La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha expresado su confianza en que la economía mundial parece haber superado el punto más bajo de la crisis, aunque ha descartado una vuelta inmediata a la situación previa a la pandemia, advirtiendo de que la recuperación será compleja e incompleta sin descartar el riesgo de una segunda oleada de contagios de coronavirus.
"La recuperación será gradual, secuencial y moderada", ha afirmado Lagarde durante su intervención en el foro Northern Light, donde ha rechazado pronósticar sobre "una sopa de letras como V, L, U o W", limitándose a advertir de que será "incompleta y puede que transformadora", en referencia a los sectores como el turismo,el ocio o la hostelería que deberán adaptarse a la nueva realidad y a los nuevos sectores que surgirán tras la pandemia.
En este sentido, la francesa ha anticipado una significativa caída del comercio, en lo que ha calificado como "una revancha de la proximidad sobre la movilidad", lo que tendrá impacto sobre la productividad y quizá también sobre aquello a lo que se da más importancia, lo que la francesa confía en que sirva para prestar más atención al cambio climático o a las mujeres.
Por otro lado, Lagarde ha destacado la respuesta "masiva y diligente" ofrecida por los bancos centrales, asegurando que el BCE seguirá haciéndolo de manera eficaz y proporcional con el fin de cumplir su mandato de estabilidad de precios.
"Llamémoslo hacer lo que sea necesario o usar toda la flexibilidad, pero el mandato es el mismo", ha apuntado la francesa en recuerdo de la famosa expresión acuñada por su antecesor en el cargo, Mario Draghi.
No obstante, la presidenta del BCE ha querido destacar que "por primera vez la política monetaria y la política fiscal han ido de la mano" y ha expresado la necesidad de que los líderes europeos aprovechen la situación para dar una respuesta cooperativa, armonizada y no nacionalista a la crisis.