Tecnología

Elon Musk también se equivoca: sus grandes errores en 2023

Su 4X4 eléctrico se ha retrasado dos años, X (Twitter) pierde millones de usuarios, y Musk llega tarde al negocio de los chatbots basados en Inteligencia Artificial generativa

  • Elon Musk

Dicen que el emprendimiento solo es exitoso cuando se han cometido errores previos. Ese puede ser quizá el caso de Elon Musk, que con sus negocios ha conseguido ser la persona con la mayor fortuna del mundo.

2023 no ha sido un buen año para Musk, atendiendo a lo que ha sucedido con sus proyectos. El primero de ellos, la compra de Twitter: la red social no acaba de despegar.

El empresario norteamericano compró la plataforma del pajarito y la rebautizó como X. Un nombre muy oportuno porque ahora mismo no se sabe bien el rumbo de la red social. Musk desembolsó 44.000 millones de dólares por una empresa fundada en su día por Jack Dorsey.

Una de las primeras decisiones que tomó fue adelgazar la plantilla. La redujo de los 7.500 empleados a los entre 1.000 y 1.500 actuales, lo que provocó manifestaciones de sus empleados y muchas informaciones en medios en su contra. Una vez afinada la estructura, le metió mano a la usabilidad de la aplicación. De entrada, decidió moderar menos el contenido de los usuarios. De hecho, los equipos de moderación de contenido y seguridad también fueron adelgazados.

Su 4X4 eléctrico se iba a lanzar en 2019, pero no ha llegado hasta finales de 2023. Un proyecto con el que Musk reconoce "haber cavado su tumba"

Además, Musk decidió que los usuarios que quisieran estar verificados tendrían que abonar 11 euros al mes. Con anterioridad, quienes querían contar con esta certificación lo podían hacer por su cuenta y sin abonar cantidad alguna. También anunció la limitación del número de tuits que se pueden ver en base al tipo de usuario. Los de pago podrían ver un máximo de 6.000 tuits diarios, mientras los no verificados no podrían superar los 600. La consecuencia es palmaria: desde la llegada del visionario norteamericano, X ha perdido "millones de usuarios" activos, tal y como reconoció recientemente Lidia Yaccarino, CEO de la red social, en una entrevista, en la que no dio cifras concretas. Por no hablar de las reiteradas caídas de la plataforma, que se perdonan menos cuando hay muros de pago.

El todoterreno eléctrico de Elon Musk derrapa

Cybertruck, el proyecto para desarrollar un vehículo todoterreno con motor eléctrico de Tesla, no acaba de arrancar como le gustaría a Elon Musk. El propio emprendedor ha reconocido ante sus accionistas que con este proyecto "ha cavado su propia tumba".

El motivo principal de los retrasos ha sido el diseño. Ha sido un quebradero de cabeza para los ingenieros de la compañía. Este ha sido una de las claves, entre otras, que ha incrementado su precio desde los en torno a 38.000 euros hasta los 56.000 euros. Más problemas para Cybertruck: la producción de baterías tampoco está garantizada por la lenta velocidad de su producción. Todos estos escollos han retrasado el lanzamiento del vehículo desde 2019 hasta este año. En España ya se puede reservar, pero todo son incertidumbres.

ChatGPT: cabezazos contra la pared

Elon Musk fue uno de los fundadores junto a Sam Altman de ChatGPT, el chatbot de moda desarrollado por la corporación OpenAI, dedicada a la Inteligencia Artificial (IA).

Fue en 2015 cuando Musk, ya con una cuenta bancaria bien nutrida, decidió invertir 50 millones de euros en OpenAI. Sin embargo, tras tener varias discusiones por la orientación del proyecto con sus socios, decidió abandonar el barco. Al directivo de empresas como Space X, Starlink o la propia Tesla no le ha dolido en prendas reconocer que en su día fue "un gigantesco idiota". Aunque es cierto que el error se produjo en 2015, ha sido la explosión de ChatGPT en 2023 la que le ha empujado a entonar el mea culpa.

De hecho, es tan consciente de la importancia que tiene estar en el negocio de la Inteligencia Artificial que acaba de presentar su nuevo proyecto: xAI. Lo cierto es que golpea, pero muy tarde. Le va a costar mucho recuperar el terreno perdido, si bien se trata de un sector muy dinámico -el de la IA generativa- en el que cualquier nuevo actor puede ganar puestos a gran velocidad si su producto goza el beneplácito del público.

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