El debate interno en Podemos va cada vez a menos. Después de un año turbulento entre dimisiones y purgas, y un congreso general de Vistalegre 3 convocado casi de manera clandestina (participó un tercio de los afiliados de Vistalegre 2), ahora es el turno de las direcciones autonómicas. En seis casos la dirección nacional ha decidido aupar al candidato afín a la cúpula, enmarcando su propuesta en la lista un Podemos contigo: la misma de Pablo Iglesias en Vistalegre 3. Esa práctica se había perdido en los últimos años cuando la elección de las ejecutivas regionales había sido muy reñida.
A lo largo de los últimos años, la dirección nacional ha protagonizado movimientos muy polémicos a nivel local. Impuso gestoras que han apartado a los críticos y en algunos casos se los afectados han denunciado "pucherazos". El punto de inflexión fue la declaración de Toledo de algunos exbarones del partido que pedían menos enfrentamiento con Íñigo Errejón y un partido más abierto al debate. Desde aquel momento, la cúpula de Podemos se centró en buscar y eliminar políticamente a los traidores.
Ahora, a pocas semanas de las votaciones para elegir las ejecutivas regionales de Podemos, la línea dirigista se refuerza. La dirección encabezada por Iglesias (el secretario revalidó el cargo con más del 90% de apoyo de la militancia) ha decidido aupar de manera explícita a seis nuevos líderes regionales, o barones de Podemos.
Se presentarán bajo el símbolo de Iglesias, para lanzar "un mensaje claro a la militancia de lo que debe votar”, lamentan algunos. "Eso se parece una práctica del primer Podemos, antes de Vistalegre 2", añaden otro para quejarse de la decisión del secretario.
Los 'seis' de Iglesias
Los elegidos de la dirección son Jesús Santos en Madrid (que selló el viernes y a contra reloj un pacto con Isa Serra que de momento está evitando un duro enfrentamiento), Pilar Lima en la Comunitat Valenciana, Conchi Abellán en Cataluña, Javier Sánchez en Murcia, Maru Díaz en Aragón y Pilar Garrido en el País Vasco.
La situación regional más compleja se presenta en Cataluña. Noelia Bail, la candidata considerada opositora a la dirección nacional, ya ganó a Abellán en las primarias para las listas del Parlament. Fuentes de Podem Cataluña sostienen que ese resultado podría repetirse, aunque otros creen que no será así. "En la primera elección la dirección se despistó", ironizan, para esbozar la idea de que esta vez habrá maniobras internas que eviten un resultado semejante.
En las demás Comunidades Autónomas el resultado parece descontado. También en el País Vasco, hasta hace poco un fortín del errejonismo, no se prevén sorpresas. En la Comunitat Valenciana la lista pablista tampoco debería encontrar problemas. La dirección trabaja en esa zona con el objetivo de limitar la expansión de Compromís. Lo hace fichando a personas de ese entorno y también de IU, para avanzar hacia la absorción de facto del partido de Alberto Garzón.
Solo en Andalucía el partido morado descarta entrar con fuerza. Aquí dejará actuar a los dirigentes que quedan de IU, con el objetivo de entregar el territorio al PCE de Enrique Santiago. Si todo procede como espera la dirección, en pocas semanas Podemos entrará en su fase 3.0. Será un partido mucho más dócil, aunque con menos capacidad de movilización. Y todo apunta a que, ya en el gobierno, a la cúpula eso importa menos.