La policía cree que Juan Cuenca Lorente, de 36 años, exgerente y ex director técnico del Club Atlético Voleibol 2005 de Murcia, es la persona que ideó y dio la orden a dos sicarios rumanos de asesinar a la jugadora neerlandesa de voleibol Ingrid Visser (embarazada de seis semanas) y a su novio Lodewijk Severein. Según asegura ABC, el ideólogo de estas muertes habría pagado en torno a mil euros a los ejecutores del atroz crimen, según fuentes del caso, aunque no se descarta que luego pudieran cobrar más.
El exdueño del club teme por su vida
Por su parte, el expropietario del desaparecido Club Voleibol de Murcia 2005 y alcalde pedáneo de Barinas, Evedasto Lifante, ha dicho hoy a Efe que teme por su vida tras el asesinato de la exjugadora holandesa Ingrid Visser y de su novio, Lodewijk Severein. En una entrevista a Efe en su vivienda de Barinas, una pequeña población perteneciente a la localidad murciana de Abanilla, Lifante ha recordado que en su día denunció al que fue gerente del club Juan Cuenca, encarcelado desde ayer por su implicación en la desaparición y muerte de la pareja holandesa.
Evedasto Lifante ha asegurado haber denunciado a Cuenca en dos ocasiones, una por suplantar su identidad y otra por llevarse los ordenadores y documentación del club
Según ha explicado, denunció a Cuenca en dos ocasiones, una por suplantar su identidad en la firma del contrato de venta de una cantera de mármol propiedad de su familia, y otra por llevarse los ordenadores y la documentación del club cuando en 2011 decidió cerrarlo por dificultades económicas. "Tengo miedo", confiesa acompañado por su hijo y un ayudante, y dice que no puede hacer una vida normal desde lo ocurrido.
Además, ha comentado a Efe que se enteró de la desaparición de Ingrid y Lodewijk el sábado 18 de mayo, a las 19 horas, por un mensaje de WhatsApp que le envió una jugadora; y que el miércoles siguiente fue a la Policía Nacional para colaborar en la búsqueda de Visser. "A ver si ahora me van a pegar dos tiros" debido a esa ayuda a la policía, se ha preguntado. Este empresario de la construcción y el deporte también ha explicado que Cuenca entró en el club a finales de 2008 pidiendo trabajo "para poder vivir", e inicialmente se encargó de la publicidad.
"Poco a poco" Juan Cuenca fue entrando más en la organización del club, según su presidente, porque sus conocimientos de inglés le facilitaban la comunicación con las jugadoras internacionales, e incluso llegó a fichar él mismo a Visser. Evedasto Lifante ha manifestado que el compañero sentimental de Visser era un hombre "muy reservado" que no se implicaba en el club en los desplazamientos, se alojaba en otro hotel diferente y no cruzaba palabra con nadie.
Ha añadido que ni él ni Visser le reclamaron nunca una deuda del club, y que era muy profesional y también muy callada como Lodewijk Severein. Por otra parte, ha informado de que hace unos quince meses recibió una inspección de Hacienda que le hizo ponerse en contacto con Juan Cuenca para que le devolviera la documentación de la entidad que se había llevado, a lo que se negó.
También ha dicho que en octubre se personó en su casa una mujer con un contrato con su firma falsificada diciendo que le habían vendido la cantera de mármol. Para Evedasto Lifante, su excolaborador ahora encarcelado es una persona "muy mentirosa, capaz de decir que un vaso de agua era un refresco de cola, e incluso intentar convencerte de ello".
Lifante se muestra arrepentido de haber creado un club de voleibol femenino, tras una cena con amigos en 2005, y concluye: "Maldita la hora".