"¿Si os dijera que todo lo necesario para hacer una bomba puede conseguirse después de pasar el control de seguridad?", plantea Evan Booth, quien se autodefine como "investigador de seguridad independiente". El mismo Booth es quien ofrece la respuesta en un reportaje titulado "Inseguridad en la terminal" y en el que explica cómo fabricar artefactos explosivos improvisados con una variedad de productos comprados tras pasar el control de seguridad.
"Empecé a planteármelo hace unos años. Siempre he pensado en eso, en los típicos paseos por el aeropuerto mirando cosas y pensando, yo podría fabricar armas con esto. Nunca había pensado dedicarme a esto a tiempo completo hasta este año", asegura el autodidacta en un vídeo en el que se mofa de la seguridad existente en los aeropuertos estadounidenses.
"Full metal jacket", "murica" o "chucks of liberty" son algunas de las armas que llevan su firma. Todas ellas tienen una característica común: están fabricadas con artículos que ha comprado en los 'duty free'. Aunque no se sabe si algún arma de Evan Booth derribaría un avión, sí que provocaría el caos en el sector de la aviación. Un trastorno, que según estimaciones, costaría 2.000 millones al día, como señala Vice.
A pesar de que tras los atentados del 11S, Estados Unidos reforzó la seguridad en sus terminales aeroportuarias incluyendo medidas como los escáneres corporales, la introducción de líquidos en bolsas, descalzarse para pasar el control de seguridad o extraer los ordenadores portátiles en bandejas indepedientes, autodidactas como Evan Booth ponen de manifiesto "que no estamos más seguros".
"Empecé creando una variedad de armas más primitiva. Fabriqué una ballesta, hice otra que era mezcla de arco y honda, hice armas de cuerpo a cuerpo… Luego empecé con cosas más complejas", explica Booth.
Entre esos artefactos más elaborados destaca un rifle improvisado en el que el cañón es el tubo que sostiene el asa de las bolsas de viaje y envuelto con revistas para reforzarlo. Otro de los componentes de ese rifle es la parte delantera de un termo (Booth tapa el agujero con un chicle). El "investigador independiente" finaliza con una demostración en la que al activar el interruptor, los cables hacen que se incendie el gas creando presión en el interior del cañón y disparando así el "full metal jacket" (una mezcla de estaño con un spray para el cuerpo) que termina reventando tres botellines de cerveza.
Sus artefactos explosivos van más allá con otro experimento en el que cuenta cómo fabricar un pequeño avión teledirigido a base de hilo dental, un preservativo y botellas de acetona, entre otros artículos. “Sólo espero que este trabajo sirva como información fiable para que los que deciden puedan tomar mejores decisiones”, concluye Booth.