-Imagino que esta vez sí estás al tanto de la noticia.
-No recuerdo nada relevante ahora mismo, así que sorpréndeme.
-El regreso de Ana Obregón, que va a presentar las Campanadas en Televisión Española.
-Vaya, es una idea maravillosa. Porque supone el colofón perfecto.
-¿Colofón de qué?
-Colofón de la etapa de Rosa María Mateo en la cadena pública. Estos dos años y pico de la administradora única y plenipotenciaria podrían pasar a la historia de la televisión por muchas cosas. Pero oye, esto es todavía mejor. Pasará a la historia por lograr el regreso más inesperado. Ya veo el titular, 'Mateo, la administradora que dejó como herencia la vuelta de la Obregón'. ¿No te parece fascinante?
-Igual es un poco forzado.
-Bastante, pero es que ambas deben ir en el titular. Nada mejor como cierre de esta etapa.
Al final tenemos que concluir que el famoso modelo de la BBC no es posible en este jodido país. Es así de triste y así de crudo
-No te soporto cuando te pones sarcástico.
-Pero vamos a ver, querida. ¿Exactamente en calidad de qué Obregón presentará las Campanadas?
Mi amiga enfurecida se quedó en silencio. Y miren que semejante posibilidad es difícil. Así que decidí soltarle la perorata.
-Mira, la realidad es que lo de Ana Obregón en las Campanadas es solo una anécdota. Aquí lo grave es que, como contaba mi periódico hace unos días, en el Congreso se han cargado el concurso público en marcha para elegir el nuevo consejo de administración. Es todo una broma. Al final tenemos que concluir que el famoso modelo de la BBC no es posible en este jodido país. Es así de triste y así de crudo. No tenemos remedio. Da igual quien gobierne.
-¿Ahora te enteras de que aquí solo queremos utilizar los medios públicos para la propaganda gubernamental?
-No me entero ahora, querida, pero me duele.
-¿Te duele España como a Unamuno?
-Me duele el periodismo. Y también un poco la cabeza, por cierto, quizás de tanto cavilar sobre lo que no merece la pena. Hay cosas contra las que no se puede luchar.
-Deprime oírte.
-Lo que deprime es lo que pasa ahora con Rosa María Mateo, lo que pasó antes con José Antonio Sánchez y con casi todos los que les han precedido en el cargo. Y lo que pasó con todos los puñeteros gobiernos de la democracia. La televisión pública como moneda de cambio, como mercancía de los partidos, como herramienta de intereses espurios. Tertulianos colocados a dedo por los grupos políticos, cambios de programación sin sentido, nombramientos sin sentido en los Informativos. Es que no tiene un pase lo de esa casa.
-Te he llamado para hablar del regreso de Ana Obregón y me vas a volver loca con tanto politiqueo.
-Mira, en eso tienes razón, esto es puro politiqueo, no es hacer política.
-No me quiero imaginar lo que me vas a soltar cuando te pregunte por el programa de Jesús Cintora.
-Ese puente ya lo cruzaremos, si nos quedan ganas, claro.
-Bueno, ya hablaremos.
-Adiós.