Hace tiempo que el mercado político empezó a considerar al votante/cliente bajo patrones de consumidor arquetípico, a saber: el que siempre compra la misma marca, sin importarle que la calidad del producto que esta ofrece baje sensiblemente, o que aumente su precio para soportar los costes de producción y con ello la natural repercusión en su bolsillo de sufrido currante. A este votante/cliente le da igual González que Zapatero, Rubalcaba que Sánchez, Rajoy que Aznar, Casado que Feijoó. Desconfía de lo que el mercado le ofrece y por eso acude al tendero de toda la vida a comprar lo que tradicionalmente le ha servido, aunque ya no le funcione como antes. No se fía del resto de productos y las excusas que pone para votar (comprar) alternativas políticas son tan peregrinas como poco fiables.
Después tenemos al comprador compulsivo, que no atiende a razones, sino a eslóganes del producto, cuanto más populista y seductor, mejor. Vive a contracorriente y cambia con frecuencia de marcas alternativas con tal de no comprar lo tradicional, porque forman parte el sistema capitalista opresor o son marcas cooperativas de un empresario rojo. Este votante/consumidor es el más impredecible y a la vez, el más ingenioso a la hora de responder por qué compra lo que compra. Su fidelidad dura lo que una alternativa más populista en precio o eslogan ingenioso tarda en aparecer en el mercado.
Por último, consideramos al comprador/votante racional, que modifica su opción de compra por patrones que le exigen tiempo de mesura, pensamiento comparativo y respiración profunda antes de decidir qué va a hacer. Acaba por definir su fidelidad en función de la calidad del producto, aunque este sea más caro. Cuando llega la crisis, ni su raciocinio puede vencer al bolsillo y acaba por no comprar lo que siempre defendió comprar y acaba dejándose seducir por el producto populista de ingenioso eslogan.
En ese mercado sociológico, llegamos a las elecciones andaluzas, cuyas urnas se dispondrán próximamente y en las que los principales cambios que han colocado a la región en los mejores índices de desarrollo económico y avance social de España provienen de la gestión de un partido, Ciudadanos, mi partido, que según todos los sondeos, ha perdido la confianza del comprador/votante. Y la mayor parte del respaldo que obtuvimos en el pasado ahora se lo repartirán dos formaciones que obedecen al estadio uno y dos que describíamos antes: el producto de siempre o el que se rebela ante lo de siempre: PP o Vox.
La contundencia y la falta de complejos que nos caracterizó en el pasado se ha convertido ahora en patrimonio de otra formación creada ex novo por la España en crisis
Esto que voy a decir es impopular, sacrílego y hasta osado. Pero es una realidad que a muchos le está costando asumir y digerir. Dediqué las últimas semanas a cotejar la defensa que hace Vox de ciertos postulados, los mensajes que utiliza y dónde ancla sus denuncias. No se sorprendan si les digo que más del 60% de las cuestiones esenciales que hoy abandera Vox como propias pertenecían a Ciudadanos hace unos años. Pertinentes son, pues, las preguntas: ¿hay tantas diferencias como sus programas y direcciones plantean? ¿Son dos formaciones separadas por abismos ideológicos, como parecen decirnos? ¿Por qué hay tanto trasvase de votante entre ambos partidos e incluso gran parte de los dirigentes actuales de Vox reconocen que simpatizaron o votaron a Ciudadanos en sus inicios? La respuesta está en la propuesta que ofrecen al electorado: alternativa frente a alternancia, contestación frente a resignación e impugnación a una política de reparto del país que ha hecho a los españoles más pobres, más dependientes y menos libres con cada gobierno. La contundencia y la falta de complejos que nos caracterizó en el pasado se ha convertido ahora en patrimonio de otra formación creada ex novo por la España en crisis.
Vox le arrebató a Ciudadanos 317.000 votantes en las elecciones de abril de 2019. Y casi 400.000 en el impasse que hubo desde esa fecha hasta la repetición en noviembre. En total, más de 700.000 votos. Otro millón fue a la abstención y una cifra similar al Partido Popular. La pérdida de confianza ciudadana en el partido que más se parecía a los españoles aún no ha sido analizada en clave interna, ni sometido al escrutinio de la lógica. De ahí que se trate, de forma desquiciada y sin mesura, a los votantes de Vox como una jauría de hormonados envueltos en principios pretéritos: la bandera, la familia, las tradiciones populares, etc. Causas políticas que antes defendíamos en Ciudadanos de manera desacomplejada y firme. Guste o no, el voto contestatario sigue siendo en España el voto que más se traduce en crecimiento en las urnas.
Por su discurso transversal (que fue patrimonio de Ciudadanos) le empiezan a llegar a Vox votos de diferentes electores que tradicionalmente confiaron su papeleta a formaciones de izquierdas
Sin embargo, Vox ya no debe su crecimiento sociológico sólo a lo que el mercado de la derecha le ofrece, sino que, por su discurso transversal (que fue patrimonio de Ciudadanos desde que nació) le empiezan a llegar votos de diferentes electores que tradicionalmente confiaron su papeleta a formaciones de izquierdas, sobre todo en el ámbito rural, campo cautivo del socialismo clientelar en el caso andaluz. Es paradójico que quien desalojara al socialismo corrupto de su poltrona tras cuarenta años de cortijo en la Junta controlado fuera Ciudadanos y quien saque réditos de esa acción sea otra formación política cuya forma de denunciar y actuar replica muchos de los esquemas que nos impulsaron a los liberales en estos pasados años. Pero la historia no se escribe en línea recta ni centrada.
Hoy, la lucha política no es entre ideologías, ni entre etiquetas, ni entre espacios programáticos. La batalla enfrenta por un lado a políticas y políticos que defienden, amparan y protegen espacios de libertad individual y económica y por el otro a políticas y políticos que conculcan, limitan o prohíben esos mismos espacios. La libertad en cuanto a la extensión y protección de derechos, es posible cuando se defienda el mismo derecho del otro a disfrutarlas, en lo concerniente a su ámbito de decisión privada, sin que la moral o un ente superior, véase Estado, dicte como debe hacerlo, salvo contrato entre las partes donde quede establecido las condiciones del acuerdo. Aquí hay diferencias evidente que los liberales debemos hacer constar respecto a otras formaciones políticas. En Andalucía no hemos sabido explicarlas con la suficiente inteligencia como para que el electorado nos otorgue su confianza. De momento son sondeos, pero son malos sondeos. El mal augurio es la antesala del peor resultado.
En mucho votante prototipo, el centro, como lugar de encuentro y no como punto de partida, sigue siendo virtuoso, donde la mesa sustituye a la trinchera y la palabra al disparo
La defensa de las ideas liberales no admite equidistancias superfluas y abstractas. Cuando entendamos esto ya será tarde. El centrismo no es la mitad de nada, mientras que la defensa de la libertad es el centro de todo. El centro fue en su momento la superación de un desgarro histórico. En mucho votante prototipo, el centro, como lugar de encuentro y no como punto de partida, sigue siendo virtuoso, donde la mesa sustituye a la trinchera y la palabra al disparo. Pero en escenarios movedizos no hay lugar ya para ideologías fijas. Asistimos a la madurez sociológica de un país que ya no cree en las dimensiones arquetípicas del pasado, que ya no desea ubicarse en etiquetas, sino transitar por la crítica constante y que prefiere cuestionar las imposiciones morales y los dogmas culturales antes que asumir que algo es bueno o malo por tradición o porque lo diga la izquierda.
Los politólogos de excel, que analizan desde el ordenador de su casa sin pisar la realidad de Andalucía, negarán esto último hasta la saciedad, estableciendo paralelismos fuera de contexto con lo que, por ejemplo, ha acontecido en Francia. Olvidan los expertos de plató que Le Pen y Melenchon ya no son un síntoma, sino una realidad contagiosa. Si el diagnóstico sigue siendo, “cuidado, que viene el extremismo”, el extremismo seguirá creciendo. Y aquí podríamos debatir qué es extremo y qué no. Lo que nos dice la realidad a todos los políticos es que debemos salir de la complaciente burbuja de cristal, hablarle a los ciudadanos como adultos y ocuparnos de lo que les atañe. O el bucle del lamento ante supuestos o reales peligros populistas no dejará de aumentar.
Rocket Man
Señor Carrillo, jamás perdonaré a Cs que se uniera a la extrema izquierda chavista y anticapitalista para desalojar a la mejor Alcaldesa que ha tenido Cádiz en la historia de la Democracia. Lo de gobernar con Gusana Díaz ya ni cotiza.
Vibla
No se puede decir hoy una cosa y mañana la contraria. Parece que cada vez se exige al político ser consecuente entre lo que dice y lo que hace
jgalesco
Un Exmilitante de CS atestigua que es así. Las propuestas de VOX no son más que las de CS de los comienzos y poco mas. La política camaleónica de CS es la que ha propiciado que muchos votantes de CS ahora votemos VOX.
Petrapacheco
Ciudadanos defendiendo los toros, la caza, la doble moral, las procesiones bajo palio, y las adulaciones al 'señorito'. No hay más preguntas. Pero me niego rotundamente a creer que la gran mayoría de votantes de Ciudadanos estén de acuerdo con el ideario de Vox. Otra cosa es que muchos vayan a las elecciones engañados, porque algunos dirigentes se enarbolan con la misma bandera y ahora con diferentes siglas. No y rotundamente no. Espero con ansiedad el artículo sobre la cortedad de miras de la señora Arrimadas abandonando Cataluña tras ganar las elecciones y sobre las causas que llevaron a Rivera a perderlo todo cuando estaba a punto de ganarlo.
ovicable
Por fin alguien en CS que cuenta la autentica realidad, VOX se alimentó del voto de CS claramente. solo hay que contar los escaños que bajaba CS y subía VOX en las ultimas elecciones, y aunque creo que el porcentaje de trasvase de voto entre ambas formaciones es muy superior al que nos indica el Señor Carrillo, me alegra que por fin alguien en ese partido diga la autentica Verdad, se lo dice un exvotante de Rosa Diez y despues de Ciudadanos....
DaniG
Aún recuerdo a Ribera en 2016 criticando la LIVG en un debate y ofreciendo eliminar la asimetría en los castigos. La propuesta duró 2 días.
Yorick
«Más del 60% de las cuestiones esenciales que hoy abandera el partido de Abascal como propias pertenecían a Ciudadanos hace unos años». Pues si más del 60% de esas cuestiones esenciales están ahora en Vox, ya está tardando el 60% de este señor en pasarse a Vox. Allí puede reunirse con el 40% restante.
Jock Colville
Señor Carrillo, su artículo me parece una autocrítica magnífica, algo que no se suele ver en la política española. Además de no echar la culpa a otros de lo que le ha sucedido a Ciudadanos, tampoco llama ultraderecha o acusa de fascistas a los de Vox, hechos ambos que dejan clara su capacidad personal para la política entendida ésta como la infraestructura que se construye mediante el respeto y el diálogo para el consenso y también para el disenso. Enhorabuena, Fran.
unidospode0S
Bueno, tampoco hay que escorarse mirándo[se] el ombligo. Digamos que al principio era el verbo, osea Albertito y su corito desde Cataluña mintiendo como locos [columnisa incluido] que nos vendió que "eran diferentes". Vox comenzaba a sacar la cabena. La ahora pies y cabeza se largó a toda prisa de su tierra, el albertico empezó a decir cosas muy raras y se negó a mantener un gobierno decente para dejar todo el paso/peso a los comunistas y a los jefes desquiciados de un psoe dispuesto a seguir con lo de Andalucía. Pues Vox no se parece en nada a eso. Va a llegar a gobernar y entonces SI, entonces por primera vez comprobaremos lo de la transición. ¡Que los de Vox roban!, pues a esta altura del partido es ya lo mismo, como dijo alguien: PPSOE, UP y demás "partidillos" se lo han llevado ya todo. Nada que perder. Y el columnista, pues que se dé un paseo por galeras.
Wesly
Ahora, al parecer, C's quiere ser liberal. Antes quiso sustituir al PSOE. Y más antes quiso sustituir al PP. C's ha ido dando bandazos, cosa que ha auyentado a sus votantes. Por lo demás, coincido bastante con su análisis. Los electores parece que, mayoritariamente, se están volviendo más adultos, con lo que la colocación de etiquetas sectarias cada vez tiene menor impacto en la demonización pretendida contra las formaciones que se resisten a asumir la agenda de lo políticamente correcto y el pensamiento único sectario.
gwy
La razón es muy sencilla, señor Carrillo: el votante que fue de Cs es ese vitante racional que usted describe, que acudió a Cs cuando otra marca dejó de inspirarle confianza y abandonó Cs cuando sintió traicionada su confianza. Añada que Cs ha conseguido que sus ex-votantes aunen la racionalidad insatisfecha con la confianza traicionada,y el resultado inevitable es la desaparición de un partido al que en realidad nunca le gustaron sus votantes, y encima cometió el error de considerar que eran suyos por méritos propios.
Vortington
Este publicista del partido zombi, ¿de que nos quiere convencer?, C’s ha sido el sostén del partido de los ERE y de lo que haga falta con tal de estar en la nómina
Tamaratamaral
Este señor se queja de que vox copie las políticas de ciudadanos..En un principio las políticas de ciudadanos eran de los más coherentes..pero al alejarse de estas políticas y girar hacia la izquierda apoyando a Sánchez ..y esas mociones de censura absurdas ..dando bandazos hacia la nada..eso ha sido su muerte..adiós ciudadanos …hola vox
Chaves
... el "centro", i.e. la equidistancia entre dos puntos, en política de traduce irremediablemente en oportunismo... esos dos puntos se mueven, y el "centro" se desplaza pues con ellos... y ese oportunismo sólo puede a su vez ser servido por oportunistas, por políticos sin convicciones, a veces honrados y las más no, pues los oportunistas necesitan estar atentos a por dónde ir... así que, al margen de la buena fe y capacidad de relato de este articulista, la realidad es que Cs está sucumbiendo presa necesaria de su propia realidad de formación oportunista y no fiable... sólo hay que ver sus actuaciones...
Determinante.
A la izquierda la enterrará su batería de prohibiciones, Un ridículo idioma inclusivo forzoso, su exagerada y suicida religión climática y la hipócrita dependencia del " que polucionen otros", manteniendo nuestra "virginidad" intacta en un camino a la pobreza.
DANIROCIO
igual su comentario es interesado pero si cree que el presi.del PP no es adecuado comparandolo con Sanchez es que anda un poco perdido con los años que tengo le aseguro que España no ha tenido un presi. mas nefasto que Sanchez,Feijoo habra que darle la oportunidad y despues opinaremos pero la experiencia del ZP Y SANCHEZ ,RUINA TOTAL