Faltan solo dos días para las elecciones generales del 10-N y cunden los nervios en los cuarteles generales de los partidos ante el incierto escenario que dejará la cita con las urnas tras los cuartos comicios en cuatro años. La previsible victoria de PSOE podría no servir a Pedro Sánchez para formar Gobierno y la división del bloque de la derecha (PP, Ciudadanos y Vox) les dejaría con insuficientes escaños para llegar a La Moncloa. Albert Rivera exclamaba este miércoles ante los suyos que con una subida de dos puntos en porcentaje de voto, el partido naranja podría obtener unos 20 parlamentarios más.
La pelea se concentra en ciertos territorios, donde menos proporcional es el sistema de reparto de escaños. El voto en la España rural permitió a los de Rivera dar un gran salto en los comicios del pasado mes de abril y pisar los talones a los populares. Entre las dos Castillas obtuvieron 12 diputados. Pero en la sede de la calle Alcalá son conscientes de los estragos que puede causar a la formación un escenario cada vez más multipartidista donde Vox sube con fuerza. No está claro si tanta como para desbancar a los de Rivera en estas plazas.
La batalla por el voto en muchas provincias se torna clave para mantener el tipo tras los nuevos comicios. Pero también puede provocar que alguno de las formaciones acabe convertida en una fuerza minoritaria en el Congreso. Los sondeos parecen dibujar un panorama en el que cambian las respecto al 28 de abril.
Los de Abascal no se afanan sólo en mantener sus 24 diputados sino que han puesto la vista en ocho circunscripciones donde se quedaron a las puertas de conseguir un asiento en la Cámara Baja (Albacete, Cantabria, Castellón, Ceuta, Cuenca, Huelva, Jaén, Málaga). El diputado onubense que se llevó Unidas Podemos lo perdieron solo 330 papeletas.
Por su parte, desde Génova insisten de nuevo en apelar al voto útil tras constatar el rechazo de Vox y Cs para acudir al 10-N bajo el paraguas de la coalición España Suma. En abril, Casado llegó a pedir a los de Abascal que no presentaran listas en las 26 provincias donde se reparten cinco o menos escaños. 103 diputados están en juego, casi un tercio del total del Hemiciclo. Los augurios se cumplieron y Vox sólo obtuvo diputado en Valladolid y Ciudad Real. Los socialistas se llevaron 43, los populares 27 y Ciudadanos, 19. Allí podría darse un vuelco dependiendo de hacia dónde basculen los electores; si hacia un tablero bipartidista o hacia la dispersión del voto.
En grandes circunscripciones como Madrid, donde más escaños se reparten, el efecto desproporcional del método D'Hont apenas tiene impacto en las formaciones más pequeñas. Pero los populares acabaron relegados al tercer puesto tras PP y Cs. En ese bloque podría darse otro de los grandes bailes en términos de escaños. Fuera de él, la incógnita está puesta en la fuerza con la que entrará Más País. ¿Cuántos diputados robará la formación de Errejón a Podemos y a los socialistas?
La pelea en Andalucía también tiene enjundia para el bloque de la derecha. Los populares cayeron más de diez escaños respecto a la anterior cita electoral, mientras que los naranjas pasaron de siete a once y los de Abascal consiguieron seis. En Huelva el escaño hubiese sido para el bloque de la derecha si hubiesen acudido juntos. Se lo llevaron los morados. Lo mismo ocurrió en Jaén, aunque allí el PSOE consiguió tres.
En el País Vasco, el PP se quedó sin escaño por apenas 400 votos. Se lo quedó EH Bildu. Con las papeletas de Cs o Vox, los populares habrían obtenido representación. En Cataluña, los ojos están puestos en la fuerza de los independentistas y en cómo quedará el PSC tras la gestión del PSOE de la crisis catalana. Tampoco se pierde de vista las aspiraciones de la CUP, que esta semana se colaba literalmente en el Congreso.
En Galicia el PP podría recuperar fuelle si recoge alguno de los votos que fueron a Cs. "Ni Vox ni Ciudadanos van a conseguir escaños" en la circunscripciones gallegas, decía el pasado fin de semana el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo. En Valencia, la ventaja de los de Casado el 28-A sobre los de Rivera fue escasa. Lo mismo ocurrió en Alicante. Apenas un puñado de votos decantaron la balanza hacia los populares. Aunque aquí la clave la puede tener Compromís, que se presenta junto al partido de Errejón. La formación valencianista tiene esperanzas de mejorar las malas cifras de abril.