En los primeros minutos de cotización de Coca-Cola European Partners en la Bolsa de Madrid, los comentarios eran todo el rato los mismos: "¿Por qué no se mueve la cotización?". El ticker CCEP seguía impoluto en los 35,58 de precio de salida. Sin embargo, las órdenes de compra se estaban dando fulgurantemente, hasta el punto de que aún no había conseguido casarse la oferta con la demanda y el precio virtual de la cotización se había disparado hasta los 39 euros por acción. Más de media hora después, aún no había precio oficial dado el alto número de solicitudes.
Todo apuntaba a una primera jornada existosa tal y como se ha dado en Londres y Amsterdam, donde European Partners comenzó a cotizar esta semana con subidas del 2%, y de Nueva York, donde se inició un 4,7%. Y finalmente, los números del primer día de cotización de este resultado de distintas fusiones (primero las ocho ibéricas, luego estas con las de otros 8 países de Europa Occidental) han dictado una subida del 1,04%. La acción ahora vale 35,95 euros.
En los primeros minutos tras el toque de campana, la empresa invitó a un ágape al sinnúmero de personas que acudieron a ver in situ el día del debut. Comida y de beber Coca-Cola de todo tipo, fantas y tónicas. El marido de Sol Daurella, Carles Villarubí, escuchaba cómo otro directivo le recordaba la "diferencia cultural entre Ámsterdam y aquí". En la capital holandesa, tras tocarse la campana de inicio de sesión todo el mundo asistió parado y ordenado. En Madrid, las decenas de personas que acudieron decidieron agolparse frente al 'stand' donde Daurella había dado su discurso. El objetivo era hacerse con unas palabras de la directiva, aunque no fue posible, pues la empresa había decidido que en Madrid, al contrario que en Ámsterdam, no se hablaría a los periodistas.