Así que, a la pregunta que corona este reportaje, la respuesta es… No del todo sencilla. Antes de razonarlo, expliquemos brevemente en qué consiste esto de la realidad virtual y sus gafas.
Qué es la realidad virtual
La realidad virtual (siglas VR, por lo de virtual reality) es un entorno de escenas u objetos de apariencia real, generado mediante tecnología informática, que crea en el usuario la sensación de estar inmerso en él. Dicho entorno es contemplado por el usuario a través de un dispositivo conocido como gafas o casco de realidad virtual. Este puede ir acompañado de otros dispositivos, como guantes o trajes especiales que permiten una mayor interacción con el entorno, así como la percepción de diferentes estímulos que intensifican la sensación de realidad. ¿A que está bien explicado? Es un copia y pega de Wikipedia.
La VR es la percepción de estar inmerso en un mundo paralelo en el que se te presenta una escena de 360 grados.
Para disfrutar de la realidad virtual se necesita, por tanto, un contenido producido especialmente para ese fin, un emisor de dicho contenido y un dispositivo-soporte que se colocará el usuario en su cabeza, concretamente, delante de sus ojos. Como dice la Wiki, este último puede ser un casco de realidad virtual, pero se está generalizando el uso de las gafas VR.
Cómo funciona
El emisor del contenido VR puede ser de dos tipos: por un lado, un ordenador, consola o equipo similar conectado a las gafas; por otro, un simple smartphone o reproductor multimedia (ambos, con un mínimo de prestaciones técnicas). Para estos segundos casos, el soporte-gafas puede ser incluso un cartón con dos lentes en el que colocas el citado móvil, más una diadema para que se sostenga el equipo a la cabeza.
Así que la dinámica VR es así de fácil: colocas el smartphone en el soporte-gafas, reproduces el contenido VR en el móvil, te colocas las gafas y procura estar bien sentado al menos los primeros minutos.
Para quien experimente por primera vez la VR, las sensaciones son de tipo wow: sorprende, y mucho, la percepción de estar inmerso en un mundo paralelo, de poder mirar en cualquier dirección y que siempre haya algo; vamos, una escena prácticamente real de 360 grados.
Además, en función de los recursos invertidos en la producción audiovisual VR, los actores de la misma pueden llegar hablarte, acariciarte o atacarte; puedes tocar ese árbol o lanzarte a aquel lago; competir con otros jugadores, etc. El porvenir de las industrias audiovisual y de los videojuegos es la realidad virtual. Y lo es a muy corto plazo; hablamos de una expansión espectacular en este 2016 que ya vislumbramos.
Las tres gamas de gafas
En cuanto a contenidos VR disponibles, de momento no hay muchísimos, pero teniendo en cuenta que Netflix, Twitch, TiVo, YouTube, Disney, el propio Facebook y las grandes productoras de TV, cine y videojuegos están decididas en esta apuesta VR, el futuro es prometedor. Diríamos que incluso va más rápido, en un ejemplo paralelo, que la producción de contenidos 4K para la televisión; lo de emisiones generalizadas de televisión en 4K, queda mucho.
Los chicos tech de Marabilias hemos probado varios tipos de gafas de realidad virtual. Con ese bagaje, dicho efecto wow tiene unos matices: las gafas VR más caras (y hablamos de miles de euros) generan unas sensaciones realmente impactantes. Para ello, el contenido VR creado para ellas tiene una resolución y grafismo en general que requiere costosas inversiones. Y las gafas saben exprimirlo. Sí, espectaculares.
La producción de contenidos VR va incluso más rápida que la producción de contenidos 4k para televisión.
En la gama media, los modelos de gafas VR de Samsung, por ejemplo. Se limitan a ser poco más que un soporte para determinados smartphones de la marca. La experiencia es agradable y satisfactoria siempre que no hayas probado la alternativa del párrafo anterior. Sus contenidos disponibles progresan adecuadamente pero les falta un punto de resolución, mientras que a estas gafas de gama media les falta tecnología para aprovecharlo.
Y, finalmente, las gafas VR low cost, que incluso las hay de cartón y con lentes de todo a 100. Para pasar un buen rato de vez en cuando, están bien, pero la falta de nitidez general, al final cansa.
Modelos de gafas VR
- Oculus Rift: Es una de las compañías precursoras de la tecnología VR y no hace mucho se la zampó Facebook. Sus gafas son del tipo que se conecta a un ordenador o similar. En esta nueva etapa empresarial, están a punto de ponerse a la venta las Rift; son de las alternativas que más prometen de todo el escenario VR. Ve ahorrando mucho dinero.
- Sony PlayStation VR: Si te suena el Project Morpheus, éstas son sus nietas. Dependerán inexorablemente de la consola PS4. Está prevista su comercialización en la primera mitad de 2016 y, al cierre de estas líneas, Sony no ha comunicado aún su precio.
- Microsoft Hololens: Apuntan muy alto porque, además, reconocen los gestos y la voz. Es un proyecto que en breve verá la luz definitiva.
- Samsung Gear VR: Con el apoyo técnico de Oculus, es una familia de gafas VR que va creciendo en número miembros porque cada modelo es específico para un determinado móvil de la marca. Es un bueno, bonito y no del todo carísimo regalo (en torno a 190 euros) pero, o tienes un Note 4 o un S6, o sólo te servirán como pisapapeles.
- Archos VR: Que puedas acoplarle cualquier móvil de hasta 6” y que su precio sea de 29 euros, suena muy bien. Ahora bien, no esperes una experiencia inmersiva abrumadora.
- Zeiss One 3D: También admite prácticamente cualquier móvil y su precio es de 99 euros. Su fuerte, que las lentes son de primera calidad; para algo Zeiss es de las firmas con mayor prestigio en este campo.
- De cartón: Hasta Google te vende unas gafas-soporte de cartón (CardBoard) para ver contenido VR. Son, lo que son, para pasar un rato (ratito). Tú mism@. El caso es que las tienes por unos 2, 3, 5… euros; en algunas webs, te las regalan.
¿Más modelos? Best Buy Easy Phone VR (de cartón, 9 euros), Best Buy VR Fit (más robustas, 29 euros), Lakento MVR (interesantes, 59 euros)… No tienes más que teclear “gafas de realidad virtual” en Google y te mostrará decenas de opciones, muchas de ellas procedentes de tiendas online asiáticas.
En resumen, si piensas en unas gafas de realidad virtual como regalo navideño, ten en cuenta su compatibilidad con el móvil que tenga el destinatario, tanto en cuanto a tamaño como en capacidad técnica para reproducir con dignidad vídeos, juegos y aplicaciones. Y a disfrutar en este mundo paralelo propio de las películas de ¿ciencia ficción?