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Los laboratorios facturarán 20.140 millones menos en 2019 por la pérdida de patentes

En los próximos seis años el riesgo conjunto podría llegar a ser de hasta los 180.700 millones de euros 

  • Medicamentos.

Uno de los grandes miedos del sector farmacéutico es la pérdida de patentes. De media, el desarrollar un nuevo fármaco tiene un coste de 1.500 millones de dólares para financiar una investigación que suele durar unos 15 años. Después, los laboratorios cuentan con unos 20 años para disfrutar de los beneficios que les reportará la comercialización de dicho medicamento en exclusiva, unos ingresos que suelen contarse por millones.

No obstante, pasado ese plazo entran en juego los genéricos, copias químicas exactas al original por un precio mucho menor. Una medida que es global y contra la que las grandes farmacéuticas no pueden hacer nada por evitarlo. Es por ello que muchas intentan extender el derecho de exclusividad de algunos fármacos hasta la extenuación, ya que una vez pierden la patente, el medicamento comienza a competir con fármacos que hacen exactamente lo mismo que el original.

Se espera que en 2019 la privación de la protección de varios medicamentos de marca suponga una caída en los ingresos de algunas de las principales farmacéuticas a nivel internacional de 20.140 millones de euros, de acuerdo con datos de la consultora especializada EvaluatePharma.

Más de 180.000 millones en seis años 

A pesar de la gravedad de la cifra, muchos de los grandes laboratorios lograrán moderar el impacto en sus cuentas anuales mediante el lanzamiento de nuevos medicamentos o incluso de su propio genérico del fármaco original, como ha hecho Pfizer con su famosa Viagra. Las pérdidas en ventas suelen producirse debido a la bajada generalizada de precios que implica la introducción en el mercado de los genéricos, que se comercializan por un 50% menos de media.

Según la consultora, el riesgo total podría alcanzar los 35.600 millones. En los próximos seis años, hasta 2024, el riesgo conjunto podría llegar a ser de hasta los 180.700 millones de euros. Aparte de en 2019, uno de los años más ‘negros’ para el sector farmacéutico será 2023, ya que vencerá la patente de dos de los medicamentos más vendidos en la historia.

Se tratará por un lado de Humira, del laboratorio estadounidense Abbvie, que es el fármaco que más facturó en el mundo en 2017 y Stelara, de Janssen -la filial farmacéutica de Johnson & Johnson- que se espera que esté en el top 10 de ventas en los próximos años.

Roche, la gran perdedora

Probablemente la compañía farmacéutica que más vaya a sufrir el golpe este año sea la suiza Roche, ya que cuenta con tres medicamentos oncológicos -Rituxan, Herceptin y Avastin- que durante el último año le reportaron más de 9.000 millones de euros en beneficios, y se encuentran entre los fármacos más vendidos de su historia. Según los analistas, se espera que comiencen a aparecer los primeros biosimilares de estos medicamentos durante la segunda mitad de este año.

Pfizer, por otro lado, tendría que haber perdido el año pasado la patente de Lyrica, uno de sus fármacos más vendidos y uno de los pocos disponibles contra la fibromialgia, pero logró que las autoridades estadounidenses le concediesen una extensión de la patente durante seis meses para pacientes pediátricos, debido a la falta de opciones. GSK, que también ha logrado extender su exclusividad sobre Advair durante varios meses, tendrá que hacer frente a genéricos en las próximas semanas.

Más allá de los genéricos, que llevan años existiendo en el mercado, la gran amenaza económica para los fabricantes de fármacos innovadores son los biosimilares, una copia de los medicamentos biológicos mucho más barata que puede utilizarse para tratar cáncer, artritis, hepatitis C o multitud de enfermedades raras, que hasta la fecha sólo disponían de los medicamentos de marca, alargando el ‘chollo’ para las grandes farmacéuticas

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