Opinión

Sánchez y la insoportable levedad de 'Nadie' Calviño

Llegó como la gran esperanza blanca, la mujer sobradamente preparada que debía dar confianza a Europa frente a un Gobierno donde estaban Pablo Iglesias, IU y el PCE, y a

  • El presidente del Gobierno y la vicepresidenta primera, Nadia Calviño.

Llegó como la gran esperanza blanca, la mujer sobradamente preparada que debía dar confianza a Europa frente a un Gobierno donde estaban Pablo Iglesias, IU y el PCE, y a Nadia Calviño se le está poniendo cada vez más cara de Pedro Solbes, aquel ministro y vicepresidente de Zapatero que tenía prohibido mentar la palabra ‘crisis’ porque su patrón vendía que seguíamos “en la Champions League” de la economía europea cuando la situación de España era peor que la tesorería actual del Barça.

El desprecio de Pedro Sánchez por la vicepresidenta primera del Gobierno -ascendida formalmente al cargo tras la defenestración en julio de Carmen Calvo- ha alcanzado esta semana ribetes de humillación. El jefe del Ejecutivo, en su afán por comprar tiempo y sacar adelante unos Presupuestos que son la clave de bóveda sobre la que quiere edificar su remontada en las encuestas, ha marginado de la negociación a la vicepresidenta primera y ministra de Economía, a la que ya se le empieza a conocer en los mentideros de Moncloa como doña ‘Nadie’ Calviño.

Sánchez –calificado por Arturo Pérez Reverte en lo de Motos este jueves como “un pistolero” que “ha matado a todos y no ha matado al Rey porque le interesa”, personaje “maquiavélico,  malo, chulo, ambicioso, arrogante y cínico” y por ello “interesante” que “si se casara con mi hija, yo no estaría contento”- ha dejado a su vicepresidenta al margen de la negociación presupuestaria en su despacho.

Sánchez necesitaba el oxígeno de los presupuestos y no estaba dispuesto a que Yolanda Díaz, que tiene su propio calendario en la hoja de ruta para eliminar y subsumir a Podemos en su nueva plataforma verde y feminista, le siguiera retrasando la aprobación.

Calviño, fuera de la reunión clave

Por ello, cuando este martes supo que la negociación entre Bolaños, ministro de Presidencia, Montero, ministra de Hacienda, Vendrell, jefe de Gabinete de Díaz, Belarra y su secretario de Estado, Nacho Álvarez, seguía encallada, levantó el teléfono y convocó a su despacho a Yolanda Díaz horas antes del Consejo de Ministros.

En menos de una hora, Sánchez cedió a las peticiones de Unidas Podemos en la ley del Alquiler. Junto a él, desencallaron las cuentas con más gasto de la historia Yolanda Díaz, Félix Bolaños, María Jesús Montero –que traga con la reforma impositiva a las empresas que ella quería aplazar un año- y Ione Belarra. Ni rastro de Calviño, ‘Nadie’ Calviño, que no fue convocada por el presidente.

Para más inri, la propia vicepresidenta primera y, en teoría, responsable económica del Ejecutivo, ante el viaje de Sánchez a Eslovenia, presidió el jueves el Consejo de Ministros que aprobó unos Presupuestos que –según su entorno- Calviño no comparte sobre todo en los últimos encajes. “Cada vez se le pone más cara de Solbes”, insiste algún compañero de Consejo.

Tampoco asisten a la reunión de poco más de tres cuartos de hora en el despacho de Sánchez ni la ministra de Vivienda, Raquel Sánchez, ni el cerebro económico de Unidas Podemos, Nacho Álvarez, que se entera del acuerdo en la mañana del martes en medio de un programa de TV. Incluso, pone en duda el pacto: Yolanda Díaz no quiere saber nada de Podemos. Y Álvarez también ha quedado fuera de la reunión decisiva.

Calviño no comparte sobre todo los últimos dispendios. “Cada vez se le pone más cara de Solbes”, insiste algún compañero de Consejo

El ‘maquiavélico’ Sánchez –Reverte dixit- se ha guardado un último as en la manga: ha engañado a todos y anuncia un cheque alquiler para jóvenes que ni Belarra ni Díaz conocen. El presidente quiere compartir titulares y que las dos ministras no capitalicen el éxito de la ley. Aunque cueste, como poco 200 millones… Total, nadie sabe sus características como tampoco se conoce la letra pequeña del ‘bono cultural’ que se anunciará al día siguiente y que obliga a Miquel Iceta a rectificar varias veces porque no tiene ni idea qué actividades cubriría.

Sánchez ya tiene sus presupuestos, con subidas para pensionistas, funcionarios, jóvenes y nuevos votantes: 23 millones de hipotéticos votos directamente beneficiados por las subidas de unas cuentas que los expertos no se creen. Tampoco la ministra Calviño, que ahora debe lidiar con los hombres de negro de Bruselas y explicar unos Presupuestos que tienen mucho más de cálculo político y electoral que de cuentas económicas. Por eso, Calviño fue apartada y ninguneada. El precio a pagar por la insoportable levedad del ser… ‘Nadie’ Calviño.

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