En el PSOE, fuera de la Comisión Ejecutiva Federal, exite la sensación de que "hemos vuelto a meter la pata en Europa" con el rechazo tan tajante a que Luis de Guindos sea vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE). Una sensación que empezó el lunes, cuando el portavoz, Óscar Puente, la anunció en rueda de prensa, siguió este martes al explicarla Pedro Sánchez ante el Grupo Socialista, y acabó de instalarse definitivamente el miércoles al escuchar el apoyo del Gobierno socialista portugués al ministro de Economía español.
"Si es que en Europa las cosas funcionan de otra manera, no va por ideología sino por intereses nacionales", se lamentaba anoche un exdirigente en alusión a que los lusos estaban devolviendo el favor del Gobierno español cuando apoyó al antecesor de Guindos, el portugués Vítor Constâncio, al elegir los ministros en el Eurogrupo de entre las diferentes candidaturas que tenían sobre la mesa.
Llueve sobre mojado en las decisiones europeas del actual líder socialista. Ya en su primera etapa, tras ser por las bases en primarias elegido secretario general, sorprendió que en octubre de 2014 decidiera no apoyar el nombramiento como presidente de la Comisión de Jean Claude-Juncker, en virtud de un pacto del PP y el PS europeos por el cual el líder socialdemócrata alemán, Martin Schulz, fue investido presidente del Parlamento Europeo.
Según las fuentes consultadas, a Sánchez ya le pusieron en Bruselas entonces una cruz, que se vio ratificada en junio de 2017 al decidir que el Grupo Socialista se abstendría en la votación en las Cortes del Tratado de libre comercio entre la UE y Canadá, más conocido por sus siglas en inglés: CETA, después de haberlo apoyado inicialmente en el Parlamento Europeo.
Semejante cambio de rumbo derivó en duras críticas, incluso, del Grupo Socialista Europeo, porque ese tratado de comercio "supone beneficios para las clases trabajadoras a los dos lados del Atlántico". Y no se explicó convincentemente el cambio de postura más allá de la conveniencia política interna -Podemos estaba presionando mucho al PSOE con su abierto rechazo-.
Muchos en el partido creen que el PSOE ha vuelto a quedar en entredicho con otra decisión 'europea'
En esta ocasión, la rotunda negativa a apoyar la candidatura de Luis de Guindos al BCE se ha argumentado desde Ferraz con la necesidad de que sea una mujer la que ocupe tan alto puesto, pero en las filas socialistas cundía anoche la sensación de que si Rajoy lo ha acabado proponiendo es que lo tiene atado con Alemania, Francia e Italia, y va a salir elegido; "y eso tendríamos que haberlo tenido en cuenta".
"Tácticamente nos hemos equivocado -señala una fuente en privado- porque si sale, quedamos mal. Y si no sale, nos echarán la culpa" culpando al PSOE de atentar contra los intereses de España. En público solo el exministro de Industria del gobierno Zapatero, Miguel Sebastián, se ha atrevido a criticar a Sánchez por su "no" al actual ministro de Economía español.
Otra fuente consultada señala: "Es un no sin argumentos. O dices que no y pones sobre la mesa un nombre alternativo, o apoyas a Guindos" porque, si no, corres el riesgo de que se te acuse de antiespañol.