Política

Los separatistas utilizan los 'Juegos de Soraya' para abofetear al Rey

Los Juegos del Mediterráneo ha sido uno de los gestos de la 'operación diálogo' de Sáenz de Santamaría. Una importante inversión el Estado utilizada ahora por los secesionistas para humillar a la Corona

Casi veinte millones de euros invirtió el Estado en los Juegos del Mediterráneo que inaugura el Rey este viernes en una ceremonia sacudida por las amenazas de boicot por parte de los independentistas. Un proyecto proceloso, reventado de accidentes. que estuvo a punto de naufragar en varias ocasiones y que finalmente Soraya Sáenz de Santamaría rescató del abismo en abril del pasado año como un jalón más de la denominada 'operación diálogo'. 

La vicepresidenta dio el imprescindible empujón a esta iniciativa con la firma de un convenio por el que el Gobierno inyectaba una potente dosis de 10,5 millones de euros. Una cantidad clave para evitar la quiebra de los Juegos, que se sumaba a los 2,5 millones que ya había aportado el Ejecutivo de Rajoy y a los dos millones de las Loterías, que ejercen el papel de patrocinadores. Pasaron a ser 'los Juegos de Soraya', según la definición de un cronista de la zona. 

Eran los tiempos del entendimiento y la 'conllevanza'. Cuando se pensaba que ofrecer un rostro amable, tender la mano, transigir ante determinadas exigencias, era la vía más directa hacia el acuerdo. Aquellos meses en los que la vicepresidenta, designada por Rajoy 'ministra para Cataluña', se lanzó a la aventura de frenar el 'procés', desmontar el anunciando referéndum ilegal y reconducir la relaciones con el 'Govern' de Puigdemont. Diálogo, diálogo, diálogo. Una estrategia que, a la larga, se ha mostrado radicalmente errada. Bermúdez de Castro, quien actuó de 'gestor' del 155, resumió la situación: "Aquello era misión imposible, era negociar con un muro". 

Negociar con un muro

En aquel empujón providencial para evitar el fracaso definitivo de los Juegos, Santamaría estuvo acompañada por lo Cristóbal Montoro e Íñigo Méndez de Vigo, por entonces ministros de Hacienda y Cultura, respectivamente. Había que rescatar del desastre este desafío que estuvo a punto de perecer un año antes, cuando la organización optó por aplazar su celebración durante un año. Una imagen internacional nefasta, provocada por torpeza del equipo municipal de Tarragona, socialista, y por el desinterés absoluto del Ejecutivo catalán, centrado únicamente en su obsesión de impulsar el proceso independentista. 

Aquellos fondos aportados ahora hace un año por el Gobierno central, mediante la generosidad mostrada por la ex vicepresidenta, evitaron el desaguisado total, y permitieron a Tarragona seguir adelante con su empeño deportivo, cuyo coste final se cifra en 90 millones de euros. Este viernes, la tambaleante odisea culmina con la ceremonia inaugural, presidida por Felipe VI, quien estará acompañado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

En un ejercicio de evidente desprecio al jefe del Estado, se mantiene aún la incógnita sobre la asistencia del presidente de la Generalitat a este acto. Quim Torra se desplazó este jueves a Berlín para recibir instrucciones directas de Carles Puigdemont. El expresidente fugado centra ahora el grueso de su artillería sobre la figura de la Corona, una vez que la figura de Mariano Rajoy se ha evaporado del escenario político. 

Está previsto que, en el caso de que Torra de plantón finalmente al Jefe del Estado, sea Elsa Artadi, la consejera de Presidencia, quien asuma el papel de representante del 'Govern'. Torra había reclamado a la Casa Real un encuentro con el monarca, petición que fue rechazada habida cuenta de que el Rey no negocia con los presidentes autonómicos. Era la excusa del los independentistas para justificar el portazo de Torra y para animar las movilizaciones callejeras que han convocado algunas entidades independentistas.  

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