María José de la Fuente ha sido elegida nueva presidenta del Tribunal de Cuentas, en sustitución de Ramón Álvarez de Miranda, que ostentaba el cargo desde 2012. De la Fuente fue elegida consejera a propuesta del PP en 2012 y seis años después se ha convertido en la segunda mujer al frente del organismo fiscalizador. La primera fue Milagros García Crespo, que ocupó la Presidencia entre 1993 hasta 1997.
Su elección ha tenido lugar este lunes durante la sesión extraordinaria que los consejeros y consejeras del Tribunal de Cuentas han celebrado para elegir, o renovar en su cargo, a los miembros que integran su Comisión de Gobierno: el presidente de la institución, presidenta en este caso, y los presidentes de sus secciones de Fiscalización, encargada de los informes de contabilidad, y de Enjuiciamiento, que investiga y sentencia los casos de responsabilidad contable.
La legislación establece que los doce consejeros del Tribunal de Cuentas son elegidos por el Congreso y por el Senado por un mandato de nueve años y que entre ellos eligen al presidentes y a los responsables de las dos secciones. Eso sí, en la sesión de este lunes, sólo han votado once, dado que el pasado enero renunció uno de sus consejeros, Lluis Armet, que en su día fue promovido por el PSOE, y que aún no ha sido sustituido por el Senado.
Tres propuestos por el PP en la cúpula
Además de a De la Fuente, los consejeros han reelegido a Javier Medina, en Fiscalización, y han designado a José María Suárez Robledano, según informaron a Europa Press fuentes del Tribunal de Cuentas. Ambos fueron propuestos como consejeros en 2012 a instancias del PP. En concreto, Robledano sustituye en ese puesto a Felipe García Ortíz, que había sido propuesto por el PSOE.
Es decir, la cúpula del tribunal está ahora en manos de tres consejeros cuyos nombramientos se produjeron en su día a propuesta del partido de Pablo Casado.
Eso sí, cada tres años hay que someter a votación a esos tres miembros de la comisión de gobierno para decidir si siguen o son sustituidos. Álvarez de Miranda, en su día elegido en las Cortes por consenso entre PP y PSOE, fue elegido presidente en 2012 y renovó en 2015.
Según la legislación, esa elección se efectúa mediante votación secreta entre los consejeros de Cuentas y, al día siguiente, el Pleno del Tribunal, incluyendo ya al fiscal de la institución, examinará la legalidad de la propuesta y la comunicará al Congreso.
De letrada a presidenta
La ahora nueva presidenta del Tribunal de Cuenta ha desarrollado su carrera profesional en el Tribunal de Cuentas desde 1993, cuando ingresó por oposición en el Cuerpo Superior de Letrados del fiscalizador. Fue destinada al Departamento de Fiscalización de Comunidades y Ciudades Autónomas como directora de Programas y, posteriormente, como subdirectora adjunta a la Asesoría Jurídica.
En 1999, pasó a la Presidencia del Tribunal, donde desarrolló una intensa actividad en el ámbito internacional: fue directora de la Unidad de Enlace con el Tribunal de Cuentas Europeo hasta 2003 y directora de Relaciones Internacionales de la Institución, desempeñando las funciones de agente de Enlace con el Tribunal de Cuentas Europeo y directora de la Secretaría de la Organización Europea de Entidades Fiscalizadoras Superiores (EUROSAI).
En 2012 fue elegida consejera y hasta ahora se encargaba del Departamento de Fiscalización de Entidades Locales, cuya función es fiscalizar el sector público local y gestionar la Plataforma de Rendición de Cuentas de las entidades locales.
También ejercía desde 2015 como corresponsable del Departamento de Partidos Políticos, cuya misión es fiscalizar la contabilidad anual de los partidos políticos y sus entidades dependientes que perciben subvenciones para gastos de funcionamiento, así como la fiscalización de los procesos electorales. Además, era desde diciembre de 2014 vocal de la Comisión de Transparencia y Buen Gobierno, a propuesta del Tribunal de Cuentas.