Eran cerca de las tres de la madrugada cuando un joven de unos veinte años de edad se disponía a regresar a su casa conduciendo. Pero la mezcla de alcohol y volante le ha jugado una mala pasada y ha terminado empotrando su Seat Ibiza frente al número cinco de la céntrica calle Hortaleza de Madrid, junto a la Gran Vía.
Nada más finalizar la maniobra de salida del estacionamiento, el joven ha acelerado dando un fuerte volantazo hacia la izquierda y ha terminado perdiendo el control del coche. En su corto camino ha arrancando de cuajo un parquímetro situado frente a la librería Pérez Galdós. Como se puede apreciar en las imágenes del siniestro, el vehículo ha quedado suspendido sobre uno de los bolardos que protegen la acera.
El joven ha arrojado una tasa de 0,60 mg/l en la primera prueba de alcoholemia realizada por la Policía Municipal de Madrid
El joven podría ser condenado por un delito contra seguridad vial puesto que ha arrojado una tasa de 0,60 mg/l de aire expirado en la primera prueba de alcoholemia realizada por la Policía Municipal, cuando la tasa máxima permitida es de 0,25 mg/l.
Sin embargo, el vehículo que conducía no era suyo sino de un familiar, según han podido precisar fuentes policiales a este periódico. Hasta el lugar del accidente -que se ha saldado finalmente sin heridos- se ha desplazado un equipo de Bomberos de Madrid para desencajar el vehículo y despejar la estrecha calle, de un único sentido.