La incontinencia urinaria afecta a un 70% de mujeres y un 10% de hombres en España. Esta afección viene dada principalmente por el debilitamiento de la musculatura del suelo pélvico, que se encarga de sostener la vejiga, el recto y el aparato reproductor en su lugar y de ayudar a controlar el flujo de orina. Además, alteraciones funcionales en la vejiga pueden relacionarse con incontinencia de orina. Cuando el suelo pélvico se debilita puede provocar diferentes problemas como incontinencia urinaria, prolapsos o disfunciones sexuales. Su tratamiento requiere de un abordaje multidisciplinar en el que intervengan un urólogo y un fisioterapeuta especializado.
Por esta razón, ROC Clinic acaba de incorporar a la fisioterapeuta Paula Igualada a su Unidad de Urología Funcional y Femenina -liderada por el doctor José Medina Polo- con el objetivo de ofrecer nuevas alternativas terapéuticas a los pacientes que padecen incontinencia urinaria. Paula, especialista en fisioterapia del suelo pélvico, cuenta con 19 años de experiencia y trabaja en Guy's and St Thomas' NHS Foundation Trust (Londres). Asimismo, ejerce como profesora en la Brunel University y colabora activamente en la International Continence Society (ICS), principal asociación de profesionales involucrados en el manejo de la incontinencia.
En este sentido, la clínica ha desarrollado el ‘Tratamiento conservador de la incontinencia de orina y rehabilitación de suelo pélvico’, que combina medidas higiénico-dietéticas, entrenamiento vesical, entrenamiento personalizado del suelo pélvico -con o sin biofeedback-, estimulación eléctrica y el uso de dispositivos vaginales. Con este planteamiento, ROC Clinic pretende abordar el problema desde una perspectiva multidisciplinar, lo que redunda en el beneficio del paciente.
Tal y como defiende la fisioterapeuta especializada en suelo pélvico de ROC Clinic, Paula Igualada, es necesario trabajar de manera coordinada con los urólogos en favor de la mejora de la calidad de vida del paciente. “Este programa permite el trabajo y el aprendizaje colaborativo e interprofesional, mejora la coordinación del servicio, la satisfacción del equipo y evita duplicar consultas y derivaciones”, señaló.
De hecho, la Organización Mundial de Salud (OMS) considera la fisioterapia como el tratamiento a seguir en un primer momento en los casos de incontinencia leve y moderada, así como en los prolapsos simples. Es más, se estima que los ejercicios fisioterapéuticos de fortalecimiento del suelo pélvico han demostrado resultados en la mejora de los síntomas de incontinencia urinaria en hasta un 85% de los casos.
Por su parte, el doctor José Medina Polo, responsable de la Unidad de Urología Funcional y Femenina de ROC Clinic, insiste en que “un buen estado del suelo pélvico es fundamental para evitar el desarrollo de la incontinencia urinaria, una patología que limita la autonomía y reduce la autoestima”. Este problema afecta muchas esferas de la vida de las personas, incluido el ámbito laboral y de las relaciones íntimas. “El impacto psicológico y emocional es muy grande, puesto que hace cambiar a los pacientes sus hábitos de vida. Les cambia la organización de actividades tan simples como ir al cine o hacer un viaje. También afecta a las relaciones sexuales, ya que muchas personas las evitan, al poder sufrir pérdidas en esos momentos”, destacó. “Que este tratamiento de rehabilitación del suelo pélvico se realice de la mano de un fisioterapeuta pone de manifiesto que el centro de la atención está en el paciente, que es quien va a obtener y disfrutar de unos mejores resultados, mejorando su recuperación a través de un diagnóstico conjunto completo”, añadió
Prevención, detección y tratamiento
La prevención y cuidado del suelo pélvico empieza por tener una vida saludable con realización de ejercicio físico y un peso adecuado para evitar el debilitamiento del suelo pélvico y mantener fuerte la musculatura.
Para realizar un diagnóstico precoz de la incontinencia urinaria y aplicar un tratamiento adecuado, el urólogo hará una exploración y si es necesario, pruebas complementarias como un estudio urodinámico. Asimismo, la fisioterapeuta realizará una nueva exploración y evaluación del suelo pélvico para valorar su musculatura y realizará un cuestionario que pongan de manifiesto los síntomas sufridos por el paciente y el grado en el que afecta a su calidad de vida. Durante el tratamiento, y cumplidos los plazos de recuperación previstos, el equipo médico evaluará de nuevo el caso para decidir si la paciente puede recibir el alta.
Según explicó el doctor Medina, “el tratamiento a aplicar dependerá del estado del suelo pélvico y de los daños o problema que estén ocasionando en la vida del paciente”. Antes de plantear un tratamiento individualizado para cada paciente es fundamental distinguir el tipo de patología o incontinencia que presenta, ya que cada una tendrá un tratamiento específico.
Respecto a las medidas que contempla el tratamiento se encuentran las higiénico-dietéticas, que incluyen control de peso, modificación de la ingesta de líquidos, la restricción de algunos alimentos como el café o alcohol, la modificación de la actividad física y pautas dietéticas para mejorar el estreñimiento; el entrenamiento muscular del suelo pélvico con el objetivo de optimizar la musculatura y reducir las pérdidas de orina en los pacientes; y el entrenamiento vesical, que consiste en corregir los patrones inadecuados de micción frecuente, mejorar el control sobre la urgencia miccional, prolongar los intervalos entre micciones, aumentar la capacidad vesical, disminuir los episodios de incontinencia y restablecer la confianza del paciente en el control de su vejiga.
Por último, el Biofeedback se realiza a través de unos electrodos aplicados sobre la vagina y/o en el ano que registran la actividad de los músculos del suelo pélvico mientras se realizan los ejercicios. Proporcionan una serie de señales visuales y/o sonoras que sirven para comprobar si se hacen de forma correcta. El objetivo es ayudar a las mujeres a identificar y contraer y relajar selectivamente los músculos del suelo pélvico usando señales de su propio cuerpo.
Además, los dispositivos vaginales ayudan a mejorar la incontinencia urinaria, soportando la uretra y evitando la incontinencia urinaria con tampones vaginales y pesarios, así como reforzando la musculatura del suelo pélvico con conos y esferas vaginales.