En todas las democracias occidentales (las únicas que existen) el llamado Pueblo ha ido desapareciendo a medida que lo sustituía el ciudadano. Contra lo que se acepta dócilmente, Pueblo y ciudadanía no son lo mismo. El llamado Pueblo representa lo tribal, lo rural, lo emocional, lo irracional y lo colectivo. El ciudadano es lo urbano, lo civil, lo racional, lo ordenado, lo civilizado; representa el alejamiento, a fin de cuentas, del atraso de lo grupal. No hay libertad en las masas, la libertad es por naturaleza, individual. De ahí que todo proyecto de control de los individuos pase por la sacralización e imposición del grupo, de la masa, de la colectivización, del llamado Pueblo. Sin Pueblo no hay autocracias ni dictaduras. Ni autocracias ni dictaduras son posibles, en una sociedad de ciudadanos. Para que nazca, y triunfe un autócrata es necesario, y así sucede hoy en España, reducir al ciudadano al colectivo, a la masa, al imperio del pensamiento grupal. Es necesario el regreso del Pueblo.
Estuve en la manifestación del domingo pasado en Barcelona. Bajo un cielo limpio en todos los sentidos, ni una nube en el cielo; tampoco un helicóptero de alguna cadena de televisión: todas ignoraron el magno evento. La manifestación fue, sin duda, un triunfo del espíritu democrático y del espíritu ciudadano. Fuimos allí, como individuos aún no convertidos en algún tipo de masa o colectivo, a protestar contra el traidor Sánchez y su proyecto neocomunista y castro–chavista para España. Fuimos a protestar contra la amnistía a los delincuentes tribales catalanes y contra la destrucción de la España constitucional (lo que queda de ella), que eso significa la amnistía. Fuimos muchos, fuimos suficientes. Pero. Y esto es lo más trágico, aunque se hubieran congregado en Barcelona un millón de individuos, hubiera sido igualmente inútil.
Los ciudadanos no rodean sedes de gobierno, no causan destrozos en la propiedad pública o privada, no cortan carreteras, no hacen “arder las calles” ni atacan a las fuerzas del orden. Es decir, no generan caos, no crean 'necesidad de apaciguamiento'
Para que tipos como Sánchez cedan ante una demostración de los ciudadanos, hace falta que la moral tenga cierto ascendente sobre el aspirante a autócrata, y ese no es el caso. Sánchez, su partido y su pandilla, carecen de este requisito fundamental, ineludible, para que se retroceda o rectifique, ante una demostración ciudadana, por multitudinaria que sea. Y al margen del déficit moral, un autócrata sólo cede ante la violencia. Y los ciudadanos no rodean sedes de gobierno, no causan destrozos en la propiedad pública o privada, no revientan cajeros, no cortan carreteras, no hacen “arder las calles” ni atacan a las fuerzas del orden. Es decir, no generan caos, no crean “necesidad de apaciguamiento” en el autócrata in progress.
Para involucrarse, para organizarse, para planear y acometer este tipo de actos contra un enemigo (porque eso es para cualquier ciudadano español libre e igual, Sánchez: el enemigo) hay que sentirse masa, pueblo, ser colectivo, carecer de espina dorsal moral, tener exclusivamente espina dorsal ideológica y sentimental. Haberse abandonado obtusa, estúpida, ciega y colectivamente a un partido, a un líder, a un cacique, a un jefe tribal, a un sentimiento, a una manada, a una consigna: ser Pueblo.
De ahí que, aunque necesaria, hermosa y estimulante, la manifestación del domingo, al margen de las cifras y, repito, fuimos muchos, fuimos suficientes, no tendrá impacto alguno en la determinación golpista, antimonárquica y anticonstitucional de Sánchez y su pandilla. Para conseguir eso hay que ser Pueblo, no ciudadanos, respetuosos de la ley y el orden. Condición que no podemos abandonar, porque iría contra nuestra naturaleza.
De todas las democracias europeas, la más Pueblo, es la Española. El ascenso del castro–chavismo en España debe mucho, tal vez todo, al tribalismo que corroe la nación española, al tribalismo estúpidamente alimentado, mimado, financiado y convertido en negocio por el bipartidismo español, y por gran parte de las élites económicas e intelectuales españolas. La ilusión de que existe una fuerza semejante o superior a la fuerza de los enemigos de España, tribales, socialistas, comunistas, parásitos profesionales, chavistas y hordas de analfabetos salidos de las universidades izquierdizadas hasta extremos psiquiátricos, es eso, una ilusión. No hay tal fuerza. Los ciudadanos carecen de los mecanismos adecuados para vencer a su gran enemigo, el ser colectivo, el Pueblo.
De ahí que esté a punto de dar la razón a una banda de racistas antiespañoles, delincuentes, malversadores y ladrones, y quitársela a los ciudadanos y a la democracia que los castigó justamente
España ha renunciado cobarde, neciamente, a los (pocos) mecanismos legales de los que disponía para combatir al Pueblo ideológico, corrupto y tribal. De ahí que esté a punto de dar la razón a una banda de racistas antiespañoles, delincuentes, malversadores y ladrones, y quitársela a los ciudadanos y a la democracia que los castigó justamente. Es decir, está a punto de convertirse en la primera nación tercermundista de Europa. Un país tercermundista no es otra cosa que un país en manos del Pueblo.
Concluida la manifestación, nos fuimos a comer con un grupo de ciudadanos y amigos: periodistas, escritores, filósofos, profesores, y en general individuos muy inteligentes. Yo, feliz, como siempre que estoy rodeado de personas inteligentes. Pero. Ya en los quesos, me invadió un gran desasosiego cuando, de súbito, tuve la sensación de que éramos parte de la España derrotada.
COROVLU
Distingos conceptuales arriesgados y cuestionables por parte del Sr. Abreu. Las cosas son mucho más sencillas. ¿Quién ha dado la victoria a Sánchez? Indra. ¿Y de quién depende Indra? Pues eso.
Maltrecho
Estas manifestaciones cobran sentido si se exige algo y se promete obrar en consecuencia. Tienen que ir en aumento porque la anterior mostraba tan sólo descontento. Si se prosigue sin cansar a la gente se tiene que lanzar un ultimátum y que sea creíble. No se habla de la del próximo 29 en Madrid. El PP antepone los intereses políticos a las reivindicaciones del pueblo. Una traición a los ideales que dicen defender. Con esa sangre y determinación tan flojas, no se oirán los rugidos del pueblo.
JaimeRuiz
Increíble el nivel de los que escriben columnas. ¿Iba a cambiar algo por la manifestación? Claro, todo, no que automáticamente Sánchez desistiera, pero se vio que hay cientos de miles de catalanes que se oponen y lo expresan. ¿Habría dado lo mismo que no se hiciera? Es lo que hay que inferir. España todavía está en la fase en que un régimen criminal puede caer sin necesidad de violencia, pero precisamente hace falta mucha más movilización, por ejemplo, hoy debería haber una protesta con banderas españolas ante todos los ayuntamientos, que se presente una sola persona, no importa, seguro que eso tendría eco. Pero los partidos razonan como este genio. Si finalmente sacan la ley de amnistía, una huelga general podría incomodar al sátrapa, pero PRECISAMENTE el problema es que la oposición es sólo de herederos del funcionariado franquista pendientes de pisar moqueta y no de complicarse la vida llamando a la ciudadanía. ¿Cuántas personas expresan su rechazo al régimen y a sus socios criminales? Pues en la manifestación se encuentran y se reconocen, y en el círculo que sea van a hablar. Si en el País Vasco no se hubiera optado por emigrar sino por hacerles frente a los cómplices del terrorismo, otro gallo cantaría.
Luzmasluz
Bien: me ha gustado...
Wesly
Como dice el Sr. Abreu, por un lado tenemos al "pueblo" constituido en rebaño dispuesto a seguir a quien le pastorea, haga lo que haga, mienta tanto como le interese, rebaño que está dispuesto acríticamente a creer el relato de buenos y malos que pregonan los medios de manipulación masiva al servicio del aspirante a autócrata. Este "pueblo", este rebaño, renuncia a pensar individualmente por si mismo, renuncia al análisis racional de la realidad, y se somete incondicionalme a los caprichos del autócrata. Por otro lado tenemos a los ciudadanos capaces de razonar objetivamente, capaces de analizar racionalmente la realidad, capaces de llegar a conclusiones razonadas, que se niegan a aceptar acríticamente el relato que desde el poder pretenden imponer. El problema es que el rebaño es ahora ya muy grande y está sometido a potentes medios de manipulación masiva que, por lo que parece, consiguen su objetivo de mantener al rebaño unido, fanatizado y obediente. Una posible solución, ahora que está de moda esto de la independencia, podría ser separar el territorio en dos partes: en una parte se establece el rebaño (con su pastor) y en la otra parte los ciudadanos libres, racionales, responsables, capaces de pensar por si mismos. Ya sé que puede parecer disparatado, pero de alguna forma deberiamos defendernos de quienes pretenden someternos a todos, incluidos los que aún nos resistimos, al yugo irracional y sectario del autócrata.
Norne Gaest
La oposición pueblo- ciudadanos es correcta en el caso de los populismos y los nacionalismos, pero no en el caso del patriotismo. Hay un ejemplo bien candente en este momento: los ciudadanos y el pueblo de Israel, que se unen y simultanean ante el terrorismo islamico. Aunque el reto es formidable, con el tahur tratando en este momento de asaltar uno de los pocos reductos judiciales que le quedan, el CGPJ, y de pactar lo que sea con los enemigos de España, todavía el que gane o no la guerra depende en buena parte de nosotros, los ciudadanos españoles que nos sentimos no solo ciudadanos, sino también españoles. No hay dicotomía u oposición en ambos conceptos, sino complementariedad. Unos miles de judíos, en 1948, pudieron derrotar a las fuerzas de varios países árabes que los atacaron simultáneamente, sin aceptar la partición internacional que se había hecho. Y construyeron un país no perfecto, pero si mucho más próspero y democrático que lo que le rodea. En cambio, los que querían echarlos u aniquilarlos, sobre todo los más cercanos (palestinos), han vivido entre el parasitismo de la ayuda internacional, el odio y la corrupción, engendrando mostruos que llegan a hacer las atrocidades que hemos visto y sabido. Siguen queriendo destruir a los que han dado un ejemplo de superación, En España, los socialistas, comunistas y nazionalistas destruyeron la II República, tratando de aplastar a la otra mitad, que no se dejó. La consecuencia fueron 40 años de dictadura política. Hoy los métodos son más refinados, menos violentos físicamente, pero el ideario sigue siendo el mismo: el nulo sentido democrático de la izquierda social comunista (parece que algunos socialistas adquieren alguna lucidez cuando se jubilan) y de los nazionalistas. Se de la fomentada ignorancia y sectarismo izquierdista y nazionalista, del cobardón talante del centro derecha o derecha, del dominio cultural progresista y demás males que se dan en España. Lo sé. Pero siempre hay que apelar a lo mejor. Y no darse por vencidos.
Yastacari
Me temo que no pisará la cárcel. Y seguirá haciendo de las suyas. Estamos en España.
Very good
El gran problema de la amnistía es que encamina España hacia el caos. La aprobación de la ley, y su validación posterior por parte del Tribunal Constitucional no será aceptada por la mayoría de españoles, será visto como una deslealtad, el pacto constitucional saltará por los aires, una parte grande la sociedad, la derecha y parte de la izquierda, ya no se sentirá representada por esa Constitución adulterada en manos de Pedro Sánchez y sus socios. Vamos hacia una deslegitimación de la Constitución, quedará como papel mojada, como un cadáver. Hasta ahora PSOE y PP eran aliados en la defensa de la Constitución pero ya no. El PSOE ha cambiado de aliados, y en esa nueva alianza el PP es el enemigo. El PSOE y sus socios seguirán por el camino de expulsar de la vida política al PP, reinterpretando la Constitución al modo que sea más lesivo para el PP.
Talleyrand
Los españoles, lo que llamas "el pueblo" esa unión no coordinada de sentimientos, vive de espaldas a la política. Hace tiempo que la saturación de engaños, de corrupción salvaje y de líderes de trampa los saturo. Ahora hay una clase política con unos cuantos hooligans calentando y una enorme masa que se va a la playa, muchísimo ya no votan nunca aunque se anuncie el fin del mundo y se sienten totalmente desvinculados de sus teóricos representantes. Ni siquiera durante el franquismo se había llegado a ese punto de distanciamiento radical. La democracia ha dejado de existir en España como algo sagrado. Se compra se vende igual que la justicia y el máximo representante del Constitucional está a sueldo como Garzon y otros. Es una farsa, un tea trillo que además nos lleva empobreciendo decenios. Por eso el pueblo y yo, personalmente ya no creemos en ellos. Soy de alguna forma ateo de los dioses que han construido.
eddo
espero que no se juntara ese día con Miquel Giménez, que escribe en este medio, catalán, de izquierdas y de Barcelona. Los jefes de este medio han admitido a uno que precisamente quería irse de España eso les dijo a los presidents de els paíssos., ministros EN tv3, y a los indepes a los que hablaba en los bolos de la A N C. Usted tranquilo que Miquel dice a Antonio Jiménez que no es nacionalista, y, el super periodista que preside ELCASCABEL desde intereconomia, como Miquel cuando dejo de querer irse de España, y sus tertulianos respiran ante las palabras de Giménez.
Mazarino
Excelente y singular visión de la sociedad española.Los españoles en el 78 se dieron una Constitución que internaba su propia destrucción que sólo necesitaba que el traidor apareciese en forma de Chulo embaucador falsario y despreciable zoquete, ciego de ambición acompañada por gusanos depredadores del esfuerzo y trabajo ajeno.Muy bien Abreu placer leerle
vallecas
Completamente de acuerdo D. Juan, pero ¿estamos derrotados y vencidos? ¿tenemos que aceptar al dictador Sánchez? Llevo tiempo diciendo que Feijóo, (podrá ser criticado cuanto se quiera, pero está dentro del grupo de "ciudadanos"), no tiene armas para luchar contra Sánchez. A Pedro Sánchez hay que echarle por la fuerza, espero que con un video donde se le vea "robando cremas de un supermercado", sea suficiente.
RafaR
No lo podría haber descrito mejor.
Yorick
He desarrollado tolerancia a los artículos de opinión: cada vez necesito mayores dosis para experimentar lo mismo. Debo confesar que, ahora mismo, los únicos artículos que me sacian en ese aspecto son los del señor Abreu.