Como una buena película pero sin rasgo alguno de intelectualidad, el inefable Kiko Rivera, más conocido como Paquirrín, nunca deja de sorprendernos. Cada vez que aparece en pantalla, el hijo de Isabel Pantoja nos hace descubrir alguna zona oscura del ser humano, al igual que los filmes clásicos -y perdonen el símil- parecen esconder secretos para cada visionado. Al ver y escuchar sus razonamientos y discursos, si es que así pueden llamarse, uno disfruta como si estuviera contemplando uno de esos documentales de La 2. En esta ocasión, nos ha mostrado que el hombre, por muy acostumbrado que esté al negocio televisivo y por mucho que sea capaz de aguantar para lograr el vil metal, puede llegar a perder los nervios, volver a sus instintos primarios y empezar una pelea.
En todo grupo humano, las cosas acaban como pasaba con aquellos chimpancés de '2001, una odisea en el espacio'. O sea, a hostia limpia
Paquirrín nos alecciona mostrando, en definitiva, ese eterno retorno hacia la violencia que padece la especie desde el inicio de los tiempos. En todo grupo humano, las cosas acaban como pasaba con aquellos chimpancés de 2001, una odisea en el espacio. O sea, a hostia limpia. En la ocasión que nos concierne el presentador de Gran Hermano VIP, Jordi González, evitó que hubiera males mayores entre Kiko Rivera y un tipo que andaba por allí con la vitola de ser el primo de Laura Cuevas, que a su vez es hija de un hombre que trabajó en la casa de los Pantoja durante años.
Resulta que en el plató andaban la tal Laura, recién expulsada del concurso por la audiencia, y el retoño de la tonadillera, que abandonó el programa unos días atrás. Y el primo de ella, que no era precisamente el de Zumosol, empezó un rifirrafe dialéctico con Kiko que acabó en toquecitos en el hombro y, según dijo el que recibió los toques, en amenaza: "Nos vemos fuera". Jordi intervino a tiempo y no hubo golpes en directo. Ya saben, este reality sigue tan edificante como siempre.
Hablando de peleas que se antojan crecientes e inolvidables, la semana política y, por ende, la televisiva ha estado marcada por el enésimo round entre las diferentes formaciones de izquierda en Madrid. Tania Sánchez ha decidido abandonar Izquierda Unida para formar una "candidatura de unidad popular". No es este el lugar para valorar la decisión de la novia de Pablo Iglesias (aquí, que es una crónica social-televisiva, nos dejarán decirlo sin tildarnos de machistas, ¿no?). Resulta, sin embargo, que en El Intermedio han decidido parodiar estas peleas políticas denominándolas Juego de rojos.
Como dijo el propio Wyoming al presentar el vídeo, resulta paradójico ver a tantos personajes republicanos peleando por un trono. Pero está claro que el ansia de poder no entiende de modelos de Estado y, además, son más que evidentes las similitudes entre las intrigas y traiciones de la serie y los navajazos y maniobras en la izquierda madrileña. Para echar más leña a este incendio en el que, como en la ficción mentada, se entremezclan la oscuridad, el amor y las sorpresas, resulta que este mismo sábado acuden a ese gran programa que es La Sexta Noche tanto la propia Tania como el líder emergente de IU Alberto Garzón. Si a ello sumamos que por el plató andará Eduardo Inda, enemigo acérrimo de la musa de Rivas, el lío está asegurado.
Aguirre responde a Évole. ¿Conocía la situación irregular que afectaba a exconsejeros de su gobierno como Francisco Granados o Alberto López Viejo? ¿Colocó en Caja Madrid a una asesora suya que no sabía de banca?
Para acabar esta crónica irresponsable, duelo de titanes, también en La Sexta. Este domingo regresa Salvados con una de las entrevistas más esperadas. Jordi Évole y Esperanza Aguirre cara a cara. Según adelanta la hermana pequeña de Antena 3, las preguntas que tendrá que responder esta política tan bregada frente a este entrevistador tan astuto se antojan picantes. ¿Cómo pudo el señor Bárcenas engañar a todos los dirigentes del partido? ¿Conocía Aguirre la situación irregular que afectaba a exconsejeros de su gobierno como Francisco Granados o Alberto López Viejo? ¿Colocó en Caja Madrid a una asesora suya que no sabía de banca? ¿Cómo se lleva con los Aznar? ¿Se benefició su familia del trazado del AVE en Guadalajara?
Todas las respuestas, este domingo a partir de las 21.30 en La Sexta. Tienen ustedes que verlo, pero no porque el duelo vaya a ser antológico, sino para poder superar la resaca de la gala de los Goya en TVE, traslada al sábado a ver si alguien más se anima a padecerla. Un espectáculo más soporífero cada año que pasa. Aunque en esta ocasión han elegido a Dani Rovira como presentador y al menos habrá mejores chistes que en años anteriores, no tiene mucho sentido sentarse a ver quiénes son los premiados si el televidente, como suele ocurrir, no ha visto más de tres películas españolas en el cine durante el último año, ¿no creen? Un servidor, que nada tiene contra el cine patrio, les augura un triunfo de La isla mínima, película redonda, perfectamente rodada, con geniales interpretaciones, repleta de planos novedosos y que, como tiene que ser para dejarte un poso de recuerdo, cuenta una historia original que te atrapa.