Acercar los presos de ETA a las cárceles del País Vasco y Navarra. Y negociar sobre la "nación vasca" en el marco de la "mesa de partidos". Esas y no otras son las dos condiciones que Bildu planteará al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para apoyar su investidura en el Congreso de los Diputados. En todo caso, es más que probable que la coalición abertzale que lidera Arnaldo Otegi acabe respaldando al menos con su abstención al nuevo gobierno de PSOE y Podemos aunque dichas exigencias no sean cumplidas.
La delegación del partido abertzale estará formada por Mertxe Aizpurua, portavoz del Grupo Parlamentario de Bildu en el Congreso, Oskar Matute, portavoz adjunto y Gorka Elejabarrieta, portavoz en el Senado.
Hasta ahora el jefe del Ejecutivo en funciones se había comportado con Bildu copiando el modelo utilizado en Navarra: no reunirse con Otegi y los suyos pero esperando sus votos. Pero la pasada semana Sánchez anunció una ronda de consultas para buscar apoyos a su investidura "con todos los partidos". Por primera vez, incluyó a los bildutarras entre los interlocutores que se verán las caras con el comité negociador del PSOE que liderará la portavoz parlamentaria socialista, Adriana Lastra. Un paso más en las relaciones entre ambos partidos.
"Valor simbólico y espíritu constructivo"
En Bildu recibieron la noticia de su reunión en el Congreso con alborozo y afirmaron, por boca de su portavoz más conocido, que tenía un "valor simbólico importante". "No tenía ni pies ni cabeza que se tratara de evitar el diálogo con una formación política que tiene grupo parlamentario en el Congreso y que es la segunda fuerza en Euskadi", destacó el propio Otegi.
Desde la coalición abertzale repiten que sus representantes acudirán a la cita con "espíritu constructivo". Y sus negociadores expondrán a sus homólogos del PSOE cuáles son sus reclamaciones. Los principales ejes que Bildu planteará a Sánchez son la política penitenciaria respecto a los reclusos de ETA y la negociación sobre el "derecho a decidir" para alumbrar la "nación vasca".
Qué quiere Bildu
El tema de los presos de ETA es un eje de trabajo permanente de Bildu. Lo que los bildutarras van a proponer ahora al PSOE a cambio de su apoyo y van a plantear durante el resto de la legislatura es que los reclusos de la banda terrorista y su entorno sean acercados a cárceles del País Vasco y Navarra. O, dicho de otro modo, pedirán el final de la política penitenciaria de dispersión de los reos.
En segundo lugar, Bildu reclama, al igual que sus socios preferentes de ERC, la creación de una "mesa de partidos" para abordar la cuestión territorial tanto en Cataluña como el País Vasco. Será en ese marco donde Otegi y sus correligionarios plantearán la posibilidad de consumar el "derecho a decidir" mediante un referéndum para reconocer la "nación vasca". En román paladino, piden negociar el camino hacia la independencia.
Esperan la llamada
La diputada de Bildu Mertxe Aizpurua afirmaba este lunes en una entrevista radiofónica que no plantearán "como exigencia" la articulación de un referéndum de autodeterminación porque "resolver esto ahora es imposible". Lo que sí exigirán es la posibilidad de negociar al respecto en la citada mesa de diálogo. La bildutarra admitía que todavía no hay fecha para el encuentro con el PSOE y decía, al respecto, que "esperamos la llamada para el encuentro de esta semana".
No es descartable, además, que Bildu pretenda incluir en la citada "mesa de partidos" el asunto de los presos de ETA como parte de lo que ellos consideran el "conflicto político" del País Vasco. Eso sí, parece harto complicado que el PSOE aprobase discutir sobre este asunto aunque aceptase la citada mesa de negociación.
Cerca de la abstención
Aun en el caso de que el PSOE no se plegase a las citadas condiciones, acercamiento de presos y hablar sobre la "nación vasca", es una hipótesis más que probable que los cinco diputados de Bildu acaben respaldando con su abstención al futuro gobierno de PSOE y Podemos.
En una entrevista con Deia publicada este domingo, Otegi no aclaraba su posición pero argumentaba que es hora de "contextualizar el momento en términos históricos y es cierto que, poniéndole muchas comillas, no ha habido un gobierno de izquierdas en el Estado español desde la II República". "Si existe voluntad para una agenda democratizadora, nosotros no seremos obstáculo para este gobierno".