Las vacunas están despuntando como el gran aliado contra la pandemia de coronavirus. Sin embargo, por el momento, su producción es muy limitada, y el mundo está muy lejos de alcanzar una inmunidad de grupo. Es por ello que los especialistas defienden una estrategia combinada de vacunación y uso de tratamientos efectivos contra la covid. Muchas personas se contagiarán en los próximos meses, hasta que se alcance un nivel considerable de inmunidad, por tanto, tratar el coronavirus sigue siendo clave.
Hace un año que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la pandemia. Desde entonces se han puesto en marcha decenas de vacunas, mientras que en el apartado de los tratamientos, las investigaciones no han tenido el mismo éxito. Roger Paredes, jefe de Sección del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Germans Trias, explica las razones:
"Son dos cosas distintas. No es sorprendente que sea más difícil elaborar un tratamiento que una vacuna. El coronavirus muta mucho menos que el virus de la gripe y del VIH, por lo que su desarrollo es menos complicado. Además, las vacunas han funcionado bien porque se ha utilizado un conocimiento que ya existía: ARN, vectores virales… Se ha hecho un inserto y al ser un virus bastante homogéneo ha sido fácil generar inmunidad contra el mismo".
En cambio, "los tratamientos siempre son más complicados. Hay casos exitosos como el VIH, la hepatitis… Pero el éxito de los tratamientos en virus como la gripe es moderado". Paredes señala que en el 80 por ciento de los casos de coronavirus, la primera fase de la infección, la replicación viral, es resuelta por los anticuerpos del propio cuerpo humano.
No obstante, en el 20 por ciento de los caso hay una "inflamación muy fuerte que daña los pulmones hasta el punto de que algunas personas necesiten ventilación mecánica". Por el momento solo hay un medicamento aprobado por la Agencia Española de Medicamentos (Aemps) para tratar la covid-19. Se trata de Remdesivir, de Gilead, elaborado primeramente contra el virus del ébola. Según el mayor ensayo clínico realizado hasta la fecha con este fármaco, los pacientes con necesidad de oxígeno reducen su estancia hospitalaria en cuatro días.
"Tiene un efecto moderado, pero significativo, ayuda a agilizar la recuperación", apunta Paredes al respecto. Junto a Remdesivir se utiliza también la Dexametasona. En el ensayo clínico nacional RECOVERY del Reino Unido, se probó en pacientes hospitalizados con covid-19 y se observó que aporta beneficios a enfermos en estado crítico.
Según las conclusiones preliminares enviadas a la OMS (y ahora disponibles en preimpresión), el tratamiento con dexametasona reduce en alrededor de una tercera parte la mortalidad de los pacientes conectados a respiradores y en torno a una quinta parte la de los pacientes que solo necesitan oxígeno.
Otro de los tratamientos que "puede mejorar la supervivencia de los pacientes es tocilizumab, un medicamento indicado para la artritis reumatoide".
Tratamientos contra la covid fallidos
A lo largo de estos meses se han ido quedando por el camino muchos tratamientos que parecían prometedores. Es el caso del tratamiento antiviral con anticuerpos monoclonales. "Los tres que se han probado no han funcionado. Queda por probar el de AstraZeneca", explica Paredes.
El plasma sanguíneo no ha funcionado en pacientes hospitalizados
Otro de los que mejor parecía funcionar es el uso de plasma sanguíneo de personas que han pasado el coronavirus. Sin embargo, "el tratamiento con plasma no ha funcionado en pacientes hospitalizados". Otro de los "greatest hits" de esta pandemia sido la famosa hidroxicloroquina. El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmaba tomarla como medio de prevención.
Posteriormente se ha demostrado que este medicamento contra la malaria no resulta efectivo contra el coronavirus. El 17 de junio de 2020, la OMS anunció la interrupción del grupo de tratamiento con hidroxicloroquina del ensayo Solidaridad, con el que se pretende encontrar un tratamiento eficaz contra la covid-19. De acuerdo con los datos del ensayo, la hidroxicloroquina no reduce la mortalidad en los pacientes hospitalizados por covid, cuando se compara con el tratamiento de referencia.
Estudios en marcha
Paredes explica que en estos momentos se sigue probando la combinación de "inmunoglobulinas con Remdesivir y Dexametasona". También está en fase de estudio "un antiviral de Merck por vía oral que estamos probando en pacientes hospitalizados".
Un tratamiento español también apunta maneras. Se trata de Aplidin (Plitidepsina), de la española Pharmamar, que se encuentra en ensayo en fase III. Este principio activo actúa bloqueando la proteína eEF1A, presente en las células humanas, y que es utilizada por el SARS-CoV-2 para reproducirse e infectar a otras células. Este bloqueo evita la reproducción del virus dentro de la célula haciendo inviable su propagación a otras.
Otra de las líneas de investigación que se está siguiendo es la de los biomarcadores, cuya función es detectar señales biológicas que nos permitan estimar el riesgo de padecer una enfermedad. Hasta el momento, se ha descubierto que "la gente con zinc más bajo cursa peor la enfermedad del coronavirus". Esto no significa, puntualiza, "que haya que consumir zinc para actuar contra la covid".
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Y encima ahora se quejan, o se excusan, en la fatiga pandémica.
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Vaya, por fin la sensatez empieza a tener voz. Lo vengo diciendo desde el primer momento, no es la vacuna, sino la medicina, la investigación que había que haber promocionado. Miles de millones regalados a las farmacéuticas, a cambio, por cirtyo, de unos tratos incumplidos, y un año ya de investigación medica perdido o relegado a un puesto en un rincón. La prevención es buena para un organismo sano, pero la pandemia del Covid-19 había transformado a esta humanidad en enferma. Cúreme y luego ayúdeme a prevenir posteriores recaídas. Pero cúreme.