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La 'planta fantasma' del Gómez Ulla donde no cabían los repatriados del coronavirus

La Unidad de Aislamiento de Alto Nivel (UAAN), ubicada en la planta 22, permanece en “no activación”. Sus habitaciones están vacías y, por el coronavirus, su personal, se ha bajado a la planta 17

  • Entrada al Hospital Gómez Ulla donde se encuentran en cuarentena los españoles repatriados de Wuhan (China)

Es una unidad de élite. Inaugurada en 2015, tras la crisis del ébola, la Unidad de Aislamiento de Alto Nivel (UAAN) del Hospital Militar Gómez Ulla de Madrid permanece hoy en estado de ‘no activación’. No hay pacientes, ni personal. Sus 35 trabajadores, incluidos dos médicos civiles, se han asignado a la planta 17, donde pasan la cuarentena los españoles procedentes de la ciudad china de Wuhan por la epidemia del coronavirus. Ante la crisis mundial desatada, allí se centra toda la atención.

Cuando el grupo llegó a España, todas las miradas apuntaron a la planta 22 del Gómez Ulla de Madrid. Un referente en la sanidad española. Inicialmente, los repatriados desde China iban a ingresar allí. Pero la situación cambió por dos motivos, según ha podido saber Vozpópuli de fuentes sanitarias. Uno, estaban sanos y no necesitaban permanecer ingresados en una unidad de ese tipo. Dos, no cabían en la 22. Se habilitó por tanto la planta 17, hasta entonces cerrada, cuya plantilla se reforzó con 33 enfermeros, auxiliares y celadores.

Enfermedades infecciosas

La UAAN se mantiene en estado de no actividad. Solo se activa en caso de alerta sanitaria. Afortunadamente, no se ha dado el caso. La unidad, explican las fuentes consultadas, arrancó con ocho habitaciones de alto aislamiento y un laboratorio de seguridad. Posteriormente, se habilitó presupuesto y se amplió la planta con ocho habitaciones más de aislamiento estándar

Las únicas que han tenido movimiento en los últimos meses son precisamente las de aislamiento estándar, donde se ingresa a personas con enfermedades infecciosas, como tuberculosis o meningitis, que no requieren aislamiento de alto nivel, sino el correspondiente a su enfermedad.

En el día a día, antes de que la crisis del coronavirus trastocase la rutina del hospital, sus trabajadores se dedican a atender a esos pacientes y no dejan de realizar los entrenamientos protocolarios que requiere una unidad que es referente en España en caso de emergencia radiológica, nuclear, bacteriológica y química: formación teórico-práctica en sistemas domóticos, circuitos asistenciales, puesta y retirada de equipos de protección individual (EPIs), prevención de riesgos laborales, medicina preventiva...

Las guardias médicas de alerta del centro, que atañen a un médico y a una bióloga, se activaron en abril, antes del coronavirus.

Lo sorprendente, señalan las misma fuentes, es que pese a que la planta está sin actividad, sí se mantienen las guardias médicas de alerta, que atañen a un médico y a una bióloga, que depende directamente de la dirección del hospital. Guardias (a una media de 150 euros/hora). Una decisión que nada tiene que ver con el coronavirus

Tras cancelarse durante algún tiempo, las guardias se activaron de nuevo el pasado mes de abril pese al bajo perfil de actividad de la UAAN. Inexplicable, indican las fuentes mencionadas, por el gasto que conlleva. La decisión viene directamente de la Inspección General de Sanidad (IGESAN). Vozpópuli no ha podido aclarar este extremo con el Ministerio de Defensa, que gestiona el hospital y que remite al de Sanidad en la cuestiones relativas a la crisis del coronavirus.

Fallos de seguridad y protocolo

La planta 22 del Gómez Ulla fue objeto de polémica en 2016. Un año después de su inauguración, trabajadores de esa planta, la última de hospitalización del centro, denunciaron a la desaparecida revista Interviú los constantes fallos de seguridad y protocolo que se registraban en la unidad que, tiempo después, llegó a estar cerrada.

Los 600 trabajadores del Gómez Ulla (el 95% es personal civil) han denunciado los problemas laborales que acumulan como la interinidad de su plantilla

Incluso se quejaron de falta de medicamentos o ropa para los ingresados. Otra de las denuncias era la falta de operatividad del laboratorio concebido para hacer análisis in situ a los pacientes. Actualmente, esos problemas se han subsanado, explican las fuentes consultadas por Vozpópuli.

Los 600 trabajadores del Gómez Ulla (el 95% es personal civil), han denunciado en reiteradas ocasiones los problemas laborales que acumulan como la interinidad de su plantilla y que afectan a todo el centro, incluido el personal civil de la UAAN. Una tasa de eventualidad, denuncian, que es mayor a la de otros hospitales madrileños.

Además, el sindicato CCOO criticó en los últimos días que, pese a la alarma generada en torno al coronavirus, el hospital no tiene protocolos claramente establecidos y los trabajadores no disponen de información. El hospital, gestionado por el Ministerio de Defensa, atiende a población civil desde 2011 y tiene 500 camas. 

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