El futuro duque de Alba parece implacable con sus hermanos. Si hace un mes Carlos Fitz James Stuart le comunicó a su hermana Eugenia Martínez de Irujo que debía abandonar su piso en el Palacio de Liria, sede de la Fundación de la Casa de Alba, ahora el primogénito de los Alba ha pasado a la acción contra su hermano pequeño, Cayetano Martínez de Irujo, duque de Arjona. Según publica este sábado el diario ABC, el duque abandonará el palacio de los Alba en Madrid, propiedad de su hermano, después del puente de Mayo.
Todo el proceso de cambio que está albergando la casa de Alba tiene lugar una vez superado el duelo inicial por la muerte de la duquesa. La nueva situación de la familia y la independencia económica de los hermanos ha llevado a Carlos, el primogénito y heredero de la sede de la Fundación Casa de Alba, a expulsar a sus hermanos de los pisos contiguos al Palacio. Nada hacía presagiar este desencuentro entre los hijos de la duquesa, pero primero la benjamina de la familia y ahora su hermano pequeño. La decisión del futuro duque de Alba no solo afectaría a sus hermanos, sino también a los otros inquilinos, que hasta ahora disfrutaban de estos pisos por su vinculación profesional con la Casa de Alba.
La guerra que ha iniciado así el mayor de los Alba ha provocado alguna situaciones tensas, tal y como sucedió con su hermana, de la que aseguraron desde su entorno hace unas semanas, según recogía el diario El Mundo, que “no va a abandonar su casa, donde ha vivido siempre porque era la más unida a su madre” y que estaba "destrozada" por la decisión. En el caso de Cayetano, según asegura ABC, a esta situación hay que añadir además que éste tiene otro frente abierto: renegociar su acuerdo de divorcio con su exmujer.
Las viviendas de la controversia
El bloque de viviendas en cuestión fue donado en pleno dominio de la desaparecida duquesa de Alba, en julio de 2011, a Carlos Fitz-James, al que además de la fundación, también se le traspasó los edificios adyacentes, que consta de otras 12 viviendas de lujo, la mayoría alquiladas. Estas donaciones, producidas antes de la boda de la duquesa ya fallecida con Alfonso Díez, se produjeron para evitar que los descendientes se opusieran al matrimonio.