Varias comunidades autónomas han comenzado en estos días a vacunar a sus sanitarios -el segundo grupo prioritario tras los usuarios y trabajadores de las residencias- frente a la covid-19. En la Comunidad Valenciana, los médicos denuncian que el arranque de la campaña de los 40.000 sanitarios de la región ha sido "un desbarajuste". Aseguran que la Consellería de Sanidad ha decidido "vacunar a lo bestia, sin ningún tipo de planificación" y sin priorizar a quienes están o no en primera línea, como marcan las directrices del Ministerio de Sanidad en su estrategia. Además, critican el "ridículo" ritmo de vacunación que hasta hace unos días existía en la comunidad.
Según señalan a Vozpópuli desde el Sindicato Médico de la Comunidad Valenciana (CESM-CV), esa ralentización en la administración de las dosis de la vacuna ha provocado que este fin de semana pasado, sin apenas antelación, los sanitarios hayan sido convocados para ser inmunizados en distintos puntos de la comunidad. Critican "una total falta de planificación. En los centros de salud se ha llamado el mismo día para vacunar, sin seguir ningún tipo de orden, ni de priorización", se quejan.
Aluden al protocolo del Ministerio de Sanidad que establece las categorías entre los sanitarios que deben vacunarse primero en función del riesgo de su puesto de trabajo. Así, indican, primero irían los anestesistas, el personal de las Unidades de Cuidados Intensivos (UCIs), el Samur o los trabajadores de Atención Primaria que estén en primera línea... y, más adelante, el resto de personal.
Esto que es "tremendamente sencillo de programar, pues no se ha programado y, de repente, el viernes nos dicen que, corriendo, a vacunarse todo el mundo" se quejan desde el Sindicato Médico. De hecho, explican a este digital, se ha vacunado durante la jornada del pasado sábado en los centros de salud "porque las vacunas llevaban paradas en los congeladores una semana".
80% del total de dosis
Según datos aportados por la Consellería de Sanidad Universal y Salud Pública la región ha administrado ya 48.583 dosis de la vacuna, un 80 % de todas las que se han recibido, exceptuando las que han llegado este lunes. Esta misma semana se seguirá vacunando a personal sanitario y de residencias. La previsión es administrar 29.000 vacunas más.
El departamento que dirige Ana Barceló ha previsto la semana que viene comenzar con la segunda dosis de la vacuna en residencias de mayores donde no se hayan registrado brotes -en este momento hay 153 residencias con brotes activos, 53 en proceso de vacunación y cerca de 300 donde se ha finalizado la inmunización- y comenzar las vacunaciones en centros ocupacionales.
Los 24 departamentos de salud valencianos también han empezado ya la inmunización de los sanitarios de centros de salud y hospitales. El pasado fin de semana estaba programada la vacunación en 200 centros de salud y en toda la red hospitalaria a personal de primera línea.
Pfizer prevé enviar a la región 377.000 dosis hasta marzo. Remesas que permitirán vacunar a 185.000 personas. Además, entre enero y febrero, según la Consellería, la región recibirá 48.800 dosis de la vacuna de Moderna, que permitirán vacunar a 24.400 personas.
Sin orden ni concierto
Y es ahí donde CESM-CV reprende la organización de la campaña. Los médicos afirman que, si en apenas un fin de semana se ha vacunado a 1.800 profesionales, está claro que es "posible vacunar en tiempo récord y cuando nos lo digan; somos capaces de responder como lo hemos hecho durante la pandemia".
Sin embargo, censuran la falta de organización. "No hemos tenido previsión de nada y la vacunación, por ejemplo, el pasado domingo, en el hospital de campaña de Alicante, ha sido a lo bestia. Se iba llamando al personal y se le decía: 'Pasa', sin ningún tipo de distinción (por grupos profesionales) ni priorización. No se ha podido ir por servicios, ni por escalonamiento", se lamentan.
Aluden al caso del Hospital La Fe (Valencia) donde se ha empezado a vacunar al Servicio de Obstetricia de guardia, "dejando sin posibilidad a servicios prioritarios destinados a la atención en primera línea de pacientes covid, como es el caso de los profesionales del Servicio de Anestesiología y Reanimación". Esta situación, afirman, está generando "desconcierto e incertidumbre entre profesionales que que ven como la incompetencia de los responsables de la vacunación en dicho hospital, pone en peligro la atención a los pacientes covid".
Los médicos aseguran que el ritmo de vacunación entre los sanitarios "se podía haber organizado perfectamente en el mes de noviembre, cuando ya se sabía que llegarían las vacunas y cómo se administrarían las dosis". Apuntan a Asturias como un ejemplo en la organización de la campaña de vacunación
Desconocen cuál será el ritmo de inmunización entre los sanitarios las próximas semanas porque "la Consellería ha sido incapaz de transmitirlas ni a los trabajadores, ni a las sociedades científicas, ni al foro de la profesión médica, ni a los sindicatos, ni a nadie que tenga que ver con la profesión. Están gestionando sin tener en cuenta a nadie".
UCIs colapsadas
Además, los médicos se muestran muy pesimistas en cuanto a los datos de incidencia del coronavirus en la comunidad. "Estamos fatal; tenemos un número de casos desbordado. La capacidad de rastreo ya es imposible porque hablamos de transmisión comunitaria". Indican que hay UCIs de varios centros hospitalarios -como el Hospital La Fe o los de Elche y Orihuela (Alicante) donde la ocupación está por encima del 100%.
"Se está derivando la cirugía programada a la sanidad privada, porque la pública ya no puede. Estamos disfrutando de las consecuencias de una nefasta planificación de las semanas de Navidad, donde ha habido una relajación absoluta", afirman.
El pasado viernes, la Conselleria de Sanidad anunciaba que suspendía toda actividad quirúrgica programada, salvo para aquellas condiciones urgentes no demorables ni derivables. Los departamentos de salud, al igual que hicieron en la primera ola, están aplicando planes de contingencia, que consisten en ampliar espacios y doblar camas que permitan que exista una mayor capacidad asistencial en sala y en críticos.
Otras medidas organizativas adoptadas son la suspensión de pruebas diagnósticas no preferentes y los ingresos programados, a excepción de aquellos implicados en diagnóstico rápido de cáncer (cribado de cáncer de mama y colon, circuitos rápidos protocolizados, etc), según han informado las autoridades sanitarias.