Hay que aumentar la inversión nacional y crear más plantas de producción farmacéutica en España para evitar que se repita la misma situación que la vivida en esta pandemia. Esta ha sido una de las principales propuestas que han hecho desde la patronal de la industria farmacéutica española, Farmaindustria, durante su intervención en la cumbre empresarial organizada por la CEOE este lunes.
Según ha puesto de manifiesto el vicepresidente de la patronal, Juan López-Belmonte, que ha participado en la cumbre junto al presidente de Farmaindustria, Martín Sellés, una de las problemáticas que ha puesto de relieve esta pandemia es el hecho de que hace falta potenciar la industria farmacéutica en España, y la industria a nivel general.
"En esta crisis se ha puesto de manifiesto la necesidad de que España y Europa recuperen la producción que se ha ido deslocalizado en los países asiáticos en los últimos años", ha puntado López-Belmonte.
"La alta dependencia del exterior es un riesgo en un ámbito tan crítico como el del medicamento", ha añadido.
Una hipótesis que ha recalcado por su parte Sellés: "Hemos aprendido durante estas semanas que dependemos demasiado de China y de India; casi todas las materias primas y un gran número de productos sanitarios se producen allí. Tenemos que reindustrializar Europa y, sobre todo, España para evitar esa dependencia tan elevada". En ese sentido, han hecho referencia a que la inmensa mayoría de las materias primas que se utilizan en nuestro país para fabricar medicamentos proceden de estos países.
Estabilidad en el marco regulatorio
Para poder llevar a la práctica estas propuestas, Farmaindustria reclama una "estrategia de país" a medio-largo plazo, un entorno regulatorio "estable y predecible, sin cambios estructurales unilaterales, es decir, no acordados con la industria". "En suma, un marco que facilite al sector definir planes a largo plazo que permitan generar inversiones mantenidas en el tiempo. No puede ser de otro modo en el ámbito del medicamento, cuyo desarrollo implica 10-12 años de trabajo, altos costes (2.500 millones de euros) y mucho riesgo", reivindican.
Junto a ello, han manifestado los representantes de Farmaindustria, hace falta "una estrategia farmacéutica a largo plazo que parta de la visión del medicamento como inversión, no como gasto; que implique mayor reconocimiento de la innovación y que defienda los derechos de la propiedad industrial, y que vea el impacto positivo que el medicamento y la industria tienen no sólo en el ámbito de Sanidad, sino en los de Industria, Economía, Trabajo o Hacienda".
Y esto implica también "evitar discriminaciones entre empresas, especialmente aquellas que carezcan de justificación económica, presupuestaria o de bienestar para los pacientes y usuarios de la sanidad pública, o medidas en el sistema de precios de referencia que comprometan la viabilidad económica de muchos medicamentos".