Los nuevos protagonistas que se asoman a la política española son casi todos de izquierdas. ¿Venden algo nuevo? Casi todos enarbolan la bandera del más rancio estatismo, según la cual debe ser el Estado, vía incremento del gasto público, quien rescate a la gente de sus penurias. Es el Estado, no la iniciativa privada, quien debe hacerse cargo de nuestras necesidades vitales y, si es posible, también de nuestra felicidad.