Scott, Cannondale, Cube, Giant, Specialized, Cannyon... No hay marca de bicicletas que no ofrezca modelos eléctricos. Hoy ponemos a prueba la Trek Allant+ 5 Lowstep, una bicicleta de la firma norteamericana que se desenvuelve como pez en el agua en la ciudad, pero que en algunos apartados deja un regusto un tanto amargo, aunque nada concluyente, a la hora de decantarse o no por ella.
Dejando al margen los inconvenientes que implica utilizar la bicleta en entornos urbanos, y que básicamente en el caso de determinadas ciudades son las cuestas y en todas lidiar con el tráfico motorizado, el comportamiento del corazón -motor- de la Allan+ 5 Lowstep es más que correcto. Empuja con intensidad gracias a su batería de 545 WH que da, según Bosh, en torno a los 100 Kms de autonomía. Una cifra que varía en función de los distintos modos de conducción que se seleccionen, el peso del usuario y las cuestas o bajadas. Al usar los dos modos más 'rapidos' la autonomía puede reducirse hasta los en torno a 50 o 60 kilómetros aproximadamente. Su velocidad máxima es de 25 Kms/h, el límite legal. Puedes consultar la autonomía de las baterías de Bosch a través de este enlace de una forma más precisa.
Cómoda y ágil
La línea de la bici está claramente pensada para la ciudad. Se sube a ella sin problemas gracias a que el tubo superior del cuadro no existe en este modelo (diseño step-thru). No habrá por tanto que tumbar la bici para alzarse a ella ni utilizar los pedales a modo de escalera. Montar y desmontar es fácil, lo que la hace prefecta para gente con problemas de movilidad, lesiones, o personas mayores. Sus ruedas de 27,5 pulgadas la hacen ser alta, MUY cómoda al rodar, y su geometría le permite ratonear muy bien entre los coches.
Como decimos, su motor va francamente bien, y en cuantro a las capacidades de la batería (carga el modelo BES3 externa de Bosch), es posible elegir entre pilas de 400 WH, 545 WH, 725 WH y 800 WH -van de menor a mayor autonomía-. Una de sus ventajas es que son extraíbles, por lo que la bici se puedes dejar en el trastero -aquellos afortunados que lo tengan- y subir únicamente la batería a casa para alimentarla cómodamente.
Los modos de la bicicleta se controlan a través de un mando ubicado en el manillar izquierdo. Permite activar hasta cinco formas de conducción diferentes que van de menos a más asistencia en el pedaleo. Cuenta con un modo automático que se adapta a las necesidades del usuario y otro que se puede personalizar a gusto del mismo. Además, dispone de una pequeña pantalla en la que se muestra la velocidad o los kilómetros recorridos, muy interesante para conocer las métricas. El sistema interactúa con el teléfono móvil del usuario para realizar el seguimiento de la actividad, navegar y otras muchas más opciones.
Cosas que Trek tiene que mejorar
Lo que no nos ha gustado principalmente son dos cosas, la primera es la horquilla. Se trata de un muelle de la marca Suntour que, si bien se agradece -no todas integran este elemento-, nos ha resultado un poco dura para las frecuentes imperfecciones del asfalto madrileño.
La otra cosa que no nos ha terminado de convencer es el cambio, aunque hay que decir que cumple bien con su función. Carga un Shimano Altus M2000 de nueve velocidades. Para una bici por la que hay que pagar una cifra que parte de los 3.149 euros (en función de la batería seleccionada) nos parece una gama demasiado baja. Por lo demás, un equipo muy, muy interesante para moverse con seguridad y rapidez por la ciudad.
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Y muchas otras para las aceras y zonas peatonales.