El tajo más sustancial al crédito, del entorno de una cuarta parte del PIB, ya se ha realizado. Sin embargo, obligada por Bruselas, la banca nacionalizada aún debe ajustar su balance en unos 100.000 M., sobre todo conforme entran fallidos ya provisionados, se venden participadas, se recuperan clientes y no se renueva la financiación a las grandes corporaciones y el inmobiliario.

Rajoy ofrece 45.000 millones de crédito con fondos que no son nuevos. Recupera las bonificaciones para los jóvenes después de haberlas suprimido. Y anuncia un plan para retrasar el pago del IVA que tardará un año y cuya letra pequeña dependerá de la marcha de la economía en el 2014. Las medidas recuerdan remotamente a los parches de la Ley de Economía Sostenible de Zapatero.

La antigua cúpula de Caja Castilla-La Mancha, liderada por su ex presidente Juan Pedro Hernández Moltó y su antiguo director general Ildefonso Ortega, tendrá que rendir nuevamente cuentas ante la Justicia. La petición por parte del juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz de información sobre los préstamos concedidos a empresarios relacionados con el sector del ladrillo que podrían haber generado un agujero cercano a los 300 millones a la entidad aflorará que la entidad fue excesivamente permisiva con acreedores como Luis Portillo, Domingo Díaz de Mera y empresas como Grupo Lábaro.

Los bancos acreedores de Joaquín Rivero y su socio Bautista Soler, que presentaron recientemente concurso de acreedores para sus sociedades, han vendido parte de la cartera de créditos que tenían pendientes con los empresarios al fondo Blackstone y a la entidad canadiense Caisse de Dépot du Québec. Los créditos vendidos equivalen aproximadamente a un 12% del capital de Gecina, la inmobiliaria francesa de la que Rivero y Soler controlan algo más de un 31%, una participación que sirve como garantía para los mencionados créditos.

Los accionistas soportarán el 10% del capital de la sociedad. Además, tendrán que permanecer un mínimo de entre 5 a 7 años. La banca con déficit de capital se queja de la indefinición que rodea al 'banco malo'. "Sin saber sus condiciones no se puede hacer el plan de recapitalización", aseguran en varias entidades.

Luis Portillo, uno de los paradigmas de la burbuja inmobiliaria en España, continúa siendo un quebradero de cabeza para la banca, cinco años después de que los primeros efectos de la crisis comenzarán a horadar su proyecto. A día de hoy, el que fuera presidente y principal accionista de Inmobiliaria Colonial, mantiene una notable deuda con diversas entidades financieras, con la particularidad de que más de 220 millones de euros se corresponden con préstamos ya vencidos.