarlos en las tinieblas.” Sólo quería desbravarme, no sabía hasta qué punto el público conocería esta famosa sentencia de El señor de los anillos que adapté para la ocasión. El asunto tuvo un éxito inesperado, no todo está perdido. Tolkien sigue vigente, y hay cada vez más personas conscientes de cómo la apisonadora ideológica no se deja ni un resquicio. Las tabulas rasas de niños y jóvenes son tan ansiadas como Gollum anhela su “tesoro”.

Estas fechas son felices para quienes tenemos niños pequeños: conseguimos un poco más de obediencia de nuestros churumbeles sólo con recordar que los Reyes Magos están mirando. Es mentar a Baltasar y se cuadran al instante. Lo curioso de mis hijos es que no desean ningún regalo en concreto, nos tienen despistados. El mayor (9) a lo sumo quiere cromos con su correspondiente álbum y la paz en el mundo (lo tiene crudo Melchor con este mini clon de concursante de belleza). La niña (6) carece de aspiraciones éticas, prefiere que le sorprendan sus majestades de Oriente con algún detalle. A la metafísica sí que le da, pero ya ha asumido que nadie, ni siquiera los Reyes, le va a conceder el dejar de crecer o que no mueran nunca sus papás. Llevo días dándole vueltas al asunto: ¿por qué no piden nada? No es que sean especialmente virtuosos, no he venido aquí a presumir de descendencia. Podría ser que les baste con los juguetes que ya tienen. No son muchos, pero sí bastante entretenidos. Pero no me convence la tesis: las personas siempre, siempre deseamos más.

No pueden desear lo que no saben que existe. Tenemos aquí una esperanza. Si ponemos cierta voluntad podemos aislar a los niños de lo que las élites quieren hacer con ellos

Hoy creo haber dado con la clave: mis hijos no consumen televisión convencional. Disfrutan un par de veces por semana de películas, pero en una plataforma de streaming, donde no se emiten anuncios. Vivimos, asimismo, en una pequeña población sin tiendas de juguetes. No pueden desear lo que no saben que existe. Tenemos aquí una esperanza. Si ponemos cierta voluntad podemos aislar a los niños de lo que las élites quieren hacer con ellos.

Esta tesis encuentra dos obstáculos importantes. El primero, el colegio. Frente a esto no cabe otra cosa que hablar en casa, adelantarnos a los temas que les quieran colar. Sobre adolescencia no puedo dar lección alguna, pero sí señalar indicios de esperanza. Quienes lideran las manifestaciones en Ferraz son jóvenes. Chavales que han usado internet para salirse de los mantras oficiales y hacer así lo que la gente de su edad ha hecho siempre: señalar sin miedo ni complejos qué cosas están absolutamente mal. No representan a toda la juventud, pero no olvidemos el principio de Pareto (el 80% de las consecuencias proviene del 20% de las causas). Así pues, frente a ministras comunistas ya saben: proteger y educar a nuestros niños, es posible que acaben representando ese 20% que España necesita para reconducir el rumbo.

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