El popular programa de televisión 'Pesadilla en la Cocina', emitido por LaSexta desde 2012, sigue captando la atención de los espectadores cada jueves a las 22:30. Con Alberto Chicote como protagonista, el show ha ganado fama por sus intensas escenas de conflicto, en las que el chef madrileño trata de salvar restaurantes al borde del colapso.
Sin embargo, tras la reciente entrevista con los dueños del restaurante malagueño La Bámbola en el canal de YouTube 'Cenando con Pablo', se han desvelado algunos secretos sorprendentes sobre el detrás de cámaras del programa, que podrían cambiar la percepción del público sobre el reality show.
El youtuber Pablo Cabezali, creador del canal 'Cenando con Pablo', ha dedicado un reciente vídeo a explorar el impacto de 'Pesadilla en la Cocina' en los restaurantes que aparecen en el programa. En el episodio titulado 'Visitando Restaurantes de PESADILLA EN LA COCINA by CHICOTE - LA BÁMBOLA', Cabezali entrevistó a José y María Jesús, los propietarios de La Bámbola, un restaurante en Málaga que participó en el programa.
Durante la charla, los dueños no solo compartieron su experiencia en el show, sino que también destaparon algunos de los aspectos más cuestionables de la producción.
La verdad oculta detrás de las cámaras de 'Pesadilla en la Cocina'
María Jesús, co-propietaria de La Bámbola, reveló que mucho de lo que se ve en televisión no refleja la realidad. Aseguró que "casi todo está guionizado" y que las escenas se exageran para aumentar el dramatismo y captar la atención del público.
En su testimonio, María Jesús afirmó que el programa busca intencionalmente imágenes polémicas, incluyendo las famosas escenas de platos rotos. "Yo soy nerviosa y es algo que noto cuando tengo trabajo, pero no de ese modo. No rompo platos", explicó, sugiriendo que las escenas de ruptura de platos fueron dramatizadas para crear una narrativa más emocionante.
José, el otro propietario de La Bámbola, también corroboró esta versión, señalando que, aunque el programa ayudó a aumentar la visibilidad del restaurante y a atraer más clientes, la mejora en el negocio no se debió tanto a la intervención de Chicote como a la publicidad generada por el programa.
"El teléfono se vino abajo", comentó José, refiriéndose al incremento en las reservas tras la emisión del episodio. Sin embargo, subrayó que el verdadero cambio en la calidad del servicio y la comida no se debió a las recomendaciones del chef, sino a la exposición mediática.
El proceso de grabación: un desafío estresante
El rodaje del episodio de La Bámbola duró seis días, un período que, según los propietarios, fue extremadamente estresante. María Jesús admitió haberlo pasado muy mal durante esas jornadas, describiendo el proceso como agotador y emocionalmente desgastante.
La presión de la producción y la necesidad de mantener una imagen dramática para el programa contribuyeron a esta experiencia difícil.
La verdadera personalidad de Alberto Chicote
Uno de los aspectos más llamativos de la entrevista fue la descripción de Alberto Chicote hecha por José y María Jesús. Aunque Chicote es conocido por su actitud enérgica y a veces agresiva en el programa, los dueños de La Bámbola revelaron que, en realidad, el chef "es una persona normal" que simplemente actúa según un guion. "Ni es como sale en la tele ni es simpático. Es una persona normal que actúa, que hace un papel", comentaron, desmitificando la imagen pública del chef.
Una de las revelaciones más sorprendentes de la entrevista fue también el hecho de que José y María Jesús no podían retirarse del programa una vez que habían comenzado. Según explicaron, el contrato les imponía una penalización económica significativa si decidían abandonar el rodaje. "Yo me arrepentí, pero teníamos firmado un contrato y no podíamos echarnos para atrás porque nos costaba un dineral", relató José, subrayando cómo las obligaciones contractuales limitaron su capacidad de tomar decisiones durante el proceso.
Impacto en la percepción del público
Las declaraciones de José y María Jesús podrían influir en la forma en que los espectadores perciben 'Pesadilla en la Cocina'. Mientras que el programa ha sido alabado por su habilidad para generar drama y entretenimiento, las revelaciones de La Bámbola ofrecen una visión crítica de cómo se manipulan las situaciones para crear contenido televisivo atractivo. Este testimonio sugiere que, detrás de las cámaras, la realidad puede ser muy diferente de la imagen que se presenta al público.
En conclusión, la entrevista con los propietarios de La Bámbola destaca la delgada línea entre la realidad y el espectáculo en 'Pesadilla en la Cocina'. Aunque el programa ha tenido un impacto notable en la visibilidad de los restaurantes, las prácticas de producción y la manipulación de la narrativa revelan una faceta menos glamurosa del reality show.
Esta visión detrás de cámaras invita a los espectadores a cuestionar la autenticidad de lo que ven en la televisión y a considerar el papel de la producción en la creación de la narrativa televisiva.