Un batallón de médicos jubilados espera instrucciones para, si hace falta, sumarse al contingente de sanitarios que estos días lucha sin descanso para frenar el avance del Covid-19 en España. Eso sí, advierten que debe coordinarse con precisión para poder ser útiles en donde se les necesite, que solo podrán sumarse los más jóvenes (los más mayores son población de riesgo) y que, antes, quieren saber que contarán con material para protegerse.
“Que no sumemos al resto de nuestros compañeros sería lo más lógico”, dice Andrés Castillejo, 67 años, médico madrileño jubilado hace tres años de Atención Primaria. Un jubilado joven, que, como el resto de sus compañeros, vive con expectación el llamamiento que se les está haciendo desde diferentes instancias sanitarias para arrimar el hombro ante la alarma decretada en nuestro país por el imparable avance del Covid-19.
Al igual que en Italia
“Viendo como estamos, siento la inquietud de ayudar”, confiesa Castillejo. Los médicos jubilados ya lo han hecho en otros países, como Italia. En Madrid, con más de 2.000 casos, la vocalía de jubilados del Colegio de Médicos, está pendiente de lo que le indique la Consejería.
Eso sí, el médico señala que habrá que matizar bien quién puede incorporarse. "Tendremos que ser los más jóvenes, no podemos pretender que los mayores de 75, salvo que exista una debacle, lo hagan. No dejan de ser población de riesgo”.
Una coordinación precisa
Habrá que ver también, como se articula su ayuda. Cada CC.AA y su respectiva Consejería, indica, dependiendo de las especialidades de los facultativos, debe decidir dónde pueden ser más útiles. "En mi caso, yo que soy médico de familia, lo lógico sería estar en un centro de salud o en visitas domiciliarias. Incluso haciendo triaje, algo a lo que habría que enseñar a otros compañeros que no tienen esa experiencia".
Castillejo admite que tiene miedo por la falta de equipos de protección: “Siento mucha rabia por los compañeros en activo. Estoy viendo que caen como chinches"
Existe un pero. Castillejo admite que tiene miedo por el desabastecimiento de equipos de protección. “Siento mucha rabia por los compañeros que están en activo. Estoy viendo que caen como chinches por no estar dotados del material necesario: esto tenía que estar previsto desde que apareció el primer caso".
El médico precisa que se habla de profesionales a partir de los 65 años, pero preferentemente serían los jubilados jóvenes quienes sumarían fuerzas. "Hay que tener en cuenta que algunos ya tenemos patologías y se está viendo que éstas pueden favorecer la infección. Con lo cual, si no te dan los medios adecuados de protección sabes que tienes un 80 por ciento de posibilidades de afectarte".
Enorme capital humano
Los facultativos jubilados, dicen desde el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM), son un enorme capital en una situación de alerta como la decretada por el Gobierno en España. Su presidente, Serafín Romero, ya aseguró hace días que estarían preparados para actuar, "si fuera necesario".
El portavoz del Gobierno del País Vasco, Josu Erkoreka, también ha asegurado que se está estudiando la misma posibilidad de que el personal médico jubilado se pueda volver a incorporar a la plantilla mientras dure la crisis del Covid-19, una opción que, eso sí, sólo afectaría personal recién jubilado.
Hoteles convertidos en hospitales
Los médicos jubilados desconocen por el momento dónde serán necesarios. Incluso podría tocarles acudir a algunos de los hoteles que, junto a las residencias, la Comunidad de Madrid ha previsto medicalizar para frenar la expansión de la enfermedad.
Tras conocerse el Plan Integral del Gobierno de la Comunidad, el conocido empresario Kike Sarasola, fundador de Room Mate Group, ofreció dos de sus establecimientos para ese cometido. Una iniciativa a la que se sumó el también empresario hotelero Abel Matutes Prats que ofreció el Gran Hotel Colón, de la cadena Ayre Hoteles, en la madrileña calle Doctor Esquerdo y muy cerca del hoy colapsado hospital Gregorio Marañón.