El Everest se ha convertido en un basurero; esta semana ha circulado por redes un vídeo en el que se ve la montaña llena de basura. Un reflejo, a gran escala, de lo que curre con el campo
Es la primera vez que los dos países, Nepal y China, se ponen de acuerdo, poniendo así fin a una controversia que rodea al techo del mundo desde que fue medido por primera vez en 1849 por los británicos
Un equipo de investigadores ha entrenado a un grupo de gansos índicos para estudiar el metabolismo de estas aves de una manera innovadora. Y han descubierto uno de sus trucos.
Ha conquistado once picos de ocho mil metros de altura, a los casi 80 años. Así lo cuenta la biografía 'Carlos Soria. Alpinista', escrita por Darío Rodríguez y publicada por Ediciones Desnivel, el sello de la prestigiosa librería de viaje y montañismo.
"Otro más, hay una réplica ahora mismo, mierda", ha comentado el montañero indio Arjun Vajpai a Reuters por teléfono desde un campamento base avanzado en Monte Makalu, a 20 kilómetros del Everest.
La hermana del directivo confirmó por Instagram la muerte: "Lamento informar a todos los que le querían que durante la avalancha en el Everest esta mañana nuestro Dan sufrió una lesión en la cabeza".
El campo base al pie del Everest ha sido sepultado por las avalanchas provocadas por el seísmo. Hasta el momento, según las autoridades, han fallecido 10 montañeros y se calcula que en torno a 40 han resultado heridos.
El Everest, la montaña más alta del mundo (8.848 metros), se ha convertido en una ruta turística. Tal cual. Suena a exageración, pero el prurito de presumir de haber ascendido al techo de la Tierra ha ido degenerando hasta límites insosprechados por los pioneros que acudieron a la cima reina de la cordillera del Himalaya.
El alpinista ruso Alexéi Bolótov murió este miércoles tras precipitarse al vacío mientras trataba de abrir una nueva ruta por la cara suroccidental del Everest, en Nepal, informó la federación rusa.