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El fin de las subastas de medicamentos hace crecer la compra de farmacias en Andalucía

Según un informe de una consultora especializada en el sector, el fin de esta medida propuesta por la Junta bajo la presidencia de Susana Díaz ha propiciado un aumento del interés en las farmacias de la región

  • Imagen de una farmacia en Madrid.

Durante el año pasado, el número de farmacias que se trasmitieron -es decir, que cambiaron de manos- creció hasta un 13%, el mayor aumento registrado en el sector desde el final de la crisis económica. Así se desprende del informe Transmisiones de Farmacias en Andalucía, elaborado por la consultora especializada TSL Consultores.

En particular, durante 2019 se llevó a cabo un cambio de tendencia que no se observaba desde 2015, "cuando se dieron los primeros años de mejoría de la crisis económica iniciada en 2008". Desde la consultora también apuntan en su informe que uno de los motivos que ha propiciado este aumento en el interés por hacerse con una farmacia en la comunidad ha sido el fin de la subasta de medicamentos en la comunidad autónoma.

En 2012, la Junta de Andalucía, presidida entonces por la socialista Susada Díaz, puso en marcha una subasta centralizada de medicamentos con el objetivo de ahorrar costes en la partida de gasto farmacéutico. Una vez llegó al poder el nuevo Gobierno andaluz, que preside el Partido Popular, han comenzado a poner en marcha las medidas necesarias para desmantelar la iniciativa.

El principal objetivo de una subasta de medicamentos es ahorrar costes y funciona de la siguiente manera: la Administración licitaría la venta en farmacias de determinados medicamentos cubiertos por la sanidad pública, por los que los laboratorios tendrían que competir entre sí en una puja económica.

Rechazo a las subastas desde el sector privado

Desde el sector, sobre todo el farmacéutico, rechazan fervientemente las subastas. Desde la industria alegan que dañaría gravemente a los fabricantes de medicamentos españoles, sobretodo a los genéricos, al tiempo que permitiría la entrada de farmacéuticas internacionales -sobre todo procedentes de China e India- con cuyos precios no puede competir las empresas de medicamentos españolas.

Los titulares de farmacias, por otro lado, denuncian que es un sistema que perjudica a los pacientes y que aumenta el desabastecimiento de medicamentos en sus establecimientos, además de dañar su negocio. Es por ello que, según apuntan desde TSL Consultores, explican que "el fin de las subastas de medicamentos anunciado por el nuevo gobierno andaluz, acrecentó el aumento del interés por la compra de farmacia" en Andalucía.

Un mercado sin liberalizar

Según señalan, de las 182 transmisiones de farmacias que se llevaron acabo en la región durante 2019, 150 correspondieron a operaciones de compraventa, lo que supone un aumento de un 22% en comparación con el año 2018. Puede que estas cifras parezcan pequeñas, pero para entender el sector hay que tener en cuenta que el mercado de las farmacias no está liberalizado. Esto implica varias cosas: por un lado, que el mercado es limitado. En total, en toda Andalucía hay un total de 3.877 oficinas de farmacia.

Y por otro, significa todo el mundo puede abrir una botica. Primero, tiene que hacerse con una licencia, que de acuerdo con la Asociación Madrileña de Asesores de Farmacia (AMAF), tiene un precio medio de 600.000 euros. Esta cifra aumenta sobre todo en las grandes capitales, donde las licencias están más solicitadas.

A pesar de su coste, son uno de los negocios más rentables, ya que al ser un mercado "regulado" tienen la demanda más asegurada que en otros sectores.

La rentabilidad bruta de las oficinas de farmacia a día de hoy oscila entre un 30% y un 33% de media. "Pocos negocios son tan rentables", apunta en declaraciones Vozpópuli Raquel Escribano, asesora financiera del departamento Jurídico del área de Compraventa de Asefarma, una consultora especializada en el sector.

Hay dos tipos de licencias: por un lado, la de nueva expedición o apertura, que son concedidas por las Comunidades Autónomas a través de concursos públicos. Estos procesos se basan en los méritos del farmacéutico: su experiencia, trayectoria profesional o carrera científica. Luego están las más habituales, que son las que se obtienen a través del traspaso. Es decir, se compra una licencia de una farmacia que ya funciona. Según el informe de TSL, la mayor parte han sido compraventas, mientras que el resto se han dado por herencia o donación, pero en un porcentaje mucho menor.

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