Laboratorios chinos aparte, el origen natural del coronavirus sigue siendo un misterio. La única certeza dentro de la comunidad científica por el momento es que el SARS-CoV-2 surgió de un animal y no, no ha sido desarrollado artificialmente.
No obstante cuál fue el animal a partir del cual se produjo el primer caso de covid-19 sigue siendo un misterio. Se ha señalado a todo tipo de animales, muchos de ellos presentes en los mercados de especies salvajes que hay a lo largo de China, desde el murciélago, pasando por las serpientes o el pangolín, cuya participación en el origen de esta pandemia cada vez está más en entredicho.
Ahora, el científico alemán Christian Drosden, director del Instituto de Virología del Hospital Charité de Berlín y el principal experto del Gobierno de Angela Merkel en la gestión de la pandemia, ha señalado al mapache japonés, una especie también conocida como perros mapache o tanoki, como posible responsable de haber transmitido el SARS-CoV-2 a humanos.
En una popular entrevista publicada este domingo en el diario británico The Guardian, el científico alemán señala a esta especie como clave en desentrañar cómo se originó la covid-19. "Si alguien me diera miles de dólares y acceso libre a China para encontrar el origen del virus, investigaría los lugares donde se crían tanokis", apunta este experto.
Según explica Drosten, que fue uno de los responsables de descubrir el SARS en 2003, esta especie "forma parte de una industria masiva en China, donde son criados en jaulas y cazados para obtener su pelaje". "En el caso del SARS, el virus se encontró en civetas, pero también en estos mapaches, algo que los medios de comunicación pasaron por alto en aquel momento", concluye en la entrevista.
La hipótesis planteada por Drosten, aunque no está comprobada, no es totalmente inverosímil. Vayamos por partes. A día de hoy, la teoría más extendida entre la comunidad científica es que el virus original procede de algún tipo de murciélago, como ya explicamos en Vozpópuli el pasado mes de febrero.
Un estudio científico publicado en la revista Nature estableció no sólo que el SARS-CoV-2 tiene una genética muy similar a la de otros coronavirus presentes en murciélagos, si no que el nuevo virus es hasta un 96% genéticamente idéntico al coronavirus presente en esta especie.
El misterio del animal "intermediario"
No obstante, queda un eslabón suelto y es cómo se transmitió de los murciélagos a humanos. La mayor parte de los científicos que han estudiado el asunto creen que debió de haber un intermediario entre el coronavirus del murciélago y el primer humano que se contagió. Una suerte de intermediario animal cuya identidad todavía es desconocida.
Esta teoría se fundamenta en el resto de coronavirus conocidos, sobre todo en los brotes más graves que se han producido en los últimos años: el SARS y el MERS. En el caso del SARS, como apuntaba Drosden en su entrevista, se estima que el virus pasó de murciélagos a civetas -una especie de mamífero trepador originario de Asia de aspecto similar al de un mapache-. En el caso del MERS, detectado por primera vez en 2012 en Arabia Saudí, se piensa que el intermediaro fueron los dromedarios.
Pero en el caso de este coronavirus, esa especie todavía está por descubrir. Fue entonces donde entraron en juego hace unos meses los pangolines como posible intermediario, aunque a día de hoy hay muchas dudas al respecto. El propio Drosden expresa sus dudas en la entrevista.
¿Cuál es el papel del pangolín?
La realidad es que el papel de los pangolines ha sido muy discutido entre los científicos, y a día de hoy, no se tiene nada claro si esta es la especie a la que debería estar investigando la comunidad científica. Estos mamíferos son una de las especies más vendidas en Asia de manera ilegal, a pesar de tratarse de una especie en peligro de extinción. Es considerado un manjar en China y sus escamas son utilizadas en la medicina tradicional china.
¿Por qué después de tantas semanas aún no se tiene claro si los pangolines han tenido algo que ver? La primera respuesta es que la evidencia científica no es suficiente. Por ejemplo, el pasado 7 de febrero, se publicó otro estudio en la revista Nature en la que un grupo de científicos chinos aseguraban que habían hallado en un pangolín genoma de coronavirus que se asemejaba hasta en un 99% al SARS-CoV-2.
¿Caso resuelto, entonces? No exactamente, ya que semanas después se tuvieron que retractar, ya que la similitud no era del 99%, sino del 90%. Este porcentaje, de acuerdo con los expertos, no es suficiente para afirmar que es el transmisor de la pandemia.
No obstante, a finales del mes de marzo, un nuevo paper publicado -de nuevo- en Nature por otro grupo de científicos de la Universidad de Hong Kong volvió a señalar a este pequeño mamífero con escamas. Analizando las muestras de diversos especímenes de pangolín malayo, la especie más usada de contrabando en China, determinaron que los coronavirus presentes en esta especie son muy similares al virus que provoca la Covid-19. Esta vez, la similitud era algo mayor que en el otro estudio, de hasta un 92%.
Si bien no se han aventurado a asegurar que es el origen del virus, el grupo de investigadores ha utilizado los resultados de su estudio para demandar que se prohíba de inmediato la venta de especies salvajes en mercados, ya que el riesgo de que aparezca otro coronavirus es demasiado alto. Por el momento, sin certezas absolutas, habrá que seguir indagando en el origen de esta pandemia sin precedentes.