La semana pasada, la farmacéutica norteamericana Gilead logró que la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) recomendase de manera oficial su antiviral contra la covid-19, el Remdesivir, como tratamiento contra el coronavirus. De esta manera, a la espera de luz verde por la Comisión Europea, el medicamento del laboratorio estadounidense se convertirá en el primer fármaco aprobado como tratamiento oficial contra la enfermedad que causa el SARS-CoV-2. Ya está aprobado en otros países, como Estados Unidos.
Este lunes, la farmacéutica ha anunciado el precio por el cual piensa vender a los gobiernos internacionales su antiviral, el primero en demostrar ser efectivo contra la covid-19: un total de 390 dólares por vial, lo que equivale a más de 2.000 euros por paciente por todo el tratamiento, que requiere un total de seis dosis. En caso de que se necesiten más dosis, el precio del tratamiento podría superar los 3.800 euros.
El laboratorio ha especificado que este será el precio que pedirá a los Gobiernos de los países más desarrollados. En el caso de los países en vías de desarrollo, Gilead ha especificado que ha alcanzado varios acuerdos con productores de medicamentos genéricos para poder ofrecer el tratamiento a un precio más reducido y así facilitar su acceso.
Gilead asegura que ha puesto un precio "por debajo de su valor"
El anuncio se ha producido a través de una carta abierta escrita por el CEO de la compañía, Daniel O'Day. En ella, aseguran que han decidido ponerle precio al tratamiento "muy por debajo de su valor" debido a las "circunstancias excepcionales de la pandemia".
En Estados Unidos, donde el sistema de sanidad es doble y se divide entre los programas de salud pública, como Medicare, y los servicios de los seguros probados, habrá un sistema de precio doble: 390 dólares para los sistemas públicos y unos 540 dólares para los privados.
En la carta, O'Day también explica que lo que espera anunciando públicamente el precio del medicamento es evitar tener que negociar país por país, por lo que asegura que ha impuesto su precio teniendo en "cuenta la situación de los países desarrollados con menos capacidad adquisitiva".