Los más veteranos del lugar están recordando que el Partido Comunista era de España y que Santiago Carrillo apareció en público aceptando la bandera bicolor. A pesar de aquella decisión, tan relevante para la Transición a la democracia, siempre se ha visto a la izquierda desapegada de los símbolos constitucionales, que son de todos, aunque algunos de ellos, como los colores de la bandera, se los quedara el franquismo en propiedad. Que los perdedores volvieran a reconocer la bandera de Carlos III, a pesar de haber tenido que luchar contra ella, fue mucho más que un detalle, un gesto de reconciliación para la historia de España.
El académico Pérez Reverte nos ha recordado- con motivo de la publicación de su novela SIDI- que al Cid le pusieron la camisa azul por encima de la cota de malla. El franquismo se quedó con todo, como si la historia empezara en 1939. En España no acabamos de ponernos de acuerdo en casi nada. En el tiempo de Ruy Díaz, los reinos de entonces, hoy autonomías, resolvían sus diferencias con la espada en una mano y la daga en la otra. Ahora todavía nos cuesta darnos la razón. Aunque parezca mentira, hay que reconocer que hasta el año 2010 no se consiguió reunir a todos los españoles bajo la misma bandera. La bicolor constitucional se generalizó durante el Mundial de Sudáfrica. Aquella victoria futbolística hay que ponerla en un marco para la reconciliación nacional. No es un dato frívolo. España y los españoles somos así de particulares.
España está en campaña. El país, que dice Errejón, también. La palabra España ha subido unos cuantos peldaños en el escalafón de los lemas electorales. Y hasta el Partido Socialista de Cataluña ha anunciado que también Espanya estará en sus carteles. Nada que temer, ni por supuesto nada que reprochar a quien usa la palabra España. En el caso del PSOE, es una novedad que permite diluir para siempre el prejuicio de que solo la derecha puede hablar de España, o en su nombre.
'España va bien' fue un lema del Presidente Aznar para conseguir su segundo mandato con mayoría absoluta
Esa precaución la ha tenido la propia izquierda frente a una derecha que tampoco se atrevía a mucho más por el miedo al qué dirán. El prejuicio de los unos y el complejo de los otros era un círculo vicioso. Si el PSOE utiliza el nombre de España habrá que celebrarlo porque más allá del gol de Iniesta, es de todos. Por supuesto que Vox está en su derecho, como el PSOE, de poner a España donde le parezca. El partido de Abascal es fruto de la proliferación de banderas nacionales en balcones y ventanas durante la crisis catalana del 2017 y sin duda, hasta el momento, no le ha ido mal la cosecha. España va bien, fue un lema del Presidente Aznar para conseguir su segundo mandato con mayoría absoluta. Por lo tanto, no debería ser objeto de polémica que el PSOE y Vox usen a España. Otra cuestión es, el sintagma, el lema electoral, que se construye.
Abascal y Franco
El “Ahora España” del PSOE suena a producto de un estudio de mercado. A la vista de la que se viene encima otra vez en Cataluña y antes de que vuelvan a colgar las banderas hay que crear la imagen de Sánchez como único defensor de los colores nacionales. Más que un lema parece un descubrimiento. Un hallazgo de quien es presidente, ahora en funciones, con los votos de quienes niegan la existencia de España y de la legalidad constitucional que nos ampara.
En el caso del PSOE, el adverbio es oportunista y coyuntural. Salta tanto a la vista que los de Vox han respondido y se han adjudicado el adverbio siempre (“España siempre”), que para un partido nacionalista, como es el de Abascal, vale para todo, como dice el diccionario, “ocurra lo que ocurra”. Es una redundancia y una obviedad pero la formación de Abascal vive de las oportunidades y de demostrar que son más españoles que la propia bandera. No hay complejos y como ha afirmado el propio Abascal en una entrevista en ABC también “caben los que consideran que Franco lo hizo bien”. Como dijo Rodríguez Zapatero, “las palabras están al servicio de la política”. Ahora sabemos que los adverbios de tiempo especialmente acompañando a lo sustantivo.