Desde que estalló la crisis del coronavirus, los veterinarios españoles arrastran un malestar: sienten que se ha ignorado su potencial para arrimar el hombro ante un problema de salud pública para el que, dicen, están sobradamente preparados. "El Fernando Simón alemán es veterinario", señala el presidente del Consejo General de Colegios Veterinarios de España (CGCVE), Luis Alberto Calvo Sáez, que, además, critica duramente la gestión que se ha hecho de la pandemia en España: "Ha sido deficiente. No se ha ejercido la prevención y han tardado mucho en darse cuenta", critica en una entrevista donde, además, subraya el potencial de los perros en la detección de la covid-19.
El pasado mes de marzo, Luis Alberto Calvo Sáez (Valladolid, 1963) se dirigió por carta al ministro de Sanidad, Salvador Illa. En aquella misiva, el presidente de los veterinarios españoles, diplomado en Salud Pública por la Escuela Nacional de Sanidad, le habló de la importancia de la prevención para luchar contra la embestida del virus.
"Me contestó diciendo que era consciente, que ya lo iban a hacer, que habían creado un comité científico -que era mentira- muy bueno, con distintas especialidades. Lo tengo todo por escrito", señala el veterinario en una entrevista realizada por Vozpópuli en la que siete meses después del inicio de la crisis de salud reflexiona sobre el papel que ha jugado el sector en la epidemia o cómo se debería gestionar la segunda ola que ya sufre España.
En aquella misma comunicación, Calvo Sáez explicaba al ministro que, ante la súbita aparición del coronavirus, lo primero que se debía hacer era "tratar el agente al que nos enfrentamos y saber quiénes son los que están enfermos y los que lo transmiten, eso era lo más importante. Saber quién podía estar propagando el virus. Le dije: 'No nos interesa apagar el fuego, sino saber quién lleva las cerillas. Tenemos que saber quién es el incendiario'", apunta.
El papel infravalorado de los laboratorios animales
En esa línea, el presidente de los veterinarios explicó al ministro que lo primero era detectar y le recordó que existían "laboratorios de veterinaria capaces de hacer millones de muestras, porque hacen PCR todos los años. Toda la cabaña ganadera se analiza todos los años", indica. Solo el Laboratorio Central de Veterinaria (LCV), dependiente del Ministerio y ubicado en Algete (Madrid), tiene capacidad de hacer un millón de muestras mensuales, detalla.
Estamos en un barco sin capitán, teniendo capitanes a barullo. O con el peor de los capitanes, a la vista de lo que nos está pasando" dice el presidente de los veterinarios
"¿Por qué no se utiliza? ¡Si no hay que comprar nada!. Está amortizado. No se entiende. Las administraciones tienen profesionales buenísimos en epidemiología, pues no hay ningún epidemiólogo al mando de esto. Estamos en un barco sin capitán, teniendo capitanes a barullo. O con el peor de los capitanes, a la vista de lo que nos está pasando", asegura Calvo Sáez cuando analiza la gestión de la pandemia.
En países como Alemania, que en lo más critico de la pandemia sumó a los laboratorios de veterinaria para la realización de test covid y ahora está estudiando nuevamente hacerlo, "el Fernando Simón es un veterinario" indica en alusión al el prestigioso virólogo Christian Drosten. "Entiende la gestión de la pandemia desde un punto de vista mucho más integrado", subraya.
Lo mismo sucede en las Islas Feroe, un archipiélago en el Atlántico Norte entre Islandia y Noruega, donde el virus apenas ha tenido incidencia y al frente de la crisis sanitaria se ha situado un veterinario, Debes Christiansen, quien acondicionó su laboratorio, que fundamentalmente se dedica a analizar las infecciones virales en el salmón, para poder testar a los posibles contagiados por el virus. "Con un éxito espectacular", resalta Calvo Sáez.
Sólo tres comunidades contaron con veterinarios
En España, continúa el presidente del Consejo, salvo algunas comunidades, como Andalucía, Aragón o Castilla-León, que prestaron más atención a lo que podían aportar desde el un sector que congrega a 30.000 profesionales, no se contempló la contribución que los veterinarios podían hacer en un tema de salud pública pese a que la covid-19 es una zoonosis, es decir, una enfermedad trasmitida de los animales al hombre, que en este caso también se contagia entre seres humanos.
"El Ministerio de Sanidad no tiene ninguna función porque las competencias están transferidas. Hemos visto que un ministerio que está vacío de contenido se pone a gestionar una pandemia y no saben ni quieren, porque se ha demostrado que no quieren y ahora, cuando quieren, no pueden. Ha habido un problema de marketing político fundamental y es lo único que ha primado", censura el veterinario.
"¿Qué es lo mejor? ¿preparar a enfermeros y quitarles de la asistencia sanitaria para que hagan rastreo?. Pues no. Las soluciones muchas veces no son las adecuadas", señala Calvo Sáez
"La sociedad nos reconoce como médicos de animales, pero somos los actores principales en la inspección de la cadena alimentaria. Nos dedicamos fundamentalmente a la prevención y somos protectores de la sanidad pública. Ahora se llama a esto rastreadores, pero nosotros, igual que los farmacéuticos, llevamos años haciéndolo: siguiendo la trazabilidad cuando hay un problema alimentario. Los veterinarios podrían ayudar en esto", continúa. Y se pregunta: "¿Qué es lo mejor? ¿preparar a enfermeros y quitarles de la asistencia sanitaria para que hagan rastreo?. Pues no. Las soluciones muchas veces no son las adecuadas. Y te indignas", señala.
"El papel que hemos tenido en la crisis es lo que debemos que tener, trabajar en lo que estamos trabajando, por más que seamos desconocidos para la sociedad. ¿Por qué no estamos en España padeciendo constantemente brotes de infección alimentaria, como la listeria? Porque los servicios veterinarios funcionan muy bien", contesta el presidente de la corporación. El problema, añade, es que, en prevención, el Estado se gasta uno de cada cien euros y el resto, en asistencia. "Así no nos puede ir bien nunca. No tenemos capacidad para prevenir. Es donde hay que invertir de verdad. Los médicos están absolutamente desbordados", remarca.
Restringir zonas y guardar medidas de bioprotección
En España, insiste, no se ha hecho prevención. "Parecía que esto era una gripe banal, que se pasaba con el tiempo y ha sido al revés. Ahora lo estamos padeciendo", abunda. Calvo Sáez vuelve a remitirse a sus comunicaciones con el ministro Illa al inicio de la pandemia. "Me contestó que conocía muy bien la labor de los veterinarios y que que si sabíamos de alguna forma de actuar, se lo dijéramos inmediatamente. Así que inmediatamente le mandé otra carta y le dije que mientras no zonificáramos y guardáramos medidas de bioprotección esto no se curaba en tanto no hubiera una cura o una vacuna", apostilla.
"La salud es única y quien piense que la salud de los animales es distinta a la de las personas, está más confundido que confundido", asegura el veterinario
El presidente del consejo aporta la experiencia del colectivo: "En el momento en el que una granja sale positiva de una enfermedad que es transmisible, lo primero que se hace es cerrar esa granja y crear perímetros y las granjas de alrededor tampoco se pueden mover mientras no se analicen todos los animales. Lo sencillo que es en una ciudad, en el momento que hay un brote en un barrio, se cierra ese barrio pero se analiza a todo el mundo y el que está enfermo se le confina y al que no está enfermo, ¿por qué tiene que estar condenado al arresto domiciliario?", inquiere.
Para el presidente del Consejo la falta de protagonismo del colectivo en la crisis sanitaria obedece a la falta de concienciación de un concepto, el de necesidad de afrontar esta pandemia bajo el concepto One Health: "Que la salud es única y quien piense que la salud de los animales es distinta a la de las personas, está más confundido que confundido. Tenemos que trabajar todos en concierto, no solo los médicos matándose. No ha habido coordinación", se queja.
La experiencia de los perros rastreadores
Al inicio de la crisis sanitaria, la mayor preocupación de los veterinarios era conocer si los animales transmitían el virus. Ya en marzo, cuando todo eran preguntas en torno a la covid-19, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advertía que no había absolutamente ninguna evidencia de que los animales de compañía como perros o gatos puedan estar infectados por el virus y lo que es más, transmitirlos.
Los perros tienen un desarrollo del olfato bestial, 60 veces más que una persona, por eso trabajan en detección de drogas o explosivos. ¿Son capaces de detectar la covid?. Seguramente sí", indica Calvo Sáez
"La buena noticia es que los perros no transmiten y eso es lo que nos preocupaba al principio, igual que otros animales". Preguntado sobre la posibilidad de utilizar perros para el rastreo de la covid-19, Calvo Sáez señala que podría ser interesantísimo por ejemplo para su trabajo en aeropuertos o estaciones de tren.
De hecho, señala, son muchos los países que ya lo están haciendo -cita Australia, Finlandia, Alemania, Chile o Emiratos Árabes, entre otros- y también en España hay alguna iniciativa en ese sentido. "Los perros tienen un desarrollo del olfato bestial, 60 veces más que una persona, por eso trabajan en detección de drogas o explosivos. ¿Son capaces de detectar la covid?. Seguramente sí, pero necesitan ser adiestrados. Es una medida muy buena porque un perro detecta si alguien tiene una enfermedad casi al momento. Si se demuestra que son tan fiables como una PCR, sería estupendísimo para prevenir la expansión".