La mesa de partidos, apoyada por el Gobierno de Pedro Sánchez para “hablar” sobre cómo resolver la “situación complicada” que se vive en Cataluña, en palabras de la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, tiene una función diferente según quien la mire. Para el equipo de Sánchez, es una vía para ganarse la aprobación de los presupuestos. Mientras que para los independentistas es una manera para justificar su respaldo a Sánchez en el contexto del juicio al 1-O. Con un detalle relevante: la mesa de partidos colocará a Podemos en la centralidad del debate para avanzar en la opción de un referéndum para la cuestión catalana, según admiten fuentes del bloque independentista.
Sobre la mesa de los partidos sobrevuela una duda a la que nadie sabe contestar. ¿Cómo tomará decisiones ese foro? ¿Y qué valor tendrán las declaraciones que un relator o coordinador independiente comunique en un marco de supuesta neutralidad? El bloque independentista quiere, desde hace meses, que esta mesa sea la punta de lanza de una estrategia para avalar su apuesta por el referéndum. Un movimiento también destinado a revalidar en el extranjero las tesis separatistas y llegar a un escenario al estilo escocés de 2014.
Con este fin, los partidos independentistas quieren ampliar el abanico de las formaciones involucradas en la mesa. La voluntad, tanto de ERC como del PDeCAT, es que la marca catalana del partido de Iglesias, En Comú Podem, esté en la mesa. "La mesa de partidos permite meter un actor nuevo en el debate, que es Podemos. Este partido tiene un papel determinante en el Parlament y en el Congreso, y añade matices para generar un foro más amplio y con más apoyos parlamentarios", explica un miembro del bloque independentista. Su presencia hará decantar la balanza hacia un referéndum, creen miembros de estas formaciones.
Desde En Comú Podem ayer no aclararon si tienen pensado proponer un nombre para la figura del "relator" de la mesa. Aunque sí confirmaron que participarán en la mesa. En cuanto a esta figura de puente para "coordinar" las sesiones del foro, Calvo no adelantó ayer nombren. Pero mantuvo que será una decisión de los partidos involucrados y no excluyó, de momento, ningún perfil. Tampoco a ex dirigentes de partidos políticos como el PNV o el propio Podemos.
El papel del PSC
El Gobierno de Sánchez ha asegurado que no interferirá. Tampoco pretende influir o vetar el nombramiento del relator, según mantuvo Carmen Calvo el pasado martes. El PSC de Miquel Iceta ejercerá el papel de embajador del Ejecutivo de Sánchez. El diputado catalán ha anunciado en más de una ocasión su idea de un referéndum sobre un nuevo Estatut como vía para acabar con el desafío independentista. Esta será, con toda probabilidad, la posición que también defenderá el Gobierno.
En todos los casos, la mesa de partidos --si nace-- acabará con abordar inevitablemente una propuesta de consulta. Y lo hará al margen del debate parlamentario, ya que la propia vicepresidenta aclaró en el Palacio de la Moncloa que actuará fuera del marco institucional ordinario. Este foro, dijo Calvo, servirá para “hablar” sobre cómo resolver una “situación complicada” derivada del proceso secesionista.
Todas las formaciones políticas catalanas, excluidos Ciudadanos y el PP, que no reconocen la legitimidad de este foro, han afirmado que participarán en la mesa. Tampoco la CUP acudirá. La decisión de PP y Ciudadanos corresponde, según Calvo, a una muestra de “radicalismo”.
Comisión bilateral con Torra
El Gobierno no se sentará en esa mesa, mientras que sí lo hará en la comisión bilateral con representantes del equipo de Quim Torra. Cabe señalar que el bloque independentista también exigió a Sánchez una opción alternativa a la mesa de partidos. Esta vía consistía en una reunión oficial con Torra que obtuviera una pátina de cumbre internacional. También en este caso, los independentistas abogaron por la presencia de un mediador externo que ratificara las decisiones tomadas, afirman fuentes conocedoras de las negociaciones.
Los independentistas creen que las “reuniones sectoriales” no conducen a nada. Además afirman que el equipo de Sánchez no cumple con su palabra. Y han subido la apuesta, aprovechando la encrucijada de los presupuestos. El Gobierno, por su parte muy debilitado por las críticas de miembros relevantes del PSOE, insiste en que esta es la vía de la “responsabilidad” para resolver una situación que, aseguran, han heredado de la inacción de Mariano Rajoy.
Aun así, para el Ejecutivo es arduo intentar demostrar que la aprobación de una mesa de partido con un “relator” externo no sea una cesión al independentismo. También en el marco de la comisión bilateral con representantes del equipo de Torra que Sánchez quiere mantener. Se trata de una situación que Calvo cree “perfectamente constitucional”, aunque tanto el PP como Ciudadanos acusan al Gobierno de estar “traicionando” a España.