La concentración de negacionistas del coronavirus celebrada ayer en Madrid, a la que asistieron entre 2.500 y 3.000 personas, que ni guardaron las distancias de seguridad ni se pusieron mascarillas, ha causado estupor y enorme enfado entre los sanitarios. Arrecian las críticas contra la Delegación del Gobierno por permitir el encuentro y ésta se defiende señalando que desconocía los motivos de concentración -que llevaba días promocionándose en redes sociales- y que abrirá una investigación. El acto, señalan a Vozpópuli desde asociaciones como Círculo Escéptico, "puede ocasionar un brote de contagios que afecte a personas que nada tienen que ver con esta locura".
La cita era a las seis de la tarde en la madrileña Plaza de Colón. Arengados por figuras públicas como el músico Miguel Bosé, que lleva meses defendiendo teorías negacionistas de la covid-19 y, sin embargo, no asistió al encuentro, unas 3.000 personas se citaron en el centro de Madrid para corear consignas como "¡bote, bote, bote, aquí no hay rebrote! (...)" o "¡falsos test, falsos positivos!".
Sin guardar distancia alguna, sin mascarillas o mal colocadas en muchos casos, algunos manifestantes llegaron a darse besos y abrazos con el fin de demostrar que, como gritaban, la pandemia "es una farsa". Además, arremetieron contra varios de los periodistas que cubrían el encuentro a los que tildaron de "terroristas".
Competencia de la Delegación
Que la Delegación del Gobierno en Madrid haya permitido semejante manifestación ha causado un enorme enfado entre los sanitarios sobre todo porque, como explican a Vozpópuli diferentes fuentes, sus promotores lllevaban días anunciando cuáles eran sus intenciones. El propio Consejo General de Médicos (CGCOM) había pedido expresamente a la Consejería de Sanidad de Madrid que estableciera "los mecanismos necesarios para impedir la concentración" porque podía "significar un atentado grave" contra la salud pública.
Desde la Consejería señalan a este digital que la autorización del encuentro era competencia exclusiva de la Delegación. Lo mismo que indican desde el Ayuntamiento de Madrid que, aclaran, en este caso sólo solicitó al consistorio efectivos de Policía Municipal para el control de tráfico en torno a la concentración. El alcalde José Luis Martínez-Almeida tachaba esta misma mañana de "lamentable" la organización de un encuentro de esas características en una ciudad como Madrid que tanto ha sufrido con la pandemia.
La Delegación del Gobierno se defiende
Desde la Delegación del Gobierno se defienden. Aseguran a Vozpópuli que en el escrito de comunicación de la manifestación que tuvo lugar en la Plaza de Colón, sus convocantes -personas particulares, ninguna organización, aclaran- no dijeron que se trataba de un evento anti-mascarillas. Ahora, la Delegación dice que abrirá una investigación sobre lo ocurrido y se aplicarán las sanciones oportunas.
La Delegación se remiten a las declaraciones vertidas esta misma mañana en diferentes emisoras de radio por su máximo responsable, José Manuel Franco, en el sentido de que se actuará "con la máxima dureza que permite la ley" contra las personas que ayer incumplieron la norma durante la concentración. El encuentro, según las mismas fuentes, no se habría celebrado según lo dispuesto y se procederá a investigar lo sucedido.
"Contra el estado de alarma"
En el escrito de comunicación de la convocatoria, prosiguen las mismas fuentes, en "ningún momento" se señaló que sería "en contra de las mascarillas" y, en el mismo comunicado, los promotores garantizaban que cumplirían con todas las medidas de seguridad, tanto a la hora de mantener la distancia como en el uso obligatorio de mascarillas.
Según las mismas fuentes, una vez visto lo sucedido -que fueron muchos los asistentes que no sólo no portaban mascarillas, si no que coreaban gritos negando la existencia de la covid- se investigará y se procederá a las pertinentes sanciones. Durante el encuentro, se impusieron más de treinta denuncias, según el delegado del Gobierno.
El motivo argumentado para concentrarse era el siguiente: "Rechazo la violación de derechos fundamentales de la persona y contra el estado de alarma"
A preguntas de Vozpópuli, la Delegación asegura que, en el citado escrito remitido por los convocantes -no se aclara qué día se recibió la comunicación pero se señala que se hizo en plazo-, el motivo argumentado para concentrarse en Colón era el siguiente: "Rechazo a la violación de derechos fundamentales de la persona y contra el estado de alarma" . En líneas generales, añaden, la autorización de la convocatoria por parte de la Delegación del Gobierno es implícita a la comunicación "cuando no hay una posición negativa a que se produzca".
Una manifestación anunciada
Y, en este caso, insisten, no había motivo para negar esa concentración pese a que sus convocantes, aunque en su escrito no lo mencionaban, llevaban días anunciando en redes sociales que se trataba de una acto de rebeldía contra el uso obligatorio de las mascarillas.
El pasado 14 de agosto, en su cuenta oficial de Twitter, el cantante Miguel Bosé, uno de los mayores defensores de este tipo de postulados conspiranoicos y también declarado anti-vacunas, anunciaba el acto y llamaba a una asistencia masiva. Curiosamente, él no hizo acto de presencia en el mismo acto.
En esa convocatoria a través de las redes sociales se expresaba claramente que se reunirían en la madrileña Plaza de Colón asistentes llegados de toda España para mostrar su desacuerdo por las medidas adoptadas por el Gobierno para combatir el coronavirus como el uso de mascarillas. "Una medida desproporcionada sin justificación científica", aseguraban en su mensaje público.
Un movimiento que no para de crecer
"Fue un absoluto despropósito donde se mezclaron todo tipo de locuras y conspiranóicas, desde los fanáticos religiosos que echaban la culpa de la pandemia a Satanás, hasta los que acusan a Bill Gates o al 'gobierno en la sombra'. Lo que les unía era el rechazo a las vacunas y la locura de que el virus no existe", señala a este digital, Vicente Prieto, presidente de Círculo Escéptico, asociación que lleva años combatiendo las pseudociencias.
Los escépticos advertimos que el movimiento anti-vacunas estaba creciendo y, lamentablemente, el tiempo nos ha dado la razón", dice Vicente Prieto
Para Prieto, "lo verdaderamente preocupante es que estas personas han actuado sin medidas de protección. Hay vídeos de gente sin mascarilla besándose y abrazándose y pueden ocasionar un brote de contagios que afecte a personas que no tienen nada que ver con esta locura".
Vicente Prieto recuerda que, desde hace años, "los escépticos advertimos que el movimiento anti-vacunas estaba creciendo y, lamentablemente, el tiempo nos ha dado la razón. Este tipo de actitudes irresponsables son un grave riesgo para la salud pública. La mascarilla, la higiene de manos y la distancia social son imprescindibles y es lo único que podemos hacer para protegernos", concluye.