Madrid inaugura este 1 de diciembre su nuevo hospital de pandemias. Un centro que asombrará al mundo en palabras de la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, que para bautizarlo ha elegido el nombre de una mujer extraordinaria que se llamaba como ella: la gallega Isabel Zendal, considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la primera enfermera de la historia en misión internacional. Isabel Zendal protagonizó una de las más importantes gestas de la historia en una expedición que, en 1803, partió en la corbeta María Pita, desde el puerto de La Coruña hasta los confines del mundo. A bordo, 22 niños huérfanos que llevaron en sus cuerpos la vacuna viva de la viruela a América.
Un personaje fuera de lo común pero todavía injustamente desconocido, incluso, por muchos gallegos, explica a Vozpópuli desde La Coruña Fernando Fernández Barreiro, secretario de la Asociación Isabel Zendal que nació en 2016 en la misma ciudad -antes comenzó a gestarse, explican desde la entidad- para dar visibilidad a una mujer que fue una de las protagonistas de la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna (REFV), que partió del puerto de La Coruña en 1803 para inmunizar contra la viruela -una enfermedad letal para la población aborigen de América- en los territorios de ultramar.
"Sigue siendo una historia desconocida, en España y, desgraciadamente, en Galicia. Porque en otros países, como en México o Estados Unidos, es conocida y reconocida", señala Fernández. Pocas veces el nombre de Isabel Zendal ha sonado tanto como en estas últimas semanas y, quién lo iba a decir, a costa de una pandemia y fuera de la tierra donde nació. Todo porque, en Madrid, el nuevo hospital de pandemias que en unos días abre sus puertas -construido en un tiempo récord y objeto de no pocas polémicas- llevará el nombre de la enfermera gallega.
Una gesta oculta
Algo que, dicen desde la asociación coruñesa, no deja de ser paradójico: que ningún hospital gallego haya sido bautizado con su nombre. Existieron algunas iniciativas en esa dirección. Como que el actual Complexo Hospitalario Universitario A Coruña (Chuac) llevara su nombre, pero no prosperaron. Finalmente, en 2017, en ese mismo centro sí se bautizó la biblioteca.
"Hemos hecho bastante para sacar a la luz esta historia, pero pensamos que todavía no es suficiente. Somos ambiciosos. Es verdad que el hecho de que un hospital de Madrid vaya a llevar su nombre ha contribuido también a dar a conocer la figura. Nos sorprendió gratamente. Lo que nos sorprende es que no se haya hecho en Galicia y nos deja un sabor amargo", señala Fernández.
Nuevas investigaciones
Si alguien tiene mucho que ver con que la historia de Isabel Zendal haya sido rescatada del olvido es el historiador y periodista Antonio López Mariño quien ha aportado datos biográficos hasta no hace tanto desconocidos. Datos y documentos que figuran en una edición trilingüe —en gallego, castellano e inglés— publicada por el Parlamento de Galicia en 2018, para hacer justicia a una figura determinante en el éxito de la expedición humanitaria de la que formó parte.
Como se ha dicho, el libro Isabel Zendal en los archivos de Galicia se publicó hace un par de años. Según explicaba el mismo autor en una entrevista a la revista Enfermería en Desarrollo, los reconocimientos a la figura de la coruñesa empezaban a sucederse. Libros como A flor de piel, de Javier Moro o Los niños de la viruela, de María Solar, tuvieron mucho que ver. También la película 22 ángeles, una película dirigida en 2016 por Miguel Bardem con Mariana Carballal, Pedro Casablanc o María Castro.
La Cátedra de Divulgación Científica Isabel Zendal de la Universidade de A Coruña; el premio de la Asociación Española de Enfermería Comunitaria con su nombre; el premio de investigación de SATSE Galicia o los convocados por la asociación cultural Círculo Escéptico, en colaboración con la universidad gallega, llevan el nombre Zendal. Incluso, se consiguió cambiar el nombre de su calle, en la Ciudad Vieja coruñesa (desde 1971, estaba rotulada como Isabel López Gandalia).
La historia de las historias
La Real Expedición Filantrópica de la Vacuna (1803-1814), conocida como la Expedición Balmis, en referencia al médico Francisco Javier Balmis, que la impulsó y dirigió, partió en la corbeta María Pita del puerto de La Coruña, el 30 de noviembre de 1803. Se considera que fue la primera expedición sanitaria internacional de la historia y una gesta extraordinaria. El objetivo era hacer llegar a todos los rincones del imperio español los beneficios de la vacuna para luchar contra los terribles efectos de la viruela.
Los protagonistas de la historia fueron Balmis, el catalán José Salvany (un joven médico militar), Isabel Zendal y los 22 niños que sirvieron de medio de transporte de la vacuna. El rey Carlos IV (1748-1819) apoyó y sufragó los costes de la expedición.
Uno de los pilares de la Expedición Balmis
"Nace en una familia pobre de solemnidad, en una aldea del Ayuntamiento de Ordes. Emigra a La Coruña donde, siendo madre soltera, trabajará de rectora en la Casa de Expósitos. En noviembre de 1803, como parte del equipo médico de la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, emprende un viaje transoceánico de cuatro años, que le dará el prestigio de ser la primera enfermera de la historia en misión internacional de salud pública", arranca el periodista Antonio López Mariño, en la presentación de su obra.
"Cuidaba del único eslabón imprescindible de la REFV: los expósitos que, de brazo a brazo, llevaron a América y Asia la primera vacuna conocida -la de la viruela-. Una vida extraordinaria, desde un origen muy marginal hasta las más altas cimas del olvido", continúa.
Las investigaciones más recientes indican que Isabel Zendal debió nacer hacia 1771-1772 en el seno de una familia pobre. Uno de los 22 niños de la expedición, Benito, de siete años de edad, pudo haber sido su propio hijo, natural o adoptivo. Era la rectora de la Casa de Expósitos (niños huérfanos y abandonados) de la ciudad cuando se gestó la expedición y recibió el encargo de cuidar a los niños, para que la vacuna pudiera llegar en condiciones a su destino.
La vida de Isabel Zendal
El libro de Mariño se centra en la figura de Isabel Zendal: las vicisitudes de las investigaciones sobre su origen y procedencia, sus apellidos y su trayectoria hasta ser la rectora de la Casa de Expósitos. En la inclusa coruñesa, abierta en 1793, se recibían unos cien niños al año, que en su mayoría se distribuían en familias de acogida o eran enviados a Santiago de Compostela.
La función de Zendal durante la travesía era de decisiva importancia: conseguir que la vacuna llegara viva. Los niños se escogieron cuidando de que no hubieran estado en contacto con la viruela. Cada 10 días, según relatan las investigaciones, se traspasaba el pus de las lesiones de una pareja de niños al brazo de otra pareja, cuidando mientras los contactos con otros niños en espera para evitar contagios no previstos.
Así pudieron llegar a Puerto Rico el 9 de febrero de 1804. Desde allí una parte de la expedición liderada por José Salvany se dirigió al sur del continente, y otra, dirigida por Balmis partió de nuevo desde Acapulco (México) a Filipinas, llegando a Manila en abril de 1805.
En noviembre de 1806, Balmis emprendió, esta vez solo, el viaje de vuelta a España (llegó a Lisboa en agosto de 1807). Otros componentes de la expedición volvieron a México. Isabel Zendal siguió este camino, muriendo en Puebla de los Ángeles (México) unos años después. Balmis volvió de nuevo a México en 1810 para comprobar los avances, regresando a España en 1813.
En 1950 la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció a Isabel Zendal Gómez como la primera enfermera de la historia en misión internacional y uno de los pilares de la expedición.