Lo bueno de algunos amigos es que todavía llaman en Navidad. Entre turrones demasiado golosos y gritos de niños demasiado ruidosos, ella no podía fallar.
- Muy buenas.
- Querido, es momento de hacer balance.
- En eso mismo estaba pensando hace un momento. Supongo que, como siempre, quieres mi opinión sobre qué ha sido lo mejor y qué ha sido lo peor televisivamente hablando en este año.
- Así es. No vamos a coincidir en nada, pero bueno.
- Mira, para mí uno de los problemas crónicos que permanece y que me preocupa es esa ola de censura puritana que vivimos. Recordarás que Disney retiró Dumbo y otras películas similares de su catálogo. Una locura. Ya escribí aquí que hoy hasta Steve Urkel sería imposible. Lo más perverso de la cosa es cómo ese puritanismo de nueva hora, ese miedo al linchamiento de las redes, ese apego a lo políticamente correcto va calando en cada programa, en cada serie y en cada decisión sin que nos demos cuenta. Otro defecto inagotable de nuestra tele es que algo tan simple como esos culebrones turcos pueda triunfar. Tiene bemoles que haya tenido que emitirse uno de esos para vencer por fin a Sálvame. Supongo que aquí seguimos siendo demasiado críticos con lo propio, algo lógico en un país cainita y desmemoriado, claro, porque...
- Déjate de filosofías. Baja al mundo de los pobres mortales. Qué es lo que te ha gusto y qué no. Es simple.
- Empezaré por lo malo. Para mí uno de los peores productos televisivos de este año es la docuserie sobre Rocío Carrasco emitida en Telecinco. Por muchísimos motivos que ya hemos comentado pero, por resumir y no aburrir, porque no era feminismo, sino negocio.
- Bueno, ya sabes que no me chifló precisamente. Lo mejor, te pongas como te pongas, siguen siendo los realities de Telecinco. Lo mejor para reír. Lo mejor para desconectar de tanto coronavirus. Lo más cachondo que existe.
- No tienes remedio. Yo diría, en cambio, que en el capítulo de las buenas noticias está el final de ese bodrio cosificador que era Mujeres y hombres y viceversa. No lo echaremos de menos. Aún no entiendo por qué cosas como Supervivientes todavía existen. Aunque todavía queda en emisión ese artefacto al yo llamo tentadero y algunos como tú llaman La isla.
- El que no tienes remedio eres tú. Qué coñazo de hombre. Claro que eres de los que dice tragarse todos esos documentables infumables pero luego disfruta con Telecinco.
- Paso palabra.
- Demasiado corona y poca diversión ha habido este año en la tele, querido.
- También ha habido bastante manipulación informativa. Así, en general. Aunque yo no me olvido que en Televisión Española, esa corporación tan manoseada por los políticos, se produjo un hecho sin precedentes, con un vídeo manipulador para boicotear un documental de la propia casa que cometía el terrible error de ser crítico con la gestión gubernamental de la pandemia. ¿Lo recuerdas? Claro que lo peor de la pública es cómo desperdicia sus propios productos, como en el caso de esa magnífica obra sobre el asesinato del periodista Khashoggi.
- Lo dicho, hijo, vives en los documentales. La vida es más picante que todo eso.
- Parecemos dos besugos, pero te añadiré que para mí algo de lo más positivo del año es que se han producido y emitido necesarios documentales de la moda true crime, como el de Dolores Vázquez en HBO o el de Marta del Castillo en Netflix. Productos necesarios, bien hechos y para todos los públicos.
- Mira, en eso tienes razón, porque me encantaron los dos.
-En algo teníamos que coincidir. Siguiendo con mi listado, de todas las entrevistas que he podido ver -son demasiadas para verlas todas-, creo que Évole se lleva este año la palma. Porque realizó una maravillosa a Pau Donés, con ese tremendo documental sobre su muerte, pero al mismo tiempo no fue todo lo combativo que a mi juicio debería haber sido cuando tuvo delante al negacionista Miguel Bosé, que defendió cuestiones indefendibles.
- Otra vez te vas por los cerros... ¿Y de series cómo lo ves? Aunque prefiero los artículos de Lupe, que tú te pones demasiado hortera.
- En la ficción las cosas son siempre o casi siempre más estimulantes. Sin duda, la mejor serie española emitida fue la segunda temporada de Hierro. Una obra de arte. Y si ampliamos el campo a todas las nacionalidades, para mí Mare of Easttown es la mejor serie de este 2021.
- ¿Sabes una cosa que me encanta?
- ¿Qué?
- Que te guste o no, en 2022 seguirás escribiendo de La isla, Sálvame y cosas similares.
- Qué remedio. O qué alegría. Adiós. Y feliz Navidad.
- Igualmente.
