“Tienen un discurso decimonónico y alejado de la sociedad”. Así describe Antonio, de 31 años, a los sindicatos. Contra afirmaciones como las de Antonio intentan luchar las centrales sindicales para acercarse a los jóvenes, uno de los colectivos más afectados por la crisis. Ante la pregunta si la juventud está alejada de los sindicatos, Silvia Sazatornil, responsable de Juventud en UGT, se apresura a responder con un rotundo “no”. Y para apoyar su respuesta esgrime los datos de afiliación de su sindicato. “Un 30% de nuestros afiliados tienen entre 16 y 35 años”. “Nos sentimos más que respaldados por los jóvenes”, añade.
Sin embargo, Sazatornil reconoce que sus compañeros “quizá usen un vocabulario muy técnico” y que por ello es necesario ciertos cambios en la manera de comunicar para llegar a la gente. Concede también que hay muchos jóvenes que buscan movimientos sociales como el 15M o su sucesor el 25S antes que a los sindicatos. Aunque afirma que esta participación no está reñida con pertenecer a un sindicato.
Juan, de 33 años, afirma que lo que oye en su entorno es que “los sindicatos están comprados por los partidos políticos que les dan subvenciones”. “Sin embargo -añade- cuando hay algún problema laboral enseguida se acude a ellos. En mi antigua empresa nadie quería pertenecer a un sindicato hasta que no comenzó a llegar la sombra de los despidos”.
"Alejamiento instrumental"
Cristina Bermejo, responsable confederal de Juventud de CCOO, opina que quizá si exista “un alejamiento instrumental entre los jóvenes y los sindicatos, pero no ideológico, como demuestra que en la huelga del miércoles muchos de los piquetes informativos estaban formados por ellos”. Bermejo considera que ese “alejamiento instrumental” se debe a la situación del empleo juvenil, con una tasa de más del 50% de paro. “Además, el 47% de los contratos a este colectivo son temporales, así que hasta que no comienzan a tener estabilidad en el empleo no se afilian”. En el caso de su sindicato, las personas de hasta 35 años representan el 20% del total, lo que supone un descenso de 3 o 4 puntos con respecto a los últimos años.
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Para tratar de paliar esta separación, Bermejo explica que la federación que lidera está apostando por acercarse a los jóvenes desde los centros formativos. “Vamos a institutos y universidades para que vean que los sindicalistas no son solo los que salen por televisión. Que hay otro discurso no tan institucional”. A modo de autocrítica afirma que “hay que darle una vuelta a determinadas formulas que se emplean y que han quedado desfasadas”.
Miguel, de 28 años y afiliado a CCOO, sostiene que sindicatos y jóvenes sí están alejados pero creo no toda la culpa es de las centrales sindicales. “La resistencia dentro de la empresa ha bajado la guardia, quizás lacerada por las reformas laborales y la pérdida de derechos”. No obstante, añade que se ha extendido “la sensación de que ninguna central ha estado a la altura en la pelea firme por los derechos laborales o en la mera imagen, asociada, no siempre justamente, a las instituciones, a los pactos y a los consejos de organismos públicos”.
En lo que coinciden tanto Sazatornil como Bermejo es en recalcar que miembros de sus sindicatos también participan en las asambleas y las acciones de movimientos sociales como el 25S. Mercedes, portavoz de la Coordinadora 25S, explica que, aunque están en desacuerdo en muchos puntos con las centrales sindicales, el pasado miércoles se unieron a la convocatoria de la huelga general “porque todos peleamos por lo mismo”. “Todos unidos podemos hacer frente a lo que está sucediendo”, dice Mercedes en alusión a los recortes del Gobierno.