Desde hace meses parece que Alemania se ha erigido como 'cabeza pensante' de toda Europa, recuperando su liderazgo histórico y dictando directrices que el resto de países, entre los que se encuentra España, asumen como necesarias por mucho que supongan esfuerzos titánicos. Sin embargo, también hay ámbitos en los que los germanos han de recibir orientación. En este caso se trata del drama de los desahucios, donde la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) lleva tiempo estrechando lazos con los afectados alemanes para lograr una mejor coordinación de actividades que permitan evitar los desahucios.
Hace apenas unos meses la plataforma Zwangsräumung Verhindern (homóloga a 'Stop Desahucios') comenzaba sus primeras protestas contra un fenómeno que aunque lo pueda parecer, tampoco escapa a la realidad germana. Pese a no existir cifras oficiales, los cálculos de los expertos hablan de más de 6.000 desahucios en 2010 sólo en la capital, actualmente unos 20 al día. De ahí que ante esta situación las organizaciones que luchan por evitar estos desalojos pusieran sus miradas en España, donde la PAH junto con otros grupos llevan ya más de 500 desahucios interrumpidos.
No hay cifras oficiales pero los expertos calculan que existen unos 20 desahucios al día en Berlín
Desde Zwangsräumung Verhindern explican que conocieron a unas activistas españolas en Berlín cuando éstas fueron a informar sobre cuál era la situación de España, y que desde entonces han mantenido el contacto, incluso dos personas se desplazaron a Barcelona el pasado septiembre para conocer de cerca cómo trabaja la PAH. Sin embargo, matizan que la relación es más personal y de amistad que de asesoría institucional.
La plataforma germana evitó su primer desahucio a en octubre, logrando un acuerdo con con el inmueble para que una pareja de ancianos no perdiera su casa. También a finales de enero consiguieron con sus protestas que la compañía privada GSW retirara una orden de desalojo de una familia de cinco personas.
Diferentes culpables, diferentes características
Comparando la realidad alemana con la española se puede establecer que en el segundo caso, el 'malo de la película' en los desahucios suele ser el banco, ese prestamista que reclama el dinero de una hipoteca impagada. Sin embargo en Alemania existe una cultura más extendida del régimen de alquiler, de manera que los 'responsables' de un desalojo por impago pueden ser propietarios individuales, empresas, o más especialmente en los últimos años, inmobiliarias que han empezado a comprar barato y vender caro.
La 'gentrificación' supone transformar un barrio humilde en uno moderno, doblando los alquileres y forzando a los menos adinerados a buscar el extrarradio
Este proceso se conoce con el nombre de 'gentrificación', que consiste en un aumento del precio de los pisos en el centro de las ciudades, es decir: transformar un barrio pobre, humilde y trabajador en uno moderno y caro. Muchos explican que detrás de este proceso hay una programación detallada de ciertos sectores sociales que sacan un alto beneficio gracias a la especulación.
La gentrificación supone que las economías más vulnerables se vean obligadas a mudarse al extrarradio, algo que en Berlín se ha visto acelerado en los últimos años. Un ejemplo de esto puede ser que numerosos ciudadanos del sur de Europa -españoles, italianos y griegos con bastante dinero- estén optando por invertir en suelo alemán, un valor bastante seguro.
El desahucio de la familia Gülbol le pone nombres y apellidos a esta especulación en auge. Después de que la plataforma consiguiera evitar un primer desalojo, el pasado 14 de febrero fueron expulsados de su casa los cinco miembros de origen turco. Los padres, ambos con trabajo, llevaban 14 años viviendo en el inmueble y no tenían deudas de alquiler. Hace dos años una empresa compró el edificio al dueño original que había prometido no subir el alquiler a los inquilinos a cambio de que ellos se encargaran de una reforma que les costó 20.000 euros. El nuevo propietario exigió el aumento de alquiler, lo que les suponía unos 3.500 euros por pagos atrasados.
En último desahucio sonoro fue en Kreuzberg, donde la policía tuvo que sitiar la zona para poder llevar a cabo la orden
Después de pasar por los tribunales los Gülbol pagaron la cantidad adeudada, pero lo hicieron cumplido el plazo, de manera que han sido desahuciados de su casa. "Nos echan para buscar nuevos inquilinos que paguen el doble", decía el padre. Dos recibos impagados bastan en Alemania para que el propietario pueda cursar el desahucio.
En esta ocasión la plataforma alemana no pudo evitar el abandono forzoso de la vivienda pese a que cerca de 1.000 personas respondieron a su llamada. Unos 500 agentes, 34 furgones policiales y hasta un helicóptero se esmeraron para sitiar el barrio de Kreuzberg, cerrando la estación de tren Görlitzer Bahnhof, parando el tráfico de la línea U1 de metro y de varias líneas de autobús o cortando las calles aledañas impidiendo la circulación de peatones. Además utilizaron la fuerza de las porras de goma y sprays de pimienta para levantar a las centenares de personas que se habían sentado rodeando la casa. El balance final fue una familia sin hogar y unos 15 detenidos. Pese a todo, desde Zwangsräumung Verhindernn lo ven como un éxito de actuación: llegaron a obligar que la secretaria judicial entrara en el inmueble camuflada de policía.