A Pedro Sánchez se le está desmoronando a marchas forzadas el régimen autocrático de poder que fundó y ha pretendido reflotar, tras perder las elecciones generales del 23-J, con infames pactos de investidura con partidos de extrema izquierda y los nacionalistas que lideran delincuentes como Puigdemont, Junqueras y Otegui. A los que Sánchez ha ‘comprado’ sus votos con concesiones variadas y una ley de amnistía inconstitucional a la que en, cierta manera, el Tribunal Supremo le acaba de ‘incorporar’ la apertura de una causa penal contra Puigdemont por delito de terrorismo en el proceso del ‘caso Tsunami’.
Todo ello cuando: está en negociación el texto definitivo de la ley de amnistía -que fue tumbada en el Congreso por Junts-, entre los atribulados negociadores de Sánchez y Puigdemont (Cerdán en pleno caso Ábalos y Turull reponiéndose de un infarto); con la UE vigilante y lanzando sus advertencias contra la ley de amnistía; y cuando le acaba de estallar a Sánchez la corrupción del ‘caso Koldo’ que no cesa de crecer. Y donde aparecen ‘encartados’ los ministros Marlaska y Torres, la presidenta del Congreso, Armengol, y los ex ministros Illa y Ábalos. Y este último fugado al Grupo Mixto del Congreso y pendiente de su expulsión del PSOE.
En semejantes circunstancias (se puede decir aquello de ‘así le ponían las bolas a Fernando VII en el billar’) al líder del PP y de la Oposición Alberto Núñez Feijóo no le queda más remedio que presentar en el Congreso de los Diputados y con premura una moción de censura contra el Presidente Pedro Sánchez por: la corrupción, el ataque al Estado de Derecho y a los jueces, la ley de amnistía y la toma de una serie de decisiones en su solo y personal beneficio que rondan el delito de ‘cohecho impropio’.
Se ha llevado Ábalos un escaño que podría ser ‘decisivo’ para la estabilidad de Sánchez si pactara con los cuatro diputados que (tras la marcha de Lilith Vestringe) aún le quedan en el Congreso a Podemos
Sobre todo, y como lo denunció Feijóo en el Congreso, porque ahora se empiezan a saber los motivos por los que Sánchez expulsó en 2021 a Ábalos del Gobierno y de la secretaria de organización del PSOE sin dar entonces la menor explicación. El precedente de lo que ahora, tras el estallido del caso Koldo, llevó a Sánchez a exigir a Ábalos, con un público ultimátum, el acta de diputado y lo que acabará con su expulsión del PSOE tras la fuga del ex ministro al Grupo Mixto del Congreso.
Donde Ábalos se ha refugiado a sabiendas que no tenía nada más que perder, llevándose un escaño que podría ser ‘decisivo’ para la estabilidad de Sánchez si el exministro pactara con los cuatro diputados que (tras la marcha de Lilith Vestringe) aún le quedan en el Congreso a Podemos. Es decir, a Pablo Iglesias que bien odia a Sánchez y Yolanda, y que en un momento de ‘lucidez’ podría decidir acabar con el sanchismo con la ayuda de Ábalos y haciendo buena ambos la máxima de ‘morir matando’.
Es en esta fase del ‘sálvese quien pueda’ en la que ahora está inmerso y deteriorado en distintos frentes el régimen sanchista de poder. Al que se le acumulan los problemas mientras les crece el desgobierno nacional en la agricultura, la sequía y le lucha contra los narcos. Y cuando el PSOE acaba de sufrir en Galicia una dura derrota electoral -la sexta ya consecutiva, desde los comicios en Castilla y León y Andalucía de 2022- y camino van de otros dos fracasos en las elecciones vascas del 21 de abril y en las europeas del 9 de junio.
Por todo esto, y aunque luego pierda la votación de la moción de censura, que pondrá a prueba la consistencia de las alianzas de Sánchez, Feijóo tiene que hacer lo que debe hacer y no dudar en presentar una moción de censura en coherencia con lo que ahora denuncia y cuando la corrupción ocupa el centro del debate político y la información nacional en vísperas de la segunda votación de la ley de amnistía en el Congreso.
La que ya veremos como queda tras la decisión del Tribunal Supremo de abrir una causa penal por el terrorismo de Tsunami contra Puigdemont, quien se ha tomado a chufla la decisión del Alto Tribunal diciendo que ‘ahora solo falta que alguien le encuentre una cuenta en Panamá’. Lo que no sería nada de extrañar dado lo ocurrido con las cuentas en el extranjero de sus predecesores en CiU Jordi Pujol y Artur Mas.
Feijóo no puede cometer nuevos errores ni renunciar a presentar ahora una moción de censura contra Sánchez como posiblemente lo harían Isabel Ayuso o Cayetana Álvarez de Toledo si se les presentara a ellas esa oportunidad
Perdió Feijóo la oportunidad de presentar una moción de censura contra Sánchez en la mañana del 29 de mayo de 2023 tras la que fue una importante victoria del PP en los comicios autonómicos y municipales del 28-M, lo que habría impedido a Sánchez decidir el adelanto de las elecciones del 23 de julio de 2023.
En las que errores de Feijóo y Abascal durante campaña electoral dieron a Sánchez la oportunidad -‘somos más’: dijo- de recomponer sus alianzas para formar su ‘tercer’ gobierno Frankenstein. Tras el que siguió a la moción de censura contra Mariano Rajoy en junio de 2018 -la que por cierto la presentó Ábalos en el Congreso-, y el gobierno de coalición que nació después de las elecciones del 10-N de 2019.
Por todo ello, Feijóo no puede cometer nuevos errores ni renunciar a presentar ahora una moción de censura contra Sánchez como posiblemente lo harían Isabel Ayuso o Cayetana Álvarez de Toledo si se les presentara a ellas esa oportunidad. Dos dirigentes del PP que seguro que estaban preocupadas y expectantes con el posible resultado de las pasadas elecciones de Galicia ante las dudas de última hora sobre la posibilidad, aunque remota, de que el PP no lograra renovar la mayoría absoluta.
Resistirá y luchará hasta el final
Una preocupación y presunta ambición de Ayuso por el liderazgo del PP que Sánchez suele exhibir contra Feijóo como se vio el miércoles en el Congreso cuando el presidente dijo al líder de la Oposición :“Casado cayó por denunciar una trama de corrupción de Ayuso, y usted está en pie por tapar esa corrupción”.
Un motivo añadido para justificar la necesaria moción de censura de Feijóo en contra de Sánchez, mientras Ábalos permanece sentado en el Grupo Mixto del Congreso. Y cuando la corrupción del ‘caso Koldo’ -que el PP llama el ‘caso Sánchez’- inunda las portadas de los medios y está bajo la investigación de la Justicia que ya tiene a Ábalos en su punto de mira.
Portadas de los medios a las que se acaba de añadir la importante noticia de la posible imputación de Puigdemont por el delito de terrorismo. El que sumado a la malversación se convertiría para la Justicia de la UE en un obstáculo insalvable para que la ley de amnistía pudiera prosperar. Ahora bien, que nadie dé todavía por políticamente acabado a Sánchez porque, aunque esté acorralado resistirá y luchará hasta el final. Pero esta vez la puerta de escape es mucho más estrecha y en cualquier momento se le podría cerrar.