Dicen que el gin-tonic pega con todos esos alimentos que jamás te comerías solos: pepino, cardamomo, limón, flores... Ha pasado de ser el alcohol de los pobres en los 80 a cóctel de moda. La burbuja no termina de estallar. ¿Llegaremos a pedir esta antigua mezcla en la frutería del barrio?