Hace tiempo que perdí la cuenta de las ocasiones en las que Pedro Sánchez ha situado sus particulares necesidades políticas por encima de los intereses generales del país, práctica a la que se rebaja cada vez que arremete, ad hominem, contra mandatarios y dirigentes políticos de otras naciones ubicados ideológicamente en otras latitudes. Nada de anómalo tendrían las críticas del líder socialista a los Orban, Netanyahu, Meloni o Trump, a los Bolsonaro en su momento y ahora a Milei, si Sánchez no sumara a su condición de secretario general del PSOE la de presidente del Gobierno de España.
Así que la asiduidad y la aspereza con las que Sánchez se desempeña en la sistemática reprobación de sus antagónicos extranjeros, sin que en ningún caso opere como factor corrector la mínima prudencia que ha de regir el intercambio de opiniones entre dirigentes de países soberanos, lo que sugieren es que estamos en presencia de una estrategia sostenida con la que se pretende consolidar la figura del gobernante español como referente internacional del antifascismo, dique único frente al imparable avance de la ultraderecha.
Cada vez que Sánchez despotrica en un mitin contra Milei, Orban o Netanyahu hay alguien en Buenos Aires, Tel Aviv, Budapest, Barcelona o Madrid que se echa a temblar
En un pasado no tan remoto, en el que el comedimiento en política internacional se consideraba algo más que una virtud recomendable, la tarea de atizarle al enemigo exterior hasta en el cielo de la boca se dejaba en manos de subalternos no integrados en la estructura del gobierno. Era el bocazas oficial del partido quien desde Ferraz o Génova, nunca desde el gobierno, se ocupaba de administrar los improperios, matizados y rebajados luego por la fuente oficial del Ejecutivo que se considerara más adecuada. Siempre en función del contexto.
Sánchez ha roto esa vieja costumbre de la diplomacia clásica y no pierde ni una sola de las oportunidades que se le brindan, ciertamente bastantes, para rentabilizar en primera persona el rechazo que provocan en amplios sectores de la sociedad personajes como los antedichos. El problema es que cada vez que Sánchez despotrica en un mitin contra Milei, Orban o Netanyahu, hay alguien en Buenos Aires, Budapest, Tel Aviv, Barcelona o Madrid que se echa a temblar, algún empresario preocupado por si se reducen sus opciones de ganar un concurso público, un trabajador que teme por su futuro, un policía que percibe un cierto enfriamiento de la colaboración con sus aliados, y un estudiante que ve cómo le miran de otro modo en las aulas a la vez que empieza a dudar de que le prorroguen la beca.
Cuando la prudencia en política internacional se consideraba una virtud, la tarea de atizarle al enemigo exterior se dejaba en manos de subalternos no integrados en la estructura del gobierno
Que el producto inevitable de décadas de latrocinio político en Argentina sea un sujeto maleducado, pendenciero y estrambótico hasta lo esperpéntico; que el peronismo más extractivo de la historia haya sido el factor determinante para que una sociedad exhausta haya llevado en volandas a la Casa Rosada a un lunático incontrolable, no justifica que Sánchez saque a pasear el dóberman que lleva dentro cuando se trata de Milei, mientras se comporta como un chihuahua acobardado ante los autócratas de Iberoamérica, el norte de África o de la Península Arábiga.
Las mismas razones que explican el comportamiento acoquinado de Sánchez ante el príncipe heredero de una dictadura como Arabia Saudí, Mohamed bin Salmán, los superiores intereses de España, debieran ser las que, cuando menos, se aplicaran en las relaciones con países que han elegido a sus gobernantes en elecciones libres. Son esta desproporción, esta doble vara de medir, y la inanidad del ministro de Exteriores, “le petit Sánchez”, incapaz de corregir en su momento la desmesura del ministro Puente, los condicionantes que ahora hacen que suenen a oquedad intrascendente los avisos disonantes de un Sánchez que ha convertido la diplomacia, también la diplomacia, en un instrumento más de su política de ocupación del poder. Y quién sabe si, de paso, en una inversión de futuro. De su futuro.
marqueslinchado
Debería usted escribir en Arriba Lo País. Es mucho más equidistante.
Aquiles
Los Presidentes de Paises Bananeros amigos de la Empresa Sanchez-Gomez SL , y los Secuaces de Sanchez , Bildu , ERC Podiamos Sumar ...NO han parado de Criticar , Insultar a España y al Jefe de Estado ; el Rey Felipe VI ....Mientras el FELON callaba , al igual que TODO el Gobierno SocioCominista ....y ahora pierden el CULé , por una Señora que NO representa NADA a España , sino a SI MISMA y su Empresa ???? Vaya Ud. a la mismisima M... con su "politica de ESTABLO" , que NO de Estado Español , Sr. Sanchez .Que ponga una denuncia GOMEZ en los Tribunales si se siente Insultada .... como todo el Mundo !!!
k. k.
Le voy a dos detalles para que usted mismo pueda deducir lo que pienso de su artículo: Hace cuatro días se paseaba por nuestro país, con todos los honores, a un tal Petro, un tipo de glorioso pasado, que no tuvo recato en llamarnos esclavistas en nuestra propia casa. No "insultó" a la mujer de un presidente (felón y corrupto) sino a todos los españoles. Excelente. Desde la llegada de Milei, las empresas españolas en Argentina están despegando, están enriqueciéndose y, por ende, enriqueciendo a España. Pero usted lo considera un lunático descontrolado por llamar "corrupta" a la mujer de nuestro líder, esto es, por decir la verdad (aquí son corruptos ella, su marido y el apuntador). Luego lloramos , porque PSOE y PP pactan con el PNV de Arzalluz y arruinan el País Vasco, porque PP y PSOE pactan con Pujol y arruinan Cataluña, porque Iglesias es nuestro vicepresidente, porque nos gobierna Sánchez y su corrupta mujer, porque la oposición de Feijoo es tan tibia que es más bien peroné, etc., etc. Y yo me pregunto, ¿quién modula la opinión de las personas en España para que tengamos estos gobiernos? ¿Por qué sistemáticamente nos tenemos que tragar unas columnas tan sumamente parciales que resulta VERGONZOSO? ¿Lunático descontrolado? En fin, qué quiere que le diga. Quizá la forma de expresarse pudo haber sido otra, no se lo niego. Ahora bien, llamar corrupta a una corrupta no tienen nada de lunático. Y sacar a un país de la miseria económica no es descontrol, sino todo lo contrario. Por cierto, escríbame por favor una columna sobre los insultos "corrupta" y "lunático", parece que algunos son válidos y otros no. Así voy aprendiendo cosas nuevas, debe de ser que soy muy ignorante.
Teodosio
El Sr. Milei puede ser un maleducado, pero eso no es peor que ser un mentiroso patológico y sin escrúpulos como lo es el Sr. Sánchez y aquí está venerado por toda la progresía. Dicho esto, la consorte del presidente del gobierno no ejerce ninguna representación institucional por lo que personalmente no me siento insultado. Si bien no hay pruebas de corrupción, lo que sí parece es que el trabajo de conseguidora de negocios y subvenciones de Begoña Gómez no parece nada ejemplar. Lo digno es que abandonara este tipo de negocios y se dedicara a otro tipo de negocios menos sospechosos y que llamen menos la atención. Si el marido de Begoña Gómez no lo ve (y no lo ha visto hasta ahora) es porque se aplica la consabido doble vara de medir.
vallecas
"Corrupto" "ladrón" "Vago" "Genocida" son insultos que presidentes de Méjico, Nicaragua, Venezuela le han dicho al Jefe del Estado Español y Rey de España Felipe VI ¿Es aceptable que el Gobierno de España defienda a Begoña y permita los insultos al Rey? En esto no había "caído". Que lástima.
CAYMAN
Sr.Valladolid, su comentario es contradictorio, si es cierto que Miley es un "lunático incontrolable", el "doctor" es normal que quiera desprestigiar e incluso defenderse de un sujeto "tan peligroso". Las cosas no son como Vd. dice, Miley es mucho más cuerdo de lo que parece y el "doctor", ha confundido un tema de una persona cualquiera, aunque sea su mujer, con el Estado. (A veces el amor, idiotiza a los inteligentes y viceversa )