La gestión del agua es clave para la prosperidad de las ciudades. Planificar, desarrollar y distribuir los recursos hídricos se ha convertido en uno de los servicios necesarios para que las administraciones locales protejan la calidad de vida de sus ciudadanos. Una necesidad que se amplifica en los nuevos tiempos de coronavirus.
La propia Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendaba en el mes de julio, cuatro meses después de declarar la pandemia del coronavirus, “proporcionar condiciones seguras en materia de agua, saneamiento e higiene y gestión de desechos para prevenir brotes infecciosos y proteger la salud humana”.
El organismo recordaba que, para hacer frente a la covid-19, la higiene de manos frecuente y correcta es una de las medidas más importantes para prevenir la infección por el coronavirus. Además, matizaba que la desinfección del agua y el tratamiento de las aguas residuales podían reducir la carga de virus.
Por todo ello, las depuradoras han asumido un papel protagonista en la lucha contra la pandemia, y Sacyr, una de las principales empresas mundiales en el tratamiento del agua, ha acelerado la puesta en marcha de tecnología en sus plantas para actuar en esta crisis sanitaria.
“La asistencia técnica remota para gestionar cualquier planta y los gemelos digitales, tecnología que permite a un técnico recorrer un centro de manera virtual, han acelerado su implementación por la pandemia”, explica Domingo Zarzo, director técnico y de innovación de Sacyr Agua.
Este tipo de tecnologías han favorecido que la operativa de las instalaciones de tratamiento de agua haya seguido funcionando con normalidad pese a esta crisis sanitaria. Por ello, como reconoce el directivo de Sacyr Agua, este sector ha sido uno de los que menos ha sentido el impacto. “Se han frenado los ingresos por la menor actividad en la industria y la restauración, pero el ritmo de la operativa ha sido muy similar a antes de la pandemia”, explica.
Las investigaciones sobre aguas residuales que se han realizado han evidenciado que tras salir de las depuradoras no queda ni rastro del coronavirus. “La seguridad del agua es clave y, tanto para el consumo en casa como para el uso agrario, existe una total seguridad de la inexistencia de la covid”, relata Domingo Zarzo.
Avances en desalación: un crecimiento verde
Más allá de la Covid-19, la aportación de recursos no convencionales como la desalación realizada de forma sostenible, puede mitigar los efectos del cambio climático sobre el abastecimiento de agua y la producción de alimentos. Los avances tecnológicos permiten, además, la optimización energética del proceso, minimizando las emisiones de CO2, disminuyendo los costes y aumentando nuestra competitividad.
Sacyr Agua es un referente mundial en desalación y se encuentra entre las mayores compañías internacionales por capacidad de agua desalada. “Nuestros proyectos estrella como la desaladora de Perth en Australia o nuestro proyecto en Omán evidencian la operativa de la compañía en este terreno”, apunta Domingo Zarzo.
El grupo está especializado en la gestión del ciclo integral del agua y el diseño, ingeniería, construcción, operación y mantenimiento de infraestructuras hidráulicas. Sus actividades incluyen la desalación de aguas salobres y marinas, la potabilización, la depuración y reutilización, y el tratamiento de aguas industriales, entre otras. Está presente en España, Portugal, Argelia, Oriente Medio, Brasil, Australia y Chile y prestando servicio a más de 9 millones de personas.
En Perth, Australia, como destaca Domingo Zarzo, han logrado sostenibilidad ambiental y compensación de emisiones con una producción de 305.000 m3 /día, un parque eólico de 55 MW y una instalación solar fotovoltaica de 10 MW. En la desaladora de Almería, con una producción de 25.000 m3/día, han conseguido reducir el consumo energético desde 1,00 kWh/m3 a 0,02 kWh/m3, lo que se traduce en un ahorro energético anual de 1.881 MWh y una reducción de las emisiones de CO2 de 561 a 792 kilos de CO2 al año.
Dos proyectos que marcan la senda de gestión empresarial sostenible y rentable de la empresa, que aporte valor añadido a toda la sociedad. “Hemos sido un sector que ha aguantado la crisis y ahora debemos poner nuestro granito de arena para salir de ella”, concluye Domingo Zarzo.
Una buena gestión del agua
España es uno de los países europeos que más demanda una buena gestión del agua. Esto se debe a que el régimen hidrológico español está caracterizado por una extraordinaria irregularidad. Los ciudadanos viven en un tránsito continuo de la sequía a la inundación y obliga a las administraciones a elevar sus esfuerzos para gestionar este recurso.
Porque una mala gestión del agua puede generar o agrandar diferencias sociales, como activo económico que es. Y en los tiempos de pandemia la brecha social es uno de los mayores riesgos que corre la población, después del peligro sanitario.
El crecimiento de la población, la transformación de los estilos de vida, el desarrollo económico y el cambio climático han aumentado considerablemente la presión sobre los recursos hídricos. Está ahora en manos de todos los actores ser responsable con este necesario recurso para el sistema del bienestar.