Sociedad

De coser batas de boatiné a creadora del mayor imperio textil del planeta

Rosalía Mera fue fiel hasta el final a su origen humilde, cuando en su vivienda familiar de 70 metros cuadrados vivían 12 personas. Se definía a sí misma como "de izquierdas".

  • Junto a Kike Sarasola en 2011

Rosalía Mera Goyenechea, de 69 años, cofundadora del imperio Inditex y una de las mujeres más ricas de España, se distinguió siempre por no parecerlo. La primera mujer del también multimillonario Amancio Ortega, máximo accionista del grupo textil, fallecida el jueves en un hospital de La Coruña, tras sufrir horas antes un derrame cerebral, nació en 1944 en el popular barrio coruñés de Monte Alto en una familia humilde. Comenzó a trabajar como costurera con trece años en La Maja, una tienda de ropa de la comercial calle San Andrés de A Coruña, donde coincidió con el que sería su esposo y cofundador del emporio Inditex. En 1962 creó, con los hermanos Ortega y otra socia, la empresa GOA, embrión de lo que luego sería Zara, una pequeña tienda de batas de boatiné, las populares prendas acolchadas rellenas de guata.

Rosalía tuvo dos hijos con Amancio Ortega, de quien se divorció en 1986: Sandra, con la que estaba de vacaciones en Menorca cuando tuvo el accidente vascular, y Marcos, que nació con una discapacidad. Se centró en la industria textil hasta 1973, cuando la discapacidad de su hijo cambió su vida -un "vuelco absoluto" en la gestión de su tiempo, comentó en una de las escasas entrevistas concedida- regresó a los estudios que había dejado a los 11 años, y terminó Magisterio, tras haber hecho Formación Profesional en la rama sanitaria. En abril de 1986, creó la Fundación Paideia, que impulsa la integración social de colectivos vulnerables y de la mujer en Galicia, con oficina frente al Ayuntamiento coruñés. Según la agencia Bloomberg, que calcula su fortuna en 5.500 millones de dólares, gracias a su participación del 6,99% en el capital de Inditex, cuyo Consejo abandonó en 2004, Rosalía Mera era la mujer más rica de España. También contaba con el 5% de la farmacéutica Zeltia, y tenía participación en otros negocios vinculados a la investigación.

En una de las pocas entrevistas que concedió en su vida confesó que vestía ropa de Zara y que no le gustaba vestir de manera convencional

Creó el Centro de Iniciativas Empresariales Mans en A Coruña y desde 1999 presidía y dirigía Trébore, empresa de economía social que apoya la inserción laboral de personas en riesgo de exclusión social. En 2007 recibió la Medalla de Oro al Mérito al Trabajo del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales y previamente, en 2004, la Xunta de Galicia le concedió la Medalla Castelao por la defensa de los derechos de las personas con discapacidades. Rosalía Mera, pese a su condición de millonaria, declaró sus simpatías por el movimiento de los indignados de la Puerta del Sol (el movimiento 15M) y en una de las pocas entrevistas que concedió en su vida confesó que vestía ropa de Zara y que no le gustaba vestir de manera convencional.

"Hay que arriesgarse a fallar, lo que no podemos es repetir"

También fue discreta cuando se mezcló en multitudinarias protestas ciudadanas tras el desastre del petrolero Prestige, o en las noches en que acudía con amigas a una tasca de su ciudad, "Os Belés", donde se canta hasta el amanecer y se toman tapas de pulpo. Persona hecha a sí misma, Rosalía Mera siempre defendió el trabajo en equipo y la innovación. "Hay que arriesgarse a fallar, lo que no podemos es repetir. Estamos obligados a cambiar", decía en 2011 al recibir un premio en Bilbao. Más recientemente defendía en A Coruña los "valores comunitarios" del "bien común" y, en mayo de 2012, en plena crisis económica, señalaba en la presentación del disco del grupo gallego "Luar na Lubre" que al comienzo de la recesión se hablaba de la regeneración del capitalismo, un concepto "ya olvidado".

Los nietos de Rosalía Mera estudian en una escuela pública, "donde están con niños que pueden y que no pueden", contó en una entrevista concedida a Iñaki Gabilondo para Canal + en la que relató su infancia en una casa de 70 metros cuadrados en donde convivían 12 familiares. Hasta el final no renunció a sus orígenes humildes y, en esa misma entrevista, en 2012, expresó recuerdos "magníficos" de su infancia, pese a las dificultades económicas de la época. Dijo que le gustaban los oficios de su barrio y que le encantaba "el olor a pintura" y los recuerdos de su padre, un hombre que era capaz de "arreglarlo todo". Además, valoró el espíritu "ambicioso" que mostraba su madre y destacó que alcanzase su deseo de montar una carnicería. Fue una mujer que a los once años se creía mayor y que se sintió "vieja" a los 40, cuando tuvo que hacer frente a la discapacidad de su hijo y a su divorcio. Sin embargo, pese a estas circunstancias confesó haber salido "fortalecida" de ambos traumas, que le hicieron volcarse tanto en sus negocios como en la labor altruista de su Fundación. Preguntada por Gabilondo en la entrevista para Canal + por sus declaraciones en las que se definía como persona "de izquierdas" contestó: "Cuando uno procede de donde procede no se puede ser de otra manera".

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