En un durísimo voto particular, Narbona censura que Industria haya cambiado las normas a su antojo para que Garoña siga abierta, saltándose la normativa europea y poniendo en riesgo la seguridad de todo el parque nuclear español con su "mala praxis regulatoria", el "vacío legal" generado y la toma de decisiones tan sensibles a la ligera, sin informes "profundos y sosegados".